Un bodrio
La carne de toro, en estofado es riqu¨ªsima; en cambio mansa y fofa, en el ruedo, resulta un bodrio. La corrida de ayer en Valencia era s¨®lo carne de toro mansa y fofa. El g¨¦nero de Antonio Arribas estaba grandecito, daba buenos lomos y morcillos para el estofado, pero para la lidia no serv¨ªa.Picar carne fofa era un desperdicio de pica y de carne. A qu¨¦ tanto caballo percher¨®n, tanto peto, tanto manguito fraudulento, tanto picador gordo y malencarado, tanto castore?o, tanta puya, si la carne fofa rodaba por la arena antes de que se produjera el sanguinario suceso. A qu¨¦ tanto banderillero de redonda mollez en el gemelo, tanta punzante banderilla, tanta carrera para prenderla, tanto cuarteo, si la carne fofa volv¨ªa a rodar por la arena aturdida de semejante traj¨ªn.
Arribas / Manzanares, Ni?o de la Capea, Joselito
Toros de Antonio Arribas, inv¨¢lidos, varios sospechosos de pitones; el sexo se rompi¨® un asta por la cepa. Jos¨¦ Mari Manzanares: cinco pinchazos y descabello (silencio); estocada corta (silencio). Ni?o de la Capea: pinchazo y estocada (ovaci¨®n y salida al tercio); pinchazo y estocada atravesada (oreja). Joselito: estocada corta (ovaci¨®n y salida al tercio); estocada (ovaci¨®n y saludos).Plaza de Valencia, 31 de julio. S¨¦ptima corrida de feria.
A qu¨¦ tanto doblarse por la cintura el diestro para tensar cadera, taleguilla ce?ida al muslamen, media rosa estirada desde el macho borl¨®n a la acharolada zapatilla, perneo curvo, muletaza escarlata a un lado, mentiras -je, toro!-, si a la fofa carne, empeque?ecida ante el arrogante humano envuelto en seda y alamares, espantada al sentirse llamar toro, temblequeaba, hocicaba, rodaba de nuevo por la arena y unas veces quedaba tumbada de costado, otras patas arriba, otras como despanzurrada, igual que un gato.
La fofa carne sexta, en ocasi¨®n de que Joselito pretendi¨® llevarla al caballo mediante la barroca rogerina, cay¨® de coco y se chasc¨® el asta por la mism¨ªsima cepa. Estos accidentes le ocurren a cualquiera: te caes de cabeza y te dejas los cuernos en lo duro. Joselito, cuando esa carne a¨²n era toro (tres minutines, desde que apareci¨® por el chiquero) hab¨ªa instrumentado ver¨®nicas torer¨ªsimas. Tres minutines era lo que le duraban a los Arribas su condici¨®n de toro. Despu¨¦s, trotes cochineros, morrones, costaladas, apresurados cambios de tercio para Regar a las faenas de muleta.
?Oh, faenas de muleta, gloriosa invenci¨®n de la actual tauromaquia! Manzanares intentaba derechazos, primero ac¨¢, segundo all¨¢, tercero acull¨¢, carrerita y vuelta a empezar. Ni?o de la Capea trapace¨® animoso a una carnaza aborregada (que, aborregada y todo, le arrebat¨® dos veces el trapo) y a otra la cogi¨® el sitio -que Haman-, cit¨® de cerca, supo embarcar su pl¨²mbeo movimiento, sac¨® pases y as¨ª gan¨® una oreja, muy celebrada por la aburrida concurrencia y, desde luego, por el propio art¨ªfice, que la exhibi¨® durante la vuelta al ruedo con alegr¨ªa contagiosa.
La carnaza que m¨¢s veces rod¨® por la arena sali¨® en tercer lugar. Joselito, que ya hab¨ªa hecho quites por gaorieras y ver¨®nicas, la recibi¨® de rodillas con largas cambiadas y luego se empe?¨® en una faena de muleta imposible. Curioso fen¨®meno: el absolutamente inv¨¢lido especimen se arrancaba pronto y a buen tranco cuando Joselito lo citaba al natural desde mucha distancia y, ejecutado el pase, se pegaba la costalada.
En la naya, unos chavales coreaban ol¨¦s de guasa y varios polic¨ªas los desalojaron de aqu¨ª. ?Hab¨ªan delinquido los chavales, acaso? ?Se les pod¨ªa culpar del bodrio? Si alguien hab¨ªa delinquido en la corrida y caus¨® el bodrio, ?eran los chavales, precisamente? Alguien estaba equivocando el ejercicio de su autoridad; alguien meti¨® la pata.
Todos los toros debieron ser devueltos al corral, por in¨²tiles, y el sexto tambi¨¦n, pero no porque se rompiera el cuerno, como pretend¨ªa el p¨²blico, que desahog¨® su indignaci¨®n arrojando almohadillas al ruedo; habr¨ªa sido antirregalmentario. Claro que antirreglamentario lo fue todo, en la tarde. Joselito despen¨® al descornado de un estoconazo, sin darle un pase, y ese remedio era el ¨²nico v¨¢lido para los seis.
Babelia
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