Peste equina
Para muchos de los profesionales que nos dedicamos al caballo resulta dif¨ªcil creer que la peste equina africana haya podido penetrar en nuestro pa¨ªs. Pero los que somos profesionales tambi¨¦n sab¨ªamos del estado deplorable en el que se encuentra la sanidad veterinaria espa?ola.S¨®lo se habla de una importaci¨®n de cebras y de la falta de control veterinario, por quien corresponda, en la frontera. Pero sabemos que las cebras han atravesado parte de nuestro territorio nacional hasta llegar a Madrid, y que para este traslado es imprescindible contar con una denominada gu¨ªa de sanidad y transporte firmada por el veterinario del lugar de origen. Con esto pretendo se?alar que la peste penetra en nuestro pa¨ªs no por fallo ¨²nico del responsable de la sanidad veterinaria de la frontera correspondiente, sino tambi¨¦n por fallo en el titular que extendi¨® la gu¨ªa de transporte. ?Saben ustedes por qu¨¦? Pues simplemente porque ese control no se realiza nunca. Los veterinarios tienen por norma extender las gu¨ªas sentados en sus despachos, generalmente en los mercados, sin ver si el transporte va a ser de un caballo con influenza o con una pata rota. Eso s¨ª, los honorarios del papelito han de ser satisfechos en el acto.
Sabemos que el foco infeccioso llevaba tiempo dando quebraderos de cabeza a nuestros ilustres colegiados. Para unos se trataba de paperas, para otros, de una gripe rara. Y yo digo, ?no hay laboratorios para mandar muestras de sangre y salir de dudas? Pues bien, parece que para mandar estas muestras tuvieron que pasar cerca de dos meses.
Los resultados de tan brillante operaci¨®n de prevencion no se han hecho esperar: cuarentenas nacionales, vacunaci¨®n discriminada, animales sacrificados, concursos suspendidos, ganaderos camino de la ruina, rejoneadores en paro, el turismo ecuestre decapitado, etc¨¦tera.. Pero lo mas incre¨ªble del asunto resulta ser el hecho de comprobar que la escasa informaci¨®n de la que disponemos los profesionales la hemos obtenido gracias a la Prensa y a los medios de comunicaci¨®n en general. Por eso, desde estas l¨ªneas, suplico a los medios de comunicaci¨®n que no olviden el tema de la peste y que sean ellos quienes nos ayuden a encontrar a los verdaderos responsables de este desastre. Gracias.-
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