ETA hace estallar dos artefactos en unas oficinas de Renfe y en el Club Mar¨ªtimo de Santander

La organizaci¨®n terrorista ETA hizo estallar en la madrugada de ayer dos artefactos explosivos en Santander, en las oficinas de Renfe y en la sede del club mar¨ªtimo, distantes entre s¨ª unos 200 metros. Las explosiones, que se producen 20 d¨ªas despu¨¦s de los atentados cometidos en la capital c¨¢ntabra contra concesionarios de autom¨®viles franceses y el supermercado Pryca, causaron importantes desperfectos materiales, pero no produjeron v¨ªctimas.

Las explosiones se sucedieron entre las 3.15 y las 4.15 horas. Una voz an¨®nima anunci¨® a las 2.45 en nombre de ETA a la central de tel¨¦fonos que una bomba estallar¨ªa en los despachos de Renfe -situados en el c¨¦ntrico paseo de Pereda- una hora m¨¢s tarde. Sin embargo, la explosi¨®n se adelant¨® 15 minutos, lo que induce a pensar a la polic¨ªa que la organizaci¨®n terrorista pretend¨ªa atentar en el interior de las oficinas contra el equipo de desactivadores.El explosivo, compuesto por unos dos kilos de amonal, seg¨²n la polic¨ªa, destruy¨® parte del local y ocasion¨® p¨¦rdidas valoradas en unos 10 millones de pesetas, seg¨²n estimaciones del delegado de obras de Renfe, Aurelio ?lvarez.

A las 3.50 se recibi¨® en el parque de bomberos voluntarios de la ciudad una nueva llamada en nombre de ETA que anunciaba la explosi¨®n de otro artefacto en el Club Mar¨ªtimo. El aviso se repiti¨® cinco minutos despu¨¦s en llamada a la central telef¨®nica. Este artefacto, compuesto por seis kilos de amonal, estall¨® a las 4.15 horas, el momento que hab¨ªa sido anunciado por el comunicante an¨®nimo.

Esta segunda llamada de ETA sorprendi¨® al delegado del Gobierno en funciones, Fernando Orellana, y al comisario Alfredo Carvallo delante de las instalaciones de Renfe, donde inspeccionaban los da?os ocasionados por el primer artefacto, por lo que ser¨ªan, posteriormente y a muy escasa distancia, testigos del estallido de la bomba depositada en el Club Mar¨ªtimo.

El artefacto pudo ser colocado en el interior, a trav¨¦s de la puerta de mariner¨ªa, antes de las 19.30 del viernes, en que qued¨® cerrado el Club. Una densa nube de polvo gris surgi¨® de los ventanales mientras se ven¨ªan abajo los cristales del edificio de 800 metros cuadrados de superficie total, anclado sobre numerosos pilares introducidos en el fondo del mar. Cuatro grandes cilindros y voluminosos trozos de tabiques fueron lanzados al agua por la onda expansiva.

El artefacto destruy¨® pr¨¢cticamente una estancia de 144 metros cuadrados destinada a sala de socios filiales; sus muros se vinieron abajo mientras quedaba destrozada la escalera de acceso a la segunda planta. En una primera estimaci¨®n, las p¨¦rdidas ascienden a unos 50 millones, seg¨²n declar¨® el gerente del Club, Francisco V¨¢zquez Quevedo.

Comando 'liberado'

Dos porteros nocturnos, los hermanos Luis y Manuel Gal¨¢n, de 27 y 32 a?os, respectivamente, eran, a las cuatro de la madrugada, los ¨²nicos ocupantes del club, cuando un polic¨ªa municipal corri¨® a alertarles s¨®lo 10 minutos antes de la explosi¨®n. Los ¨²ltimos socios hab¨ªan abandonado el sal¨®n de tertulia del Club hacia las dos de la madrugada.

Lo mismo que en el Club Mar¨ªtimo, la bomba dispuesta en el despacho de Renfe lo fue en el interior, posiblemente en la cisterna de los lavabos, antes de que las instalaciones se cerraran al p¨²blico a las siete de la tarde del viernes. La polic¨ªa atribuye los ¨²ltimos atentados a un comando liberado de ETA, formado por dos o tres personas, que se desplaza de Vizcaya a Santander para cometer las acciones terroristas. Existen sospechas de que las llamadas realizadas se efectuaron desde fuera de Cantabria.