Autenticidad

La corrida de ayer transcurri¨® bajo el signo de la emoci¨®n y la autenticidad. La culpa fue de la excelente presentaci¨®n de los toros de Multeira: altos de agujas, enmorrillados, badanudos y con cuajo. Unos morlacos de defensas astifinas que impresionaron a los espectadores y a veces a los toreros, aunque ¨¦stos supieron sobreponerse.La empresa Camar¨¢-Pedr¨¦s, ech¨® del cartel al local Joaqu¨ªn de Faura, sustituido por Morenito de Maracay. El albacetense tiene calidad, pero a pesar de sus triunfos en esta plaza a?o tras a?o, ya no vuelve a vestirse de luces hasta la feria siguiente.

Para m¨¢s inri, la empresa le anunci¨® ante estos serios y dif¨ªciles toros, neg¨¢ndole unos honorarios dignos. La injusticia sigue dominando la fiesta.

Y con estos serios y dif¨ªciles toros, dos aut¨¦nticos lidiadores triunfaron toreando con verdad; sin trampa ni cart¨®n. Incluso llegaron a picarse entre ellos en la segunda parte del festejo.

Ruiz Miguel, en plan jabato, realiz¨® dos faenas emotivas y muy valerosas, bien refrendadas con el acero. No menos valiente se mostr¨® Morenito de Malacay, que se luci¨® en sus magn¨ªficos pares de banderillas al quiebro, y con el percal ante su primero. Baj¨® la calidad de su labor de muleta en el quinto. Pero, tras ser empitonado sin consecuencias al entrar a matar jug¨¢ndosela, dej¨® una gran estocada que le vali¨® el trofeo.

Tom¨¢s Campuzano intent¨® igualar a sus compa?eros, pero no estuvo a gusto en toda la tarde, a pesar de sus agallas. La prueba es f¨¢cil no sonri¨® a los tendidos. Cuando Tom¨¢s Campuzano no larga amplias sonrisas al cotarro es que algo no funciona.