?Verg¨¹enza u honorarios?
Mu?oz / El Soro, Sand¨ªn, JoselitoCuatro toros de Cayetano Mu?oz y dos de Sayalero y Bandr¨¦s, bien presentados y mansos. El Soro: vuelta y palmas. Lucio Sand¨ªn: silencio y pitos. Joselito: silencio y pitos. Dos tercios de plaza. Quinta de feria. La Malagueta, 20 de agosto.
Anteayer Ortega Cano entraba a matar o a descabellar con dificultad, pues en pocas horas le hab¨ªan cosido dos veces la mano. El Soro vino ayer a sustituir a Julio Robles con los puntos de una cornada y sin el alta m¨¦dica. Lucio Sand¨ªn compareci¨® tambi¨¦n en La Malagueta convaleciente de un percance. Esta alteraci¨®n del curso natural de las cosas, ?tiene motivaciones puramente econ¨®micas o descansa en lo que se ha llamado siempre verg¨¹enza torera?
L¨ªbreme Dios de formular ninguna valoraci¨®n ¨¦tica de cada una de esas conductas. Lo que s¨ª es evidente, es que al margen de la intencionalidad de cada torero, los derechos de los espectadores s¨ª que se ven afectados.
De todas formas, el ganado de Cayetano Mu?oz careci¨® total mente de fuerza; ninguno tom¨® m¨¢s de un puyazo y alguno s¨®lo un picotazo. Dos de ellos, por in validez absoluta, fueron devueltos al corral y sustituidos por dos solemnes mansos de Sayalero y Bandr¨¦s.
El Soro, que encabezaba la terna, banderille¨® vulgarmente y estuvo voluntarioso en su estilo, pero ni el tremendismo, con un toro m¨¢s parado que los de Guisando, llega a la multitud.
Lucio Sand¨ªn, claramente bajo de forma, tuvo tambi¨¦n dos mansos enfrente, los que supongo tampoco hubiera hecho nada en ¨®ptimas condiciones f¨ªsicas.
Joselito hubo de matar al primer sobrero sin darle un solo muletazo, por haberse roto un cuerno por la mazorca que el p¨²blico le pidi¨® por obvias razones zoofilicas. El sexto, otro manso y adem¨¢s dificil, resultaba complicado quedarse quieto con ¨¦l y Joselito no lo hizo.
Babelia
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