Tr¨¦bol
El ¨²ltimo sol de septiembre dora los membrillos, enciende a media tarde una luz rom¨¢nica en las paredes de la ciudad y tambi¨¦n se licua en las l¨¢grimas de los ciervos antes de que la veda se levante. Ahora los cazadores desengrasan las escopetas, los pol¨ªticos se limpian la lengua en el felpudo del Congreso, los amantes preparan sus sesiones de amor para la niebla. Pronto cambiar¨¢ el tiempo. Lo s¨¦ porque me escuecen las cicatrices del cuerpo, pero el fulgor de estos d¨ªas a¨²n es de aceite o de moscatel. Dentro de poco, con las lluvias, llegar¨¢n las aves buscando charcas templadas en el sur y yo las ver¨¦ cruzar altas formando una oscura lanza en el cielo y abajo dormir¨¢ el humo de la hojarasca amarilla en los jardines, mientras echo unos naipes en el tapete. ?Qu¨¦ espero de la vida? Que una met¨¢fora luminosa me salve en cada jornada entre blasfemias y jaculatorias. Ha pasado el verano con el fragor de sangre en las sucias capeas, y las fiestas rudimentarias de sexo y alcohol ya se han ido. Con el oto?o se llenar¨¢ de p¨®lvora el campo, un mill¨®n de conejos ser¨¢ destripado, habr¨¢ grandes risas alrededor de las cazuelas de tordos, las nubes derramar¨¢n perdices, y los venados mirar¨¢n la boca de los rifles con ojos de terciopelo.Esta cacer¨ªa seguir¨¢ en la ciudad. Dentro del ruido in¨²til que producen los pol¨ªticos sonar¨¢n bombas en las esquinas cruciales, rodar¨¢ el tambor de los rev¨®lveres privados, se oir¨¢n chasquidos de navajas al pie de las farolas, y el canto de las ambulancias unido a las trompetas de los polizontes ser¨¢ la mejor orquesta. Con hombres y animales se tejer¨¢ la alfombra de la muerte que el oto?o va a cubrir de hojas, y quien resulte ileso ya no lograr¨¢ admirarse ni compadecerse. Pero hay que confiar en las reglas doradas del azar. Alguna corza quedar¨¢ indemne en la ribera y una nueva hornada de amantes salvar¨¢ sus caricias cuando la metralla rubrique los cristales, y a uno que nada espera tal vez esta luz de membrillo se le encender¨¢ sobre un as de tr¨¦bol, y de ¨¦l brotar¨¢ una met¨¢fora para continuar viviendo.
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