El quehacer del maestro

Despu¨¦s de 12 a?os, B¨¦jart ha vuelto al Liceo con una selecci¨®n de coreograf¨ªas creadas a lo largo de su dilatada carrera. Comienza el espect¨¢culo con 7 danses grecques, con m¨²sica extra¨ªda de la obra Thalassa Mare Nostrum de Mikis Theodorakis. B¨¦jart diluye los pasos a dos, a tres y a siete, as¨ª como las variaciones y las entradas y salidas del cuerpo de baile. Las siete danzas son otros tantos homenajes al Mare Nostrum, que Michel Gascard, para quien fue creada la coreografia en 1982, resuelve con brillantez y una espectacular flexibilidad.En contraste, lo m¨¢s destacado de Vie et mort d'une marionette humaine es el vestuario que envuelve a un Jorge Donn de movimientos delicados y ambiguos. A medida que va despoj¨¢ndose de los suntuosos ropajes, Donn se transforma en un clown y desarrolla una pantomima viril que, no obstante, tiende a carecer de vigor en alg¨²n momento.

Mephisto Walzer fue estrenado en Montecarlo en 1979 por Jorge Donn y Natalia Makarova. La interpretaci¨®n corre ahora a cargo de Lynne Charles y Gil Rom¨¢n. Se trata de un poema sinf¨®nico en el que Liszt narra c¨®mo Sat¨¢n, disfrazado de violinista, obliga a Margarita a bailar hasta volverla loca. En su coreograf¨ªa, B¨¦jart es fiel a la partitura, pero traspone la narraci¨®n, invirtiendo al final los papeles de los personajes. Destaca la sobresaliente interpretaci¨®n de Lynne Charles.

En cuanto a la segunda parte del programa, cont¨® con el cl¨¢sico Serait-ce la mort?, basado en los cuatro ¨²ltimos lieder de Richard Strauss con textos de Hesse y Eichendorff. Es otra historia de amor y muerte, de planteamiento inteligente que asimila y reconsidera los t¨®picos acad¨¦micos.,

Para terminar, no falt¨® el Bolero de Ravel, una obra que es ante todo la exaltaci¨®n de la pasi¨®n vital y de la libido. La coreograf¨ªa de B¨¦jart, es sencillamente magistral y en 1960 le vali¨® el premio del Teatro de las Naciones. El core¨®grafo ha comprendido mejor que nadie la importancia del ritmo en la danza, hasta tal punto que este elemento llega a poseer literalmente a la melod¨ªa. La versi¨®n coreogr¨¢fica masculina, interpretada por Jorge Donnn, parece rozar en alg¨²n momento la improvisaci¨®n, quiz¨¢s porque la simbiosis entre m¨²sica y danza se hace casi total.

Con este programa variado, el espectador tiene acceso al conocimiento del estilo B¨¦jart, porque queda patente un savoir-faire que va mucho m¨¢s all¨¢ de un mero sincretismo coreogr¨¢fico. Es cierto que B¨¦jart se abre a m¨²ltiples y variadas influencias y culturas, que se mueve dentro de una tem¨¢tica harto conocida, aunque siempre vigente. Se trata, en definitiva, de un creador ambicioso, consciente de que las ideas cambian, pero tambi¨¦n de que, como dec¨ªa el poeta Mistral, "ll n'y ¨¤ que la forme qui reste" ("S¨®lo la forma permanece").