Marxismo y barbarie
En su carta del 30 de julio, aludiendo a una m¨ªa del 9 del mismo mes, Mar¨ªa Elena Valero rinde un buen servicio al presidente de la Junta de Extremadura, pero hace un flaco servicio al pueblo cuando viene a sostener que es parte irrenunciable de la cultura popular, y asumible por el marxismo, la barbarie.Dice Mar¨ªa Elena Valero que pol¨ªticos como Maura, La Cierva y Primo de Rivera se atrevieron a dar leyes antitaurinas, y yo pienso que, si quienes, desde convicciones muy distintas de las de los tres citados gobernantes, han venido ahora a regir el pa¨ªs, porque necesitan el voto popular para seguir rigi¨¦ndolo, no se atreven a mejorar las condiciones de educaci¨®n del pueblo, hacen a ¨¦ste un mal¨ªsimo servicio.
Mirar con los brazos cruzados o asintiendo mientras burgueses y proletarios, unidos para eso, corren a palos a toros, vaquillas y becerros, les clavan arpones, los queman vivos y, borrachos ellos, pasean trofeos sangrientos por las calles y plazas de pueblos y ciudades; o consentir que, elevada a la categor¨ªa de fiesta nacional, sigan llev¨¢ndose los mejores bocados de los presupuestos de muchos ayuntamientos de este pa¨ªs la capea, becerrada, novillada o corrida, en que unos pocos -voluntariamente, eso s¨ª, aunque quiz¨¢ en algunos casos por aquello de que "m¨¢s corn¨¢s da el hambre"- se juegan la vida, mientras cientos o miles de individuos, a seguro tras las talanqueras, tras las barreras o en los tendidos, piden a los que pisan la tierra sucia o el cuidado albero que se arrimen m¨¢s, son cosas degradantes.
Y no se quiera hacer pensar que es condenable una conciencia de repudio del rito cruento porque apareci¨® con la burgues¨ªa cuando la entrada de la burgues¨ªa con fuerza decisiva en la lucha pol¨ªtica fue un paso adelante en el progreso de estas sociedades. Ni, se diga que es "indigerible para la. domesticaci¨®n capitaLIsta del folclor" un espect¨¢culo que alimenta y engorda a tantos ganaderos, apoderados y empresarios. Ni se reniegue de "las leyes zooproteccionistas" y se traiga a colaci¨®n el hecho de que Hitler que erivi¨® a tantos seres huinanos a I.as c¨¢maras de gas, amaba a los animales... -
Desde luego, no es un calificativo "de base reaccionaria, etnoc¨¦ntrica y racista" el de salvaje cuando se aplica a ciertas expansiones populares de este pa¨ªs, Lo que no quiere decir que no sean tambi¨¦n salvajes otras de otros pa¨ªses de donde, conservadores o no, vienen algunos diputados a aleccionarnos. S¨ª puede pasar que algunos conservadores quie ran cambios en pa¨ªses ajenos, de la misma manera que algunos progresistas de por aqu¨ª dicen que est¨¢n por el cambio y hacen de modo que todo siga siendo igual de b¨¢rbaro.-
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