Precaria ilustraci¨®n

Director previamente de Pecado mortal -un follet¨ªn exhuberante como serial radiof¨®nico- y De fresa, lim¨®n y menta -un intento de repetir la operaci¨®n Tigres de papel, no en vano Fernando Colomo era su guionista-, Miguel ?ngel Diez fue el elegido, hace ahora tres a?os, para llevar a cabo la adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica del cl¨¢sico del teatro espa?ol Luces de bohemia, de Valle-Incl¨¢n, con un presupuesto holgado, subvenci¨®n del Ministerio de Cultura y gui¨®n de Marlo Camus, e interpretaci¨®n puntera de Rabal, Agust¨ªn Gonz¨¢lez, Fern¨¢n-G¨®mez e Imanol Arias.Los resultados decepcionaron, no s¨®lo porque el poderoso lastre teatral no pudo superarse en la pantalla, sino tambi¨¦n porque ¨¦sta no alcanzaba a transmitir un producto ¨¢gil, tan enquistada era -es- esta transposici¨®n del cl¨¢sico esperpento.

La visi¨®n de esas vidas miserables, de esa Espa?a tenebrosa, de esa picaresca como ¨²nica salida social posible, todo eso est¨¢ en Luces de bohemia, pero expuesto sin garra, con ritmo cansino e iluminado con una luz sombr¨ªa -la que pretende subrayar dram¨¢ticamente lo que se nos est¨¢ contando-, que si ya en el cine era de dif¨ªcil viabilidad, esta noche, en televisi¨®n, puede ser de todo punto negativa.