Ep¨ªgonos
Los ep¨ªgonos del independentismo vasco hace tiempo que justifican el terrorismo con unos cuantos descubrimientos que representan novedosa aportaci¨®n a la filosof¨ªa de la democracia. Uno es el derecho de autodeterminaci¨®n, sin el cual, seg¨²n opinan los te¨®ricos pol¨ªticos de HB y EA, todo Estado se convierte en reaccionario y represivo, aunque tenga un Gobierno inspirado por el mism¨ªsimo Pablo Iglesias. Otro, que una cuesti¨®n aprobada mayoritariamente en refer¨¦ndum no obliga a las regiones -o provincias o municipios- en los que el resultado del mismo hubiera sido negativo.La formulaci¨®n te¨®rica de Garaikoetxea, Id¨ªgoras, Montero y compa?¨ªa es que el pueblo vasco considera la Constituci¨®n como inconstitucional, valga la paradoja, por el hecho de que, seg¨²n ellos, fue rechazada en la consulta de diciembre de 1978, y que lo fue, precisamente, porque no se inclu¨ªa en ella la posibilidad de recurrir a ese famoso derecho a la autodeterminaci¨®n.
Nosotros, con ¨¢nimo de aprender teor¨ªa pol¨ªtica, agradecer¨ªamos que las cabezas pensantes de Herri Batasuna nos informaran sobre los pa¨ªses cuyas constituciones incluyen la posibilidad de la secesi¨®n de cualquiera de sus regiones o provincias, pues tenemos la impresi¨®n de que tal derecho no ha sido incluido en ninguna, ni en las de izquierda ni en las de derecha, ni en las democr¨¢ticas ni en las marxistas -en estas ¨²ltimas, mucho menos.
En cuanto a los referendos, tambi¨¦n supon¨ªamos que cuando se hace una consulta de esta clase a un pa¨ªs, lo que determina la aprobaci¨®n o el rechazo de la misma es el resultado gl¨®bal. La Constituci¨®n de 1978 fue confirmada por el 87,79% de los votantes y rechazada por el 7,91%. Esto es lo que cuenta y esto es lo que la hace, para todos los espa?oles, el reglamento escrito de nuestro juego pol¨ªtico, abstracci¨®n hecha de cuantos se abstuvieron o de los resultados parciales obtenidos en una regi¨®n o provincia determinada.
Pero lo chusco del caso es que tampoco fue rechazada en el Pa¨ªs Vasco. El aserto abertzale se fundamenta en una falacia: contar las abstenciones como votos negativos. Estudiando unas someras cifras es f¨¢cil darse cuenta de ello. En el refer¨¦ndum de 1978, los porcentajes de abstenciones, votos s¨ª y votos no fueron, respectivamente: en ?lava: 40,7%, 71,4% y 19,'8%; en Guip¨²zcoa: 56,5%, 63,8% y 19,8%, y en Vizcaya: 5,6%, 70,9% y 21,6%.
A la, vista d¨¦ los anteriores datos, tambi¨¦n agradecer¨ªamos tina informaci¨®n del se?or Garaikoetxea o, mejor, del se?or Montero, que ahora mamar¨¢ de las fuentes jur¨ªdicas del propio Parlamento Europeo, sobre si en alguna naci¨®n europea se ha considerado perdido un refer¨¦ndum porque las abstenciones m¨¢s los vetos negativos sumaran m¨¢s que los positivos. Manipular las abstenciones juzg¨¢ndolas a gusto del consumidor nos llevar¨ªa, adem¨¢s, a deducciones absurdas. Porqu¨¦ si las abstenciones habidas en el Pa¨ªs Vasco en la consulta de 1978 se toman como rechazo de la Constituci¨®n, ?c¨®mo habr¨ªa que interpretar, por ejemplo, la abstenci¨®n del 54,1% de los votantes de Guip¨²zcoa en el refer¨¦ndum sobre la reforma pol¨ªtica, celebrado el 25 de diciembre de 1976? ?Es que los vascos prefer¨ªan continuar bajo un r¨¦gimen de tipo fascista?-
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