Ronald Reagan o el arte de contar los chistes
La nueva especialidad del presidente estadounidense son las historietas sobre los sovi¨¦ticos
Coleccionar chistes sobre los sovi¨¦ticos es el nuevo pasatiempo del presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan. La informaci¨®n fue revelada por el propio presidente a principios del mes de agosto. Durante una reuni¨®n dedicada a problemas econ¨®micos, en la Casa Blanca, Ronald Reagan declar¨® de repente, ante sus at¨®nitos interlocutores: "Sab¨¦is que tengo un nuevo hobby. Estoy coleccionando los chistes que se cuentan los habitantes de la Uni¨®n Sovi¨¦tica entre ellos, y que demuestran no s¨®lo su sentido del humor, sino tambi¨¦n lo que piensan del sistema en el que viven".
El presidente empez¨® luego a contar una de sus historietas favoritas, acerca de un sovi¨¦tico que quiere comprarse un coche. El hombre acude a la agencia oficial, da el dinero, y le dicen que puede venir a buscar su autom¨®vil dentro de exactamente diez a?os. "?Por la ma?ana o por la tarde?", pregunta el cliente. "Dentro de 10 a?os, ?qu¨¦ m¨¢s da?", contesta el vendedor. "Bueno...", dice el hombre, "es que el fontanero tiene que venir por la ma?ana".
Un chiste de Felipe Gonz¨¢lez
Los chistes del presidente Reagan provienen de varias fuentes de informaci¨®n, por ejemplo, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) o personalidades extranjeras. As¨ª, uno de los chistes favoritos de Ronald Reagan se lo cont¨® el jefe del Gobierno espa?ol, el socialista Felipe Gonz¨¢lez. Se trata de dos sovi¨¦ticos paseando por la calle. Uno de ellos pregunta de repente: "Camarada, ?hemos alcanzado ya el m¨¢s alto nivel del comunismo?" "?Oh, no!", contesta el otro. "Creo que las cosas todav¨ªa van a ponerse peor". Los colaboradores de Ronald Reagan admiten que el humor desempe?a un papel muy importante en su relaci¨®n con el p¨²blico.
Peggy Noonan, que trabaj¨® en la Casa Blanca en la redacci¨®n de los discursos presidenciales, afirma que inclu¨ªa al menos un chiste al principio de cada intervenci¨®n.
Los colaboradores del presidente estadounidense confiesan que Reagan no se contenta con contarles a ellos sus mejores historias sovi¨¦ticas, sino que le encanta compartirlas con el propio l¨ªder de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Un alto responsable del Gobierno norteamericano revel¨® que el presidente cont¨® a Mijail Gorbachov al menos uno de sus chistes favoritos durante la cumbre del pasado mes de noviembre en Islandia.
El apego de Reagan a los chistes llega a convertirse en un calvario para sus allegados. Algunos se quejan de que el presidente suele interrumpir discusiones muy serias con una de sus historias. Muchas veces, los visitantes se quedan frustrados e incluso alarmados. Algunos afirman que Ronald Reagan parece utilizar deliberadamente sus chistes para evitar las cuestiones importantes o las pol¨¦micas.
Uno de los mejores proveedores de chistes del presidente Reagan es un actor sovi¨¦tico, Yakov Smirnoff, que emigr¨® a Estados Unidos hace diez a?os, y que desde entonces se ha dedicado a contar historias sobre su pa¨ªs. Desde que le encontr¨® en una cena el pasado mes de enero, por intermedio de Arnaud de Borchgrave, director del peri¨®dico The Washington Times, Ronald Reagan ha aumentado considerablemente su repertorio. ?Cu¨¢les son los cuatro problemas de la agricultura sovi¨¦tica? Respuesta del presidente Reagan: la primavera, el verano, el oto?o y el invierno.
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