Carta peregrina

Me hallaba yo el pasado 20 de julio leyendo EL PA?S, vicio al parecer incurable y de efectos no muy beneficiosos para mi sistema nervioso, cuando me top¨¦ con un art¨ªculo que, bajo el original t¨ªtulo de Carta abierta a Barrionuevo, publicaba mi compa?ero -espero que no se ofenda por este apelativo- Enrique ?lvarez Cruz. Llevado de mi habitual corporativismo, que no de ning¨²n otro inter¨¦s, comenc¨¦ a leerlo, pero cu¨¢l no ser¨ªa mi sorpresa cuando advert¨ª que quien llevaba la peor parte de las iras del autor no era el ministro sino yo mismo. Vi como all¨ª se calificaba de peregrino el contenido de una carta que, en mi condici¨®n de presidente de la seci¨®n de Catalu?a de la Asociaci¨®n Profesional de la Magistratura (APM), hab¨ªa enviado a todos los jueces del territorio y c¨®mo el articulista explicaba que s¨®lo su temor a encontrarse con un juez miembro de la APM le hab¨ªa detenido de mandar la carta y a m¨ª con ella, supongo, al Juzgado de Guardia.Se me ocurrieron al punto varias reflexiones. A saber:

a) Dado que se atribu¨ªa a mi

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Viene de la primera anterior

carta un contenido de sentido totalmente distinto del que yo hab¨ªa querido darle, se confirmaba una vez m¨¢s la m¨¢xima de que por muy claramente que uno pretenda exponer sus ideas, siempre habr¨¢ quien no logre entenderle. Con eso ya se cuenta. Lo que constituye una desgracia imprevisible es que quien no llega a comprendemos sea precisamente quien nos comente.

b) Mandar las cartas que a uno no le gustan al Juzgado de Guardia me parece una idea genial, merecedora cuando menos de un acc¨¦sit a un Premio Libertad de Expresi¨®n.

c) Me he interrogado durante largas horas sobre el delito que pod¨ªa haber cometido al remitirle a ?lvarez Cruz la carta de marras. ?Desacato, propaganda ilegal, injurias al Movimiento Nacional? Cruel incertidumbre. Espero que mi compa?ero me lo explique pronto para salir de dudas y, en su caso, entregarme en la comisar¨ªa m¨¢s cercana.

d) Enrique ?lvarez Cruz no cree evidentemente que un juez de guardia miembro de la APM pudiera resolver imparcialmente sobre una denuncia contra otro miembro de la asociaci¨®n. Yo estoy seguro, en cambio, de que cualquier juez, fuera o no de la APM, actuar¨ªa rectamente seg¨²n su conciencia. Pienso, quiz¨¢s me equivoco, que los dem¨¢s jueces hacen lo que yo he hecho toda mi vida. Enrique ?lvarez Cruz tambi¨¦n, seg¨²n parece- Magistrado.