Brasil, una reforma agraria condenada El poder de los latifundistas se al¨ªa con la falta de voluntad pol¨ªtica del Gobierno
Los funerales en Recife del ministro brasile?o Marcos Freire, muerto en un accidente a¨¦reo a comienzos de semana, se transformaron -m¨¢s que en una manifestaci¨®n de duelo colectivo- en una vigorosa protesta contra la lentitud de la reforma agraria en Brasil. Freire, de 56 a?os, era el ministro de Reforma Agraria, el tercero en ocupar el puesto en poco m¨¢s de dos a?os. Y del mismo modo que sus antecesores, no logr¨® realizar m¨¢s que una ¨ªnfma parcela de lo que se esperaba. En Brasil la reforma agraria sigue sin existir, pese a tener un ministerio y ser tema de casi todos los discursos oficiales.
Hace poco m¨¢s de una semana, en una conversaci¨®n privada con algunos corresponsales extranjeros en R¨ªo de Janeiro, el ministro Marcos Freire admit¨ªa, con cierta amargura, que hasta ahora s¨®lo hab¨ªan sido asentadas alrededor de 17.000 familias en el campo. Alguien le pregunt¨® cu¨¢l era la previsi¨®n en el proyecto oficial y Freire contest¨®: "Alrededor de 460.00T. Cuando le hicieron notar que cada a?o bajaba a¨²n m¨¢s el porcentaje de asentamientos en relaci¨®n a las previsiones, Marcos Freire se limit¨® a mover afirmativamente la cabeza.El accidente ocurrido pocos d¨ªas despu¨¦s de esa conversaci¨®n informal puso una vez m¨¢s de relieve la lentitud con que se desarrolla lo que deber¨ªa ser uno de los pilares del Gobierno de Jos¨¦ Sarney. A la hora de realizar un balance de los poco m¨¢s de dos meses de Marcos Freire al frente del Ministerio de Reforma Agraria, todo lo que los analistas encontraron fue una serie de pronunciamientos moderados y serenos y una serie de declaraciones de buenas intenciones por parte del ministro muerto. En concreto, nada.
En realidad, el Ministerio de Reforma Agraria parece haber sido creado bajo el estigma del fracaso. Desde mayo de 1985 no hizo m¨¢s que enfrentarse sucesivamente a la Iglesia cat¨®lica, a la justicia, a la burocracia, a los grupos comunitarios de trabajadores de la tierra y, finalmente, a los grandes latifundistas del pa¨ªs.
Latifundistas
De las 150.000 familias que se esperaba asentar en tierras expropiadas en 1985, menos de un 10% recibi¨® efectivamente sus parcelas correspondientes. El primer ministro, Nelson Ribeiro, termin¨® derrumbado por la entonces reci¨¦n creada Uni¨®n Democr¨¢tica Ruralista (UDR), reuni¨®n de los m¨¢s poderosos latifundistas brasile?os, que lleg¨® a crear milicias armadas para impedir "a cualquier precio" la "expropiaci¨®n de la propiedad privada, de lo que es nuestro".
El ministro Ribeiro lleg¨® a sufrir un duro boicoteo dentro del mismo Gobierno. Como consecuencia lleg¨® a llevar -por error un decreto para la firma del presidente Sarney expropiando nada menos que el per¨ªmetro urbano de la ciudad de Londrina, en el Estado de Paran¨¢, uno de los principales centros agr¨ªcolas del pa¨ªs. La sensaci¨®n de rid¨ªculo que invadi¨® al presidente (para no hablar de su ministro, por supuesto) fue una de las primeras duchas heladas sobre los planes de reforma agraria en Brasil.
Los adversarios de la reforma se aprovecharon del episodio para poner en evidencia que "el Gobierno no tiene la menor idea de lo que pretende". Poco m¨¢s de un a?o permaneci¨® Ribeiro en el puesto; en mayo de 1996 dimiti¨®, sin tener ning¨²n resultado que presentar. El sucesor fue elegido h¨¢bilmente por el presidente Sarney: el alcalde de Cuiaba, Dante de Oliveira, que ten¨ªa el benepl¨¢cito de las izquierdas por haber sido el frustrado autor de una enmienda constitucional (derrotada en el Congreso) que pretend¨ªa restaurar las elecciones directas para la presidencia.
