"Para tocar a Miguel ?ngel hay que estar muy seguro de lo que se hace", dice Gian Luigi Colalucci
Un equipo de televisi¨®n japon¨¦s filma paso a paso la restauraci¨®n de la Capilla Sixtina
La restauraci¨®n de la Capilla Sixtina, "el proyecto m¨¢s importante de nuestro tiempo", en palabras Mat¨ªas D¨ªaz Padr¨®n, conservador jefe del Museo del Prado, acaba de pasar su ecuador. Las cr¨ªticas que bombardearon durante los primeros; tiempos el trabajo del equipo que dirige el italiano Gian Luigi Colalucci parecen remitir despu¨¦s de seis a?os de trabajos, en los que se han restaurado ya las lunetas y buena parte de la b¨®veda. Colalucci, que particip¨® en un seminario en la Universidad Men¨¦ndez Pelayo, sigue subiendo cada ma?ana al andamio para quitar la suciedad de la monumental obra de Miguel ?ngel. Afirma que no siente miedo, aunque se emociona con frecuencia: "Para tocar a Miguel ?ngel hay que estar muy seguro de lo que se est¨¢ haciendo".
A mediados de 1989, el equipo de restauradores que dirige Colalucci llegar¨¢ a la tercera fase prevista: El Juicio Final. Habr¨¢ cumplido las dos primeras etapas: las lunetas y la b¨®veda. Parecen haber remitido las primeras cr¨ªticas que en los primeros tiempos de una restauraci¨®n que va a durar m¨¢s de 12 a?os se vertieron sobre el trabajo de Colalucci. La ¨²ltima fue la del profesor James Beck, de la universidad norteamericana de Columbia, quien afirm¨® que se nos est¨¢ ofreciendo un Miguel ?ngel que no era el aut¨¦ntico. Calalucci dijo en Santander que era muy significativo que las cr¨ªticas viniesen de fuera, especialmente de Estados Unidos, y lo que se estaba descubriendo era simplemente un Miguel ?ngel que utiliza los colores cl¨¢sicos del Renacimiento y que emplea una t¨¦cnica pict¨®rica de extraordinaria calidad. "La pincelada de Miguel ?ngel era como el cincel de un escultor. Parti¨® del proyecto que fue evolucionando durante su elaboraci¨®n. La pincelada es n¨ªtida y los colores suaves".
"Se ha hablado de un Miguel ?ngel de la melancol¨ªa negra, que mostraba figuras del pecado, y no es as¨ª. Los colores de Miguel ?ngel se encuentran en toda la pintura del siglo XV y utiliza la t¨¦cnica m¨¢s cl¨¢sica de la pintura mural toscana. Se revela como un t¨¦cnico extraordinario, cuya pincelada recuerda el cincel de un escultor extraordinariamente".
F¨¢cil
El profesor italiano mostr¨® el desarrollo de su trabajo en un seminario dirigido por Mat¨ªas D¨ªaz Padr¨®n, conservador jefe del Museo del Prado, en el que han participado especialistas en restauraci¨®n y conservaci¨®n. Colalucci fue desgranando todas las t¨¦cnicas utilizadas en una restauraci¨®n que consider¨® "t¨¦cnicamente f¨¢cil". Explic¨® los trabajos previos al comienzo de la restauraci¨®n, en 1980, y c¨®mo determinaron incluso las jornadas que utiliz¨® Miguel ?ngel para la realizaci¨®n de la capilla. La pintura est¨¢ levemente montada en algunas zonas y se ha llegado a saber, con ayuda de ordenadores y aparatos de medici¨®n precisa, que se realiz¨® la luneta lateral en s¨®lo tres jornadas. Adem¨¢s, tambi¨¦n se ha determinado que dej¨® sin pintar la parte inferior, probablemente porque all¨ª ten¨ªa instalado el andamio, y fue rematada en una ¨¦poca posterior por otro artista. Estaba previsto que las obras terminasen en 1992, pero Colalucci afirma que se llegar¨¢, por lo menos, a 1993 antes de poder contemplar la obra de Miguel Angel sin el m¨ªtico velo negro que cubr¨ªa y unificaba las pinturas. "Esto ha sido motivo de alarma", afirma, "y seguramente es la base de muchas de las cr¨ªticas, sobre todo de artistas, que comenzaban a ver los colores combinados por Miguel ?ngel con mucho m¨¢s atrevimiento".
Se han descubierto incluso los retoques que realiz¨® el artista. En ocasiones estos retoques eran inmediatos, y esto lo sabemos porque el color utilizado era exactamente el mismo. Miguel ?ngel deb¨ªa conservar a¨²n el tarro donde hac¨ªa las mezclas. Otras veces, los retoques son posteriores porque la mezcla no es exactamente igual; seguramente ya habr¨ªa tirado la primera combinaci¨®n de colores.
Miguel ?ngel se revela come un pintor minucioso. Hizo correcciones de muy pocos cent¨ªmetros, imposibles de apreciar desde el suelo a unos 12 metros. Por ejemplo, redujo al cabo de unos d¨ªas una de las piernas de Eva levemente. El artista pintaba con muy poco color y utilizaba la claridad del d¨ªa. Sus pinceladas eran n¨ªtidas, claras, muchas veces ¨²nicas.
Cuando se inici¨® la restauraci¨®n de la Capilla Sixtina, en 1980, se lleg¨® a un acuerdo con una cadena de televisi¨®n privada japonesa. Las c¨¢maras recoger¨ªan todo el proceso de restauraci¨®n durante 12 a?os, con derechos exclusivos para la explotaci¨®n de las im¨¢genes durante tres a?os para cada una de las fases: las lunetas, la b¨®veda y el Juicio final, a medida que se fuera terminando cada una. Despu¨¦s de este per¨ªodo -la explotaci¨®n de la fase de las lunetas termina el pr¨®ximo oto?o- los derechos pasan al Vaticano.
A cambio, la cadena japonesa pag¨® tres millones de d¨®lares (algo m¨¢s de 375 millones de pesetas).
Babelia
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