Crisis en Panam¨¢

EL ASALTO dado por las fuerzas armadas a la residencia del coronel D¨ªaz Herrera y el traslado de ¨¦ste a la isla de Contadora confirman la voluntad del general Noriega de mantenerse en el poder a pesar de las huelgas y manifestaciones que se promueven contra ¨¦l. La aparatosa detenci¨®n de D¨ªaz Herrera se ampara en una base legal: ¨¦ste es culpable de desacato al no haber acudido a tres citaciones del juez para aportar pruebas de sus acusaciones contra el general Noriega.La oposici¨®n tiene una base social fuerte, aunque las clases populares, en su mayor¨ªa, no toman parte activa en las actuales manifestaciones. En cambio, ¨¦stas son apoyadas por una amplia clase media que ha desempe?ado siempre un papel decisivo en la sociedad paname?a. Por sus medios econ¨®micos, su educaci¨®n superior y sus lazos con EE UU ha tendido a considerarse como la elite natural del pa¨ªs,y ahora se siente apartada de las posiciones del poder. Culpa de ello al general Noriega y, en la campa?a por desplazarle, mezcla argumentos demag¨®gicos con otros leg¨ªtimos, como es el de que el poder que los militares viola las normas de un sistema democr¨¢tico.

La crisis paname?a ha estallado en un momento delicado de la coyuntura centroamericana. Cabe lamentar que el papel de Panam¨¢ est¨¦ mermado cuando ser¨ªa esencial que contribuyese a reactivar los esfuerzos de paz del Grupo de Contadora, combin¨¢ndolos con las posibilidades concretas que ofrece el plan Arias. Uno de los objetivos de EE UU al estimular la oposici¨®n contra Noriega es debilitar al conjunto de pa¨ªses que en Centroam¨¦rica preconizan una soluci¨®n pac¨ªfica y negociada con los sandinistas y se oponen a la pol¨ªtica norteamericana de injerencia militar y apoyo a la contra.

Pero entre EE UU y Panam¨¢ hay problemas a m¨¢s largo plazo. Washington est¨¢ obsesionado por las consecuencias del tratado firmado en 1977 por Carter y Torrijos, que obliga a EE UU a abandonar el canal y a retirar todas sus tropas de Panam¨¢ a finales de este siglo. Perspectiva seria, porque EE UU no est¨¢ en condiciones de trasladar sus tropas a otro pa¨ªs de la zona, ni siquiera a Honduras, donde dispone de una base, pero dependiente del mando de Panam¨¢. Los dirigentes norteamericanos preparan desde ahora formas de evitar que el cumplimiento del tratado Carter-Torrijos implique la retirada de sus tropas de toda Am¨¦rica Central. El lugar de estos c¨¢lculos no es peque?o en el trasfondo de la crisis paname?a.