Viraje en la Liga ?rabe
LA REUNI?N que acaba de celebrar en T¨²nez la Liga ?rabe, con la presencia de los ministros de Asuntos Exteriores, refleja una evoluci¨®n de este organismo que, a causa de las fuertes contradicciones entre sus miembros, rara vez logra definir una posici¨®n com¨²n sobre cuestiones internacionales relevantes. En T¨²nez ha aprobado una resoluci¨®n sobre problemas candentes que afectan de un modo directo al mundo ¨¢rabe y en concreto sobre la guerra entre Ir¨¢n e Irak. Llama la atenci¨®n que haya sido aprobada por unanimidad, lo que supone que han coincidido los Gobiernos conservadores y los de signo revolucionario.La resoluci¨®n afirma de modo rotundo la solidaridad con Irak y con otros pa¨ªses ¨¢rabes que, como Kuwait, se sienten amenazados, si bien evita toda alusi¨®n al Pacto de Defensa Com¨²n. Est¨¢ claro, por tanto, que el acuerdo se ha hecho en tomo a unas posiciones pol¨ªticas comunes, pero que no ha prosperado la propuesta de algunos Estados en el sentido de emprender acciones comunes. La resoluci¨®n es tajante al proclamar "la solidaridad y el apoyo total a Arabia Saud¨ª", aludiendo a los tr¨¢gicos acontecimientos de La Meca, en los que murieron cientos de peregrinos, casi todos iran¨ªes. Es un tema candente, porque Ir¨¢n, y personalmente el ayatol¨¢ Jomeini, lo presentan como un crimen sat¨¢nico del que es responsable el Gobierno saud¨ª. Jomeini, reiterando la protesta hist¨®rica de los shi¨ªes contra el hecho de que la guardia de los santos lugares est¨¦ en manos del sunismo saud¨ª, ha llegado a decir que "la liberaci¨®n de La Meca pasa antes que la de Kerbala (Irak) y la de Jerusal¨¦n".
La pol¨ªtica de Ir¨¢n con respecto a los pa¨ªses ¨¢rabes est¨¢ mediatizada por el peso del clero shi¨ª en el Gobierno de Teher¨¢n. Con matices entre las facciones que comparten el poder, Ir¨¢n realiza una pol¨ªtica tendente a vitalizar el shiismo en el mundo ¨¢rabe y convertirle en punta de lanza del fundamentalismo isl¨¢mico. El fanatismo religioso shi¨ª se mezcla con las aspiraciones a un cambio social, lo que da al fundamentalismo, con su lema de Rep¨²blica Isl¨¢mica, cierta base de masas. Ello determina que crezca la enemistad de los Gobiernos ¨¢rabes hacia Ir¨¢n, al que culpan de fomentar el fen¨®meno integrista.
En la resoluci¨®n de la Liga ?rabe, la parte referente a la guerra entre Irak-Ir¨¢n se caracteriza por su estilo matizado. Salta a la vista que es fruto de un compromiso dificil. Pero lo notable es que la hayan aprobado pa¨ªses, como Libia y Siria, que han apoyado netamente a Ir¨¢n. Libia ha sufrido un descenso de su papel, pero la evoluci¨®n siria es significativa. Las dificultades que tiene en L¨ªbano empuja al presidente Asad a pasar de apoyar a Ir¨¢n a propiciar la conciliaci¨®n, tal como ha venido haciendo Argelia. La unanimidad sobre este punto se ha hecho en la Liga ?rabe pasando la pelota a la ONU: se exige a Ir¨¢n que acepte el cese el fuego, seg¨²n la resoluci¨®n 598 del Consejo de Seguridad de la ONU, y se le fija para ello el plazo del 20 de septiembre, fecha en la que una nueva reuni¨®n de la Liga podr¨¢ decidir ruptura de relaciones.
Hay concordancia entre esta resoluci¨®n de la Liga ?rabe y las gestiones realizadas en Nueva York por el secretario general de la ONU con el viceministro iran¨ª de Exteriores, Jawad Larijani, sobre la aplicaci¨®n de la resoluci¨®n de las Naciones Unidas. Estas conversaciones son secretas, pero es obvio el deseo de Teher¨¢n de ganar tiempo, evitando un rechazo neto de la resoluci¨®n que pondr¨ªa sobre el tapete el tema de las sanciones. Hoy Ir¨¢n est¨¢ sometido a presiones m¨¢s fuertes que nunca, incluso de pa¨ªses que le han sostenido hasta ahora, para que acepte el alto el fuego. Si el futuro es incierto, se debe sobre todo al complejo entorno pol¨ªtico que rodea a Jomeini.
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