Oscuro y limitado, Dante de Oliveira permaneci¨® un a?o en el puesto, dando garant¨ªas de que la reforma no tendr¨ªa ning¨²n car¨¢cter ideol¨®gico, ya que ser¨ªa concebida para funcionar dentro de un sistema capitalista. Desagrad¨® a la izquierda, a los sectores m¨¢s combativos de la Iglesia, a sectores importantes de su propio ministerio y, por fin, irrit¨® profundamente a la poderosa Uni¨®n Democr¨¢tica Ruralista. Sali¨® del ministerio de tapadillo.
Su sucesor, Marcos Freire, ha estado menos de dos meses y medio en el puesto. El accidente que le mat¨® el pasado martes se llev¨® junto a ¨¦l a toda la plana mayor del ministerio.
Pasados m¨¢s de dos a?os desde la creaci¨®n de la cartera de la Reforma Agraria y del anuncio de un programa sobre la tierra, la situaci¨®n en los campos brasile?os es tan dram¨¢ticamente injusta como siempre. De los casi 570 millones de hect¨¢reas en propiedades rurales del pa¨ªs, casi 410.000 siguen siendo latifundios. Y de estos latifundios, la mitad es rigurosamente improductiva.
En los campos de este pa¨ªs gigantesco permanecen 10 millones de familias sin tierra. El mismo proyecto original de Samey, bastante conservador y t¨ªmido, no logr¨® jam¨¢s traspasar las fronteras del papel donde fue escrito. Nadie sabe seguro cu¨¢ntas familias han sido asentadas en estos dos a?os. Marcos Freire dijo que eran "alrededor de 17.00V. El proyecto preve¨ªa para fines de 1987 casi medio mill¨®n de asentamientos.
Los conflictos por la tierra siguen estallando a lo largo de todo el extenso mapa brasile?o. El avi¨®n de Marcos Freire cay¨® en la regi¨®n del sur del Estado amaz¨®nico de Para, uno de los principales focos de luchas armadas por la tierra. Cay¨®, adem¨¢s, en el mismo instante en que en la Asamblea Constituyente, reunida en Brasilia, se demostraba el vigor de la UDR, que eligi¨® o coopt¨® un n¨²mero decisivo de parlamentarios.
La parte correspondiente a la reforma agraria es de las m¨¢s conservadoras en la bastante conservadora Constituci¨®n que se redacta actualmente en Brasil. Marcos Freire intent¨® llamar la atenci¨®n de varios parlamentarios sobre ese punto. Muri¨® frustrado tambi¨¦n en eso.
Desesperanza
En los ¨²ltimos tres meses, el ritmo de proyectos de asentamiento llevados adelante por el Instituto Nacional de Colonizaci¨®n y Reforma Agraria (INCRA), cuyo presidente muri¨® en el mismo accidente que mat¨® al ministro Marcos Freire, ha sido superior a los decretos de expropiaci¨®n firmados por el presidente Sarney. Un estudio del Ministerio de Reforma Agraria indicaba que, de continuar con ese ritmo, las tierras legalmente disponibles se terminar¨ªan antes de diciembre, reduciendo a¨²n m¨¢s las posibilidades de asentar a 50.000 nuevas familias. En otras palabras, el INCRA actu¨® de manera m¨¢s r¨¢pida que el presidente hab¨ªa planeado (o esperado).
Inicialmente, Jos¨¦ Sarney hab¨ªa dispuesto (en 1985) que hasta agosto de 1987 fuesen expropiados dos millones de hect¨¢reas de tierra, ya que la reforma ser¨ªa gradual. No hay ning¨²n dato oficial sobre cu¨¢ntas hect¨¢reas han sido efectivamente expropiadas por ley en ese per¨ªodo.
Mientras, los grandes propietarios, reunidos en la UDR, se jactan cada vez m¨¢s de su poder. Saben que derribaron por lo menos a dos ministros, Nelson Ribeiro y Dante de Oliveira y muchos analistas brasile?os creen que podr¨¢n derribar a m¨¢s. En una frase amarga, un funcionario admiti¨® esta semana que "todo lo que Nelson Ribeiro logr¨® hacer al frente del ministerio fue propiciar la creaci¨®n de la UDR, gracias al radicalismo de sus posiciones".
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