Ellsworth Kelly: 'Las formas han de actuar como recuerdo de las cosas"
El escultor norteamericano ha realizado un t¨®tem de 15 metros de altura en una plaza de Barcelona
El pintor y escultor norteamericano Ellsworth Kelly (Newburgh, Nueva York, 1923) es el autor de un t¨®tem de 15 metros y un diedro que han quedado instalados en la plaza del General Moragues, entre la calle Felip II y la carretera de la Sagrera de Barcelona, inaugurada el s¨¢bado por el alcalde Pasqual Maragall junto con el puente escultura del ingeniero Santiago Calatrava, ubicado en esa misma zona. Kelly, que tiene obra expuesta en el Museo Metropolitano de Nueva York y en el de Arte Moderno de Par¨ªs, ciudad en la que residi¨® entre 1948 y 1954, declara que, en su opini¨®n, "las formas han de actuar como recuerdo de las cosas que nos rodean".
Ellsworth Kelly, apasionado admirador de la obra de Gaud¨ª, asegura que cuando descubri¨® en Barcelona el banco del Parque G¨¹ell, tuvo la impresi¨®n de que "alguien hab¨ªa estado all¨ª antes que yo". Sobre dicho banco, integrado por trozos de baldosas, ladrillos y botellas, Kelly ha elaborado una original teor¨ªa art¨ªstica de la que hace derivar las m¨¢s importantes tendencias art¨ªsticas del presente siglo.Para ¨¦l, el fragmentarismo, la idea de utilizar fragmentos de un todo recontextualizados en una nueva funci¨®n art¨ªstica, nace con Gaud¨ª. Y de ¨¦l se nutre directamente el cubismo: "La obra cubista de Picasso, aunque ¨¦l no lo reconociera, puede perfectamente proceder del recuerdo que el pintor, cuyo estudio estaba en las Ramblas muy cerca del Palau G¨¹ell, ten¨ªa de Gaud¨ª, de su uso de elementos fragmentados. Este proceso se produc¨ªa en correspondencia con los estudios de Einstein sobre el ¨¢tomo. Y tambi¨¦n Mir¨®, en mi opini¨®n, recibe esta misma influencia.
Formas cotidianas
Kelly comenta todos estos aspectos, que le tienen absolutamente fascinado, porque forman parte de su hacer creativo de cada d¨ªa. Su obra parte efectivamente de la observaci¨®n de formas cotidianas, de las que extrae estructuras primarias geom¨¦tricas: por ejemplo, la proyecci¨®n de unas sombras sobre una escalera (La Combe I, 1950), detalle de un puente sobre el Senate Plaque: Bridge Arch and Reflection, 1951), una ventana (Window, 1949, conservada en el Museo de Arte Moderno de Par¨ªs), la intersecci¨®n de dos hojas (Whites, 1963, conservado en el Whitney Museum of American Art de Nueva York)."Me interesa la proyecci¨®n de la forma hacia el exterior y no la lectura individual del artista. De hecho, desde los a?os 50 procuro mirar siempre hacia fuera, perdiendo todo rasgo individual. Si la forma est¨¢ bien hecha trabaja por ella misma", afirma. Por eso de Par¨ªs, donde residi¨® entre 1948 y 1954, le interesan no las iglesias g¨®ticas ("demasiado recargadas de detalles, se contemplan demasiado a s¨ª mismas"), sino, sobre todo, los edificios rom¨¢nicos, por esenciales, claros y an¨®nimos: "La combinaci¨®n del rom¨¢nico y de Gaud¨ª es para m¨ª [o mejor en absoluto", asegura, a?adiendo que esa misma tarde piensa visitar la capilla de la Colonia G¨¹ell, que a¨²n no conoce.
Inter¨¦s por las estructuras primarias, antisubjetivismo (Kelly no firma sus obras), elementos repetidos en serie: f¨¢cilmente puede situarse al artista dentro de la corriente minimalista, cosa que han hecho numerosos tratadistas de arte. Pero ¨¦l prefiere desmarcarse del calificativo, en nombre del antidoginatismo: "El minimalismo me parece una corriente ultradogm¨¢tica, que excluye por completo lo que ocurre fuera de la forma que presenta. Es adem¨¢s un tipo de arte agresivo, de denuncia de un mundo que no funciona. Richard Serra, por ejemplo, insiste en su obra en que todo va muy mal, y no quiere que esto se olvide. Yo, en cambio, pienso en que hay seres humanos que contemplan las obras".
Acaso sea ¨¦ste el punto que desmarca a Kelly del minimalismo: la conciencia de que la obra no pertenece al creador, sino que adquiere sentido ¨²nicamente cuando el receptor establece con ella una relaci¨®n dial¨¦ctica: "Por esto mi pintura hace mucho que renunci¨® a manifestarse dentro de un marco", afirma Kelly, al tiempo que muestra un tr¨ªptico de formas geom¨¦tricas colgadas directamente en la pared de una sala de exposiciones. "En realidad mis formas pretenden actuar en el subconsciente del observador como memoria de las cosas. Todas las formas que utilizo proceden de la observaci¨®n de la realidad, pero, al despojarlas de los detalles ornamentales y ofrecerlas en dimensiones mucho mayores que el original, pierden su significaci¨®n para actuar como recuerdo".
El totem de 15 metros de altura y el diedro, ambos en acero cotten ubicados en la plaza del General Moragues, urbanizada por la arquitecta Olga Tarrass¨®, estaban destinados en principio al parque de la f¨¢brica Pegaso, en el barrio de La Sagrera. Pero finalmente aquel espacio no convenci¨® a Kelly, quien ha preferido la estructura triangular de la reci¨¦n urbanizada plaza.
Kelly forma parte, junto con Richard Serra, Bryan Hunt, Roy Lichenstein, Maus Oldenburg y Beverly Pepper, de un grupo de prestigiosos artistas norteamericanos contactados por el Ayuntamiento de Barcelona para trabajar con los arquitectos municipales en la reorganizaci¨®n de nuevos espacios urbanos. Seg¨²n Jos¨¦ Antonio Acebillo, director de Proyectos Urbanos del Ayuntamiento, tales contactos se han establecido en condiciones muy favorables para Barcelona: "Los artistas han accedido a hacernos proyectos y maquetas por un importe muy inferior al que suelen cobrar en su pa¨ªs. El proyecto global de la plaza del General Mor¨¢gues ha costado 80 millones de pesetas".
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