La polic¨ªa dispers¨® una concentraci¨®n de madridistas que festejaban la victoria

Unidades antidisturbios de la polic¨ªa tuvieron que intervenir anoche para dispersar una concentraci¨®n de miles de aficionados madridistas que se congregaron en la plaza de Cibeles para festejar el triunfo de su equipo hasta pasada la medianoche. La polic¨ªa fue requerida para normalizar el tr¨¢fico, que qued¨® interrumpido en varios tramos del paseo de la Castellana durante m¨¢s de media hora. Un grupo de hinchas recibi¨® a la polic¨ªa con una lluvia de piedras. Un agente result¨® herido en la cabeza por una pedrada.

La intervenci¨®n de la polic¨ªa se produjo en un momento en que la expresi¨®n de j¨²bilo amenazaba con desbordar la fuente de Cibeles. Cerca de un centenar de aficionados se api?aban en la fuente cuando una decena de furgones de la polic¨ªa se present¨® r¨¢pidamente en el lugar de la festiva celebraci¨®n.Los concentrados se replegaron sin que la polic¨ªa apenas tuviera que intervenir. En esos momentos, circular por el paseo de la Castellana era poco menos que imposible: centenares de coches bloqueaban el tr¨¢fico en un tramo de cerca de un kil¨®metro.

La polic¨ªa se parapet¨® en torno a Cibeles. La estatua luc¨ªa en esos momentos una vistosa t¨²nica blanca en la que pod¨ªa leerse: "?Hala Madrid!". En medio de un concierto ensordecedor de bocinas comenzaron a llover repentinamente piedras y adoquines. El blanco eran las fuerzas del orden p¨²blico.

Seg¨²n confirmaron varios agentes, un polic¨ªa result¨® alcanzado en la cabeza por una piedra y tuvo que ser trasladado a una casa de socorro cercana. Las mismas fuentes, sin embargo, no pudieron precisar ni el nombre ni las caracter¨ªsticas de la lesi¨®n del agente.

"?Esos chicos de marr¨®n, de qu¨¦ equipo son!", coreaban los miles de aficionados. Diversas cargas con los furgones y alguna intervenci¨®n aislada bastaron para templar los ¨¢nimos de los hinchas, que poco despu¨¦s de fueron despejando el concurrido paseo de la Castellana.

El concierto de bocinas no ces¨® hasta bien pasada la medianoche por las calles de Madrid. A continuaci¨®n, la hinchada traslad¨® la fiesta al aeropuerto de Barajas; la llegada de los jugadores madridistas estaba prevista para las dos y media de la madrugada.