El 30% de los colegiales de Torrej¨®n estudia en las cercan¨ªas de la base a¨¦rea
S¨®lo la autov¨ªa de Arag¨®n, conocida en este tramo como autopista de Barajas, separa el comienzo de la pista de aterrizaