El refer¨¦ndum sobre la independencia de Nueva Caledonia provoca una crisis en Francia
La pol¨ªtica de 'todo o nada' de Chirac ha obligado a los moderados a radicalizar sus posiciones
El refer¨¦ndum sobre la independencia de Nueva Caledonia, convocado para el domingo 13 de septiembre, ha desencadenado en Francia una doble crisis, exterior e interior, desde el pasado domingo 23 de agosto, cuando empezaron las movilizaciones pac¨ªficas convocadas por la coalici¨®n independentista Frente de Liberaci¨®n Nacional Canako y Socialista (FLNKS). Las autoridades francesas han prohibido las manifestaciones y han surgido signos de crispaci¨®n, como revela la aparici¨®n de grupos antiindependentistas con camisetas con la bandera francesa impresa, que patrullan por el centro de la capital, Numea, a la caza de manifestantes canacas.
La violencia de la polic¨ªa francesa en la disoluci¨®n de manifestaciones y las detenciones de canacos acusados de manifestaci¨®n ilegal han suscitado la repulsa de los pa¨ªses del Foro del Pac¨ªfico, especialmente de Australia y Nueva Zelanda. El foro han expresado reiteradamente su condena de la pol¨ªtica conservadora francesa respecto a Nueva Caledonia, destinada a mantener la colonia dentro de la Rep¨²blica y a preservar la hegemon¨ªa de la poblaci¨®n de origen europeo, y consigui¨® la aceptaci¨®n del caso por el comit¨¦ de descolonizaci¨®n de las Naciones Unidas. Las relaciones de Francia con los pa¨ªses del ¨¢rea del Pac¨ªfico, especialmente dif¨ªciles en los ¨²ltimos a?os en raz¨®n de los ensayos nucleares y del hundimiento del buque ecologista Rainbow Warrior, en 1984, se han visto enrarecidas, despu¨¦s de la llegada al Gobierno de dos conservadores. El Gobierno socialista de Laurent Fabius consigui¨® una v¨ªa de consenso con un plan de independencia en asociaci¨®n con Francia, que recibi¨® el benepl¨¢cito de Australia y Nueva Zelanda, frente a las posiciones m¨¢s radicales de los Estados melanesios: islas Salom¨®n, Papuasia-Nueva Guinea y Vanuatu (antes Nuevas H¨¦bridas). Pero ahora la pol¨ªtica de todo o nada de Jacques Chirac ha obligado a los moderados a radicalizar sus posiciones frente a Francia. El pasado jueves, la compa?¨ªa a¨¦rea estatal australiana anul¨®, sin explicaciones, la compra de un avi¨®n Airbus, en un acto que se interpreta de represalia por el empecinamiento franc¨¦s.
En Francia, la oposici¨®n ha criticado duramente al Gobierno de Jacques Chirac, que fue reprendido por el propio presidente de la Rep¨²blica en la reuni¨®n del Consejo de Ministros. En las mismas filas del Gobierno, algunos ministros se ven obligados a disimular su disgusto por la torpeza demostrada en el mantenimiento del orden p¨²blico y sus dudas sobre la viabilidad del camino escogido, que llevar¨¢ indefectiblemente al mantenimiento de la actual situaci¨®n del archipi¨¦lago.
Nueva Caledonia cuenta con 145.000 habitantes sobre sus 19.000 kil¨®metros cuadrados. La poblaci¨®n melanesia, los canacos, representa casi el 43% y se encuentra en una situaci¨®n de clara inferioridad, cuando no de discriminaci¨®n, respecto a los caldoches, franceses de origen, que representan el 37% de la poblaci¨®n. El 20% restante son emigrantes de reciente implantaci¨®n, originarios de Vanuatu, Futuna, Wallis, Indonesia y algunos pa¨ªses asi¨¢ticos. La gran mayor¨ªa goza de derechos electorales. Los canacos no aceptan que se aplique en Nueva Caledonia la ley electoral inversa a la que rige en la metr¨®poli, donde los extranjeros sin ciudadan¨ªa no tienen derecho de voto.
Francia se juega en Nueva Caledonia una importante baza territorial para el mantenimiento de su pol¨ªtica de potencia de segunda fila, que necesita de su presencia en el Pac¨ªfico para hacerse o¨ªr en el mundo y para los ensayos nucleares que se realizan en el atol¨®n de Mururoa, a unos 2.000 kil¨®metros en el Pac¨ªfico sur, una extensa ¨¢rea mar¨ªtima escasamente habitada y codiciada por todas las grandes potencias.
'El Guijarro'
El conflicto de Nueva Caledonia, cuya isla mayor es denominada humor¨ªsticamente como Le Caillou (el guijarro) por los franceses, ha perturbado el sopor estival de la vida pol¨ªtica francesa y podr¨ªa plantear serios problemas en la cohabitaci¨®n entre el presidente socialista, Fran?ois Mitterrand, y el primer ministro, Jacques Chirac. Mitterrand, partidario de la fuerza nuclear francesa y de la realizaci¨®n de pruebas en el Pac¨ªfico, se ha manifestado a favor de mantener la presencia militar francesa en Nueva Caledonia, incluso en caso de independencia. La sustituci¨®n del plan posibilista y consensuado elaborado por los socialistas, en el que se preve¨ªa el mantenimiento de las bases y el ejercicio de una cierta tutela francesa, por el plan de Jacques Chirac, que pregunta sobre la independencia a una poblaci¨®n mayoritariamente de origen no canaco, puede llevar, seg¨²n los socialistas franceses, a una radicalizaci¨®n irreparable de la poblaci¨®n melanesia y a una independencia de la que Francia saldr¨ªa malparada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.