Admirable 'comic' tr¨¢gico

Esta extra?a y poderosa pel¨ªcula brit¨¢nica de dibujos animados se exhibi¨® en la pasada edici¨®n del festival de cine de Madrid. Fue una de las obras indiscutibles all¨ª presentadas, una inquietante muestra del, por lo general, liviano comic, aplicada a la representaci¨®n de una ficci¨®n pol¨ªtica sobre el holocausto nuclear.Lo m¨¢s duro del filme es su inmediatez. Se trata de una par¨¢bola sobre el fin del mundo contempor¨¢neo, pero en ella no hay traca alguna de fuegos de artificio visuales ni la menor concesi¨®n a la espectacularidad. Cuenta con recursos asc¨¦ticos de alta precisi¨®n la vida diaria de un matrimonio de la peque?a burgues¨ªa inglesa que ha logrado sobrevivir en su domicilio al asalto de una guerra nuclear de devastaci¨®n.

Pasado el accidente del gran viento, el apacible matrimonio reinicia, sin cambiar ni una sola de sus costumbres, la vida cotidiana. Y ¨¦sta es la m¨¦dula de este terrible filme: el relato, lineal y despojado de cualquier adorno que alivie al espectador del negro humor que destila, de la tierna y tozuda persistencia de las rutinas legisladas en un mundo donde todas la leyes han volado en pedazos o, de otra manera, el mantenimiento de los comportamientos civilizados all¨ª donde todo rastro de civilizaci¨®n ha sido arrasado.

Hay dos pel¨ªculas recientes que despliegan en la pantalla el mismo asunto: Sacrificio, de Tarkovski, y Cartas de un hombre muerto, de Lopusanski. Todo y nada tienen con este filme de dibujos, que ofrece un tercer punto de contemplaci¨®n r¨ªtmica de la misma hip¨®tesis pol¨ªtica. Lo que en la primera es una penetraci¨®n en el abismo rnetafisico y en la segunda la reconstrucci¨®n de los mecanismos sociales de supervivencia, aqu¨ª es el susurro -de explosivo resultado humor¨ªstico- de los hilos de una forma de vida que se resiste a callar y a extinguirse. Pel¨ªcula bella, amarga, que hay que ver.