Los bastonazos del Papa
El papa Julio II propin¨® a Miguel Angel m¨¢s de un bastonazo para que terminara cuanto antes la capilla Sixtina. El pont¨ªfice quer¨ªa verla terminada antes de que el Se?or le llamara junto a ¨¦l. Por otro lado, la familia de Miguel ?ngel tambi¨¦n le urg¨ªa para que la concluyera para poder as¨ª exigir el dinero al Papa, ya que la deuda del Vaticano con el artista iba aumentando y los prelados no estaban dispuestos a aflojar una moneda hasta que no vieran la monumental obra realizada.
Es por esta raz¨®n, cuenta la historia, te?ida de leyenda, por lo que Miguel ?ngel se apresur¨® tanto en la realizaci¨®n de la capilla Sixtina y, como ahora se ha demostrado, se ventil¨® las lunetas en tres o cuatro jornadas cada una. "En la b¨®veda", explic¨® Colalucci en su seminario de la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo de Santander, "tard¨® mucho m¨¢s. Se entretuvo en cada figura, cualquiera de las cuales vale en s¨ª misma m¨¢s que muchos museos enteros".
Tapar las verg¨¹enzas
En cambio, Sixto IV mand¨® tapar las verg¨¹enzas de Ad¨¢n y de Eva, que, ahora, con la restauraci¨®n, est¨¢n a punto de volver a quedar al descubierto. El Papa sonde¨® sobre este particular al artista, ya en el lecho de muerte. Miguel ?ngel contest¨®: "Decidle al Papa que arregle el mundo, que las pinturas las arreglo yo". El actual sucesor de san Pedro, sin embargo, no muestra el mismo entusiasmo por los asuntos art¨ªsticos de su morada. La Prensa italiana e internacional destacaba recientemente que Juan Pablo II no se hab¨ªa acercado, despu¨¦s de seis a?os de trabajo, a echar un vistazo a lo que tantas pasiones despert¨® en sus antecesores.
A una pregunta de EL PA?S sobre este particular, Colalucci respondi¨® que no le constaba que el Papa hubiera visitado la restauraci¨®n y que, desde luego, nunca hab¨ªa subido al andamio, pero que estaba convencido de que conoc¨ªa el desarrollo de las obras. "No ha dicho nada sobre la restauraci¨®n, por lo que deducimos que no la desaprueba".
Babelia
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