Los primeros pasos del Sirk americano
A Hollywood lleg¨®, a principios de los a?os cuarenta, un cineasta alem¨¢n que hab¨ªa dado a la UFA algunas perlas canoras con Zarah Leander o Martha Eggerth en sus cr¨¦ditos.Douglas Sirk habr¨ªa de dar al cine americano algunos de sus m¨¢s preciados melodramas, especialmente en su etapa universal; pero los primeros a?os fueron modestos. Vivi¨® un par de ellos en una granja y al tercero rod¨® Hitler's madman, pel¨ªcula de muy bajo presupuesto en la que colaboraron otros alemanes emigrados.
Y, poco despu¨¦s, se lanz¨® a adaptar la obra de Ant¨®n Chejov La partida de caza, proyecto que acariciaba Sirk desde hac¨ªa a?os y que relata la historia perversa de una altiva devoradora de hombres con un juez de provincias y un conde como presas. Extra?a confesi¨®n (Summer storm) tuvo al principio un guionista de lujo, James M. Cain, pero fue el propio autor de El cartero siempre llama dos veces quien desestim¨® el asunto, pasando entonces al brit¨¢nico Rowland Leigh.
Extra?a confesi¨®n se emite hoy, a las 22
10, por TVE-1.
Edward Everett Horton sali¨® elegido para encarnar al conde, y, asombrosamente, no le sali¨® un conde lubitschtiano. George Sanders, el juez, hab¨ªa ya nacido en San Petersburgo, hablaba ruso a la perfecci¨®n y encaj¨® sin mayor problema el personaje. Linda Darnell cedi¨® su f¨ªsico atractivo: una mantis nada religiosa. Finalmente, Sirk situ¨® el final despu¨¦s de la revoluci¨®n de 1917 para, seg¨²n sus palabras, "acentuar el enfoque de Chejov". Extra?a confesi¨®n abr¨ªa la veda de los grandes melodramas sirkianos. El gran talento del realizador hab¨ªa ya nacido.
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