Wolfgang Pini

Wolfgang Pini vive en Bruselas desde hace 30 a?os. Despu¨¦s de estudiar Derecho y trabajar en la Administraci¨®n, s¨®lo pensaba pasar alg¨²n tiempo all¨ª. Pero el trabajo le entusiasm¨®. Hizo toda la carrera comunitaria y lleg¨® a la c¨²pula. Desde hace tres a?os es director general de Finanzas, Asuntos Sociales y Cultura, Su trabajo consiste en asesorar al presidente del Consejo de Ministros de la Comunidad sobre estas materias.Las decisiones que se adoptan dependen en alguna medida de ¨¦l. En 1989, su jefe ser¨¢ espa?ol y ha querido aprender la lengua y conocer la sociedad espa?ola de cerca.

Durante todo el mes de agosto, Wolfgang Pini ha recibido clases intensivas de lengua y cultura en los cursos internacionales de la universidad de Salamanca. Para el director general Pini, el conocimiento de la lengua es fundamental, pero le resulta imprescindible conocer tambi¨¦n la sociedad y las instituciones de los pa¨ªses comunitarios porque le permite comprender sus actuaciones y sus intereses. Hace siete meses decidi¨® empezar a estudiar espa?ol. Hab¨ªa comprobado que pod¨ªa mantener discusiones con los funcionarios de los ministerios de Asuntos Exteriores o de Econom¨ªa en franc¨¦s o en ingl¨¦s. Pero los de Educaci¨®n o Trabajo en algunos casos cuentan con un conocimiento de estas lenguas limitado que les permite entenderse, pero no mantener ese tipo de discusi¨®n.?l quer¨ªa tambi¨¦n estudiar los documentos en su lengua original. Ahora cree que ya puede leerlos y entender a quien le habla, mientras contesta en otra lengua. "Lo ¨²nico que reprocho a la universidad de Salamanca es que no haya hecho el milagro de conseguir que yo hable espa?ol en un mes".

Pero Pini cree que los espa?oles deb¨ªan proponerse tambi¨¦n que se les entendiera en su propia lengua. "Hay que saber cu¨¢les son los intereses que se desean defender. Y luego exponerlos y convencer a los dem¨¢s". Para ello asegura que es imprescindible que a uno le comprendan. Los espa?oles no son los ¨²nicos que carecen de este conocimiento general de otros idiomas. Los franceses o los ingleses no sienten tampoco la necesidad, seg¨²n ¨¦l, de aprender lenguas diferentes porque las suyas son importantes. Sin embargo, "los griegos o los daneses, los habitantes de pa¨ªses peque?os saben que cuando atraviesan sus fronteras nadie les va a entender y por ello cualquier ciudadano con cierta cultura aprende otra lengua".

Wolfgang Pini viaja con su esposa, una francesa amante de la literatura espa?ola, con la que tiene cuatro hijos. Su contacto con ciudadanos de toda Europa le ha convencido de que es necesario desterrar los prejuicios sobre nacionalidades. "Yo he aprendido que todo lo que s¨¦ sobre un pa¨ªs antes de conocerlo es falso", afirma. "Por eso he llegado aqu¨ª como un peque?o escolar con los ojos y las orejas abiertas". En Espa?a se ha dado cuenta de que no puede generalizar tampoco porque "hay muchas Espa?as, muchas sociedades". En Salamanca ha preguntado sin parar a los profesores, al director de los cursos, al rector, sobre la sociedad y cultura espa?olas. Y se lleva una impresi¨®n que le agrada sobre ellos: les encuentra entusiastas en su tarea y admira su "modestia intelectual".

Wolfgang Pini trabajar¨¢ directamente con los espa?oles en el Consejo en enero de 1989.