Nicaragua sigue armando a la guerrilla salvadore?a, seg¨²n Shultz
El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, acus¨® ayer a Nicaragua de continuar enviando armas a la guerrilla salvadore?a "incluso despu¨¦s de la firma del acuerdo de Guatemala". Shultz, en respuesta a una pregunta de EL PA?S durante un desayuno con un grupo reducido de periodistas europeos y japoneses, afirm¨® que la URSS debe abandonar Centroam¨¦rica y "dejar que los pueblos de la regi¨®n y del hemisferio occidental resolvamos nuestros problemas"."Los t¨¦rminos b¨¢sicos de la doctrina Monroe, que no queremos interferencia extranjera en nuestro hemisferio, siguen siendo v¨¢lidos", a?adi¨® Shultz, que no respondi¨® directamente a la pregunta de por qu¨¦ Ronald Reagan y Mijail Gorbachov no negocian directamente en la pr¨®xima cumbre la cuesti¨®n de Nicaragua. El ministro de Exteriores estadounidense convoc¨® a la Prensa d¨ªas antes de su encuentro en Washington con su colega sovi¨¦tico, Edvard Shevardnadze, que se considera el ¨²ltimo paso antes del anuncio de la tercera reuni¨®n Reagan-Gorbachov para firmar un acuerdo de eliminaci¨®n de euromisiles.
El secretario de Estado anunci¨® el jueves que Reagan pedir¨¢ al Congreso 270 millones de d¨®lares (m¨¢s de 32.000 millones de pesetas), para un per¨ªodo de 18 meses, de ayuda a la contra para ,acabar con la incertidumbre y las dudas sobre nuestro compromiso" con los rebeldes.
El anuncio ha provocado una inmediata reacci¨®n negativa de los dem¨®cratas, que acusan a la Administraci¨®n de no respetar el proceso de paz acordado en Guatemala el pasado agosto por los cinco presidentes centroamericanos.
Shultz afirm¨® rotundamente que "no habr¨¢ acuerdo sobre euromisiles si la URSS insiste en incluir en el mismo los Pershing IA de la RFA". "?sta es una cuesti¨®n de principio". Pero el secretario de Estado, que la semana pr¨®xima recibir¨¢ a Shevardnadze, insisti¨® durante 45 minutos en que las perspectivas de un acuerdo, que tambi¨¦n podr¨ªa ampliarse a los cohetes estrat¨¦gicos, son buenas, y en que el di¨¢logo entre las dos superpotencias ha mejorado notablemente.
De la reuni¨®n con Shultz se deduce que, a falta de detalles y a cubierto de nuevas sorpresas sovi¨¦ticas, todo parece apuntar a la inminencia del anuncio de un acuerdo de desaparici¨®n de todos los misiles at¨®micos de alcance intermedio (de 1.000 a 5.000 kil¨®metros) de Europa y de Asia. Pero, por razones de pol¨ªtica interna, presiones de los ultras, y de elemental prudencia diplom¨¢tica, Washington prefiere no lanzar las campanas al vuelo y dejar que Gorbachov se decida a anunciar su deseo de venir a Estados Unidos.
El secretario de Estado calific¨® al l¨ªder sovi¨¦tico y a su equipo de "muy capaces, inteligentes, con capacidad decisoria y audaces, dedicados a su inter¨¦s, que no ha variado, pero con los que se puede conversar".
Las negociaciones
Max Kampelman, el principal negociador de EE UU en Ginebra, que tambi¨¦n asisti¨® al desayuno, junto con Rozanne Ridgway, secretaria de Estado adjunta para Europa, asegur¨® que "no hay razones para que no completemos un acuerdo antes de fin de a?o, si las dos partes trabajan juntas", pero explic¨® que los sovi¨¦ticos han detenido en las ¨²ltimas semanas todo progreso en las negociaciones de Ginebra. "No sabemos si ser¨¢ para que Shevardnadze ponga el proceso en marcha de nuevo en su visita a Washington".
Shultz insisti¨® en que sus tres jornadas de discusiones, la semana pr¨®xima en Washington, con su colega sovi¨¦tico, Shevardnadze, no tienen como objetivo acordar la fecha de la tercera cumbre entre Ronald Reagan y Mijail Gorbachov. "No sabemos el resultado del encuentro", que, reiter¨®, servir¨¢ para revisar toda la agenda de nuestras relaciones: derechos humanos, conflictos regionales. Estos contactos son ¨²tiles "aunque s¨®lo sea para evitar errores de c¨¢lculo". Shevardnadze ser¨¢ recibido por Reagan, con quien almorzar¨¢ tambi¨¦n en la Casa Blanca.
Shultz y sus asesores describieron un panorama alentador para la firma de un acuerdo de euromisiles este a?o, pero subrayaron al mismo tiempo el car¨¢cter imprevisible del comportamiento sovi¨¦tico. Uno de los asesores de Shultz dijo que es posible que Mosc¨² retenga a¨²n la fecha de la cumbre para conseguir m¨¢s concesiones de Washington. Sin embargo, la impresi¨®n generalizada en Washington es que Gorbachov vendr¨¢ a EE UU en noviembre para sancionar con su firma un acuerdo.
El presidente Reagan y Shultz est¨¢n sometidos a una fuerte presi¨®n interna de los sectores m¨¢s conservadores, que les acusan de vender" a la contra en Nicaragua y de estar dispuestos a firmar un acuerdo "desventajoso" con la URSS para salvar hist¨®ricamente la presidencia de Reagan.
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