La guitarra de Carabanchel
El madrile?o Rosendo present¨® en concierto su tercer elep¨¦, ... A las lombrices, desde que su banda, la m¨¢s representativa del rock duro urbano de la capital, Le?o, desapareciera. Fue el primer recital de una gira que tiene para su protagonista un significado especial, por poder cumplir su deseo: hacer m¨²sica en directo aqu¨ª y all¨¢, con su gente. Es lo que a alguien como Rosendo, bonach¨®n e ingenuo por sincero e impulsivo, m¨¢s le va, tocar espont¨¢neo, suelto, en contacto con el p¨²blico.Las dos plantas del antiguo cine Astoria se llenaron de seguidores nuevos y veteranos de los textos ir¨®nicos y de la guitarra de barrio, del de Carabanchel, de Rosendo, admirados siempre de la sencillez y autenticidad de su ¨ªdolo cercano. Rosendo es Rosendo, cr¨ªtico infatigable de ese entorno an¨®nimo que puede aprovecharse de su m¨²sica e intenciones, de ese personaje desconocido, el t¨² al que se dirige, que acostumbra a manipularle, no se sabe c¨®mo, ni desde d¨®nde. Rosendo expone en rock sus razones, sus protestas tranquilas, las graba para que sus gentes las aprendan y despu¨¦s queda la ceremonia imprescindible en la que los espectadores cantan y cantan tapando con su coro la voz principal, la del hijo de la ciudad, la del colega de los colegas. "Madrid, sois los mejores con diferencia", lleg¨® a saludar el cantante.
Concierto de Rosendo y banda
91 minutos. Rosendo Mercado, voz y guitarra; Rafael J. Vegas, bajo; Miguel Jim¨¦nez, bater¨ªa, y Gustavo di Nobile, teclados. Sala Astoria. Madrid, 1 de octubre.
Ni vocalista, ni guitarrista cualificado o virtuoso, Rosendo ha desarrollado la simplicidad de sus composiciones con algunos arreglos r¨ªtmicos en la base que enriquecen el conjunto, caso de Callejones, con letra de Ramonc¨ªn, que ofrece cambios de tiempo y ambientes de teclados que confirman la evoluci¨®n de su autor. No le faltan buenos sonidos guitarreros a sus temas, a base de rifs contagiosos, no siempre originales -esa guitarra de Qu¨¦ me das, recuerda en algo la de Rebel, Rebel, de David Bowie- que se complementan con estribillos f¨¢ciles, directos, interpretados por una manera particular, esa que hace que Rosendo tenga la virtud de la diferencia. Y en vivo la fiesta es jovial, muy entretenida tambi¨¦n para quienes no son necesariamente adeptos al estilo de Rosendo, y no pueden evitar mover sus pies al ritmo de Agradecido u Obst¨¢culos impertinentes, pieza de letra magn¨ªfica.
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