Implacable cr¨®nica

Irvin Kerschner es un cineasta de buen oficio a quien en 1976 se le confi¨® la primera secuela de Un hombre llamado caballo; en 1980 George Lucas le dio las riendas de la segunda entrega, la m¨¢s austera, de sus galaxias; y m¨¢s recientemente tuvo el honor de orquestar el regreso de Sean Connery a sus aventuras bondianas. Este hombre cuenta, entre sus primeros pinitos como realizador, con un excelente filme de bajo presupuesto y alta catadura, Refugio de criminales, de 1961.Refugio de criminales podr¨ªa definirse como una versi¨®n hard de Forja de hombres o La ciudad de los muchachos, filmes entra?ables en que Spencer Tracy-padre Flannagan ayudaba a mozuelos descarriados. Versi¨®n hard por cuanto aqu¨ª nada es tan f¨¢cil para Don Murray-padre Charles Dimas Clark como lo era para Tracy. Es decir, se trata de una visi¨®n m¨¢s realista de la jugada, de un discurso que tiene en cuenta las espinas sociales y la dif¨ªcil viabilidad de la redenci¨®n.

Al efecto contundente de esta cr¨®nica urbana implacable contribuyen el esforzado trabajo de sus actores (y especialmente, encarnando al delincuente, de Keir Dullea) y la abrumadora fotografa en blanco y negro de HaskeIl Wexler, el hoy realizador de Latino, quien ya hab¨ªa trabajado con Kerschner.