Evert Rutgers

Evert Rutgers es uno de los miembros m¨¢s j¨®venes de Greenpeace. A sus 12 a?os, colabora con las campa?as que esta organizaci¨®n ecologista lleva a cabo en Holanda, su pa¨ªs natal. Su ocupaci¨®n habitual en la oficina holandesa es la venta de objetos de este grupo. Durante la semana pasada, Evert acompa?¨® a los tripulantes del Sirius, uno de los barcos de la organizaci¨®n, en su expedici¨®n por el mar del Norte.

Evert vio un anuncio en la prensa local, hace varios meses, de una organizaci¨®n que trabajaba para la protecci¨®n del medio ambiente, algo que le preocupa pese a su edad, y llam¨®, interesado por su posible colaboraci¨®n. Fue as¨ª como contact¨® con Greenpeace. Por el momento, realiza los estudios primarios en un colegio de Bergen Op Zoom, al sur de Holanda, pero de mayor quiere ser bi¨®logo. "Me interesa todo lo que tenga que ver con la naturaleza, los animales, y creo que Greenpeace es la ¨²nica organizaci¨®n que realmente hace algo eficaz por ello", afirma este holand¨¦s de 12 a?os en un correcto ingl¨¦s. El joven miembro de Greenpeace, de serios razonamientos y adulto vocabulario, ha convivido durante seis d¨ªas con el equipo de profesionales del Sirius. Los 22 tripulantes de este barco ecologista han pasado las ¨²ltimas semanas en Westerschelde, en la frontera entre B¨¦lgica y Holanda, aguardando la salida de dos barcos incineradores de residuos t¨®xicos, una pr¨¢ctica contestada desde hace a?os por Greenpeace.

En este tiempo, los activistas se han estado entrenando para llevar a cabo el abordaje a los buques. Evert ha ayudado en las tareas diarias, en la limpieza de cubierta, del casco, ha lavado la vajilla... "Bueno, tan s¨®lo una vez he fregado en la cocina", reconoce, entre risas, Evert.

Pero no es su objetivo el trabajo en los barcos de Greenpeace, ni es la aventura lo que le llama la atenci¨®n especialmente. Tampoco le disgusta la oficina o el laboratorio: "No es una cuesti¨®n de lugar de trabajo, sino del tipo de tarea que est¨¦s llevando a cabo".

Evert considera necesaria la labor que realiza Greenpeace. Seg¨²n ¨¦l, es preciso interceptar los barcos incineradores de residuos t¨®xicos, si se quiere terminar con una pr¨¢ctica "que pone en peligro la supervivencia de nuestro entorno y el equilibrio ecol¨®gico". Se siente feliz y satisfecho con el trabajo que lleva a cabo y su colaboraci¨®n con este movimiento.

Adem¨¢s de su motivaci¨®n ecologista, afirma que se ha divertido en esta nueva experiencia, colaborando con los protagonistas de las acciones espectaculares de los miembros de Greenpeace: "He conocido a mucha gente interesante, con la que no me habr¨ªa sido f¨¢cil conectar si no hubiera estado aqu¨ª", a bordo del Sirius.

La religi¨®n no es el fuerte de Evert, pero el muchacho s¨ª da importancia a la ideolog¨ªa y a la motivaci¨®n. "No, no soy religioso, ni cat¨®lico, ni protestante, ni nada; creo, sin embargo, que Gandhi dej¨® toda una teor¨ªa v¨¢lida sobre la humanidad y el comportamiento digno de los hombres. Toda ideolog¨ªa que tenga que ver con el respeto al ser vivo y a sus derechos es buena, y hay que seguirla", concluye Evert Rutgers.