Villa-Lobos e Iznaola, la fusi¨®n ideal
Entre las conmemoraciones del presente a?o, el centenario de H¨¦ctor Villa-Lobos supone algo de verdadera importancia en el mundo musical latinoamericano. Tambi¨¦n una singular¨ªsima aportaci¨®n a la creaci¨®n guitarr¨ªstica de concierto. Desde este ¨¢ngulo ha querido recordar a Villa-Lobos el Festival de Santander a trav¨¦s de un gran int¨¦rprete de las ¨²ltimas generaciones: Ricardo Iznaola.
Si contamos las obras dadas como propina, Iznaola (La Habana, 1949) ofreci¨® el viernes, en el claustro de la catedral lleno hasta rebosar, la ¨®pera omnia guitarr¨ªstica del m¨²sico brasile?o. Esto es: Choros 1 - 1923- (dedicado a Ernesto Nazaret); Suite popular brasile?a (1908-1912), algunos de cuyos n¨²meros fueron recuperados gracias a Emilio Pujol; Cinco preludios (1940), dedicados a su esposa, Mindinha, quien hasta su muerte mantuvo viva la llama de admiraci¨®n y el trabajo de investigaci¨®n sobre su marido desde el Museo Villa-Lobos, de R¨ªo de Janeiro; en fin, los Doce estudios (1929) dedicados a Andr¨¦s Segovia. El resto de la creaci¨®n guitarr¨ªstica de Villa-Lobos se extravi¨®, como tantos papeles, notas, manuscritos, esbozos o realizaciones de aquel hombre apasionado, eterno viajero por Am¨¦rica y Europa, figura singular en el Par¨ªs de los a?os veinte. Villa-Lobos "compon¨ªa por imperativo biol¨®gico", como ¨¦l mismo dec¨ªa, y de su invenci¨®n manaba una brasileidad que animaba cuando escrib¨ªa, se tratase o no de piezas voluntariamente nacionalistas.
En muy diversas ocasiones -por escrito o de palabra-, Andr¨¦s Segovia se ha referido al "guitarrismo" nato del m¨²sico brasile?o. Tanto que durante una discusi¨®n sobre el posible "antiguitarrismo" de las obras villalobescas, el compositor resolvi¨® ta cuesti¨®n tomando la guitarra e interpretando con soltura y dominio aquello que hab¨ªa escrito. De ah¨ª que Segovia,.al prologar la edici¨®n de los Estudios, advirtiera que "no hab¨ªa querido tocar la digitaci¨®n dispuesta por el autor, pues conoc¨ªa perfectamente la guitarra, y si escog¨ªa tal cuerda o tal d¨®igt¨¦, debemos obedecer sus deseos, incluso si ello nos obliga a mayores esfuerzos de orden t¨¦cnico".
A partir de los cl¨¢sicos de la guitarra (Carulli, Sor, Carcassi, Aguado), Villa-Lobos aborda en los Estudios an¨¢logos problemas y los ilumina con el atractivo de su expresividad peculiar. M¨¢s pura y pegada a la tierra la serie de preludios, aun superando los viejos aires de la Suite popular, recogen sus voces y sus ecos.
Para un repertorio plural, dif¨ªcil y valioso, Iznaola posee dos valores fundamentales y definitivos: exigencia de gran m¨²sico y dominio instrumental. Su t¨¦cnica ¨¢gil y clara, su sonido transparente, su ausencia de tics guitarr¨ªsticos, su sereno y aireado cantar parecen sublimar muy distintas herencias: el preciosismo segoviano o el rigor sabio y la austeridad de S¨¢inz de la Maza.
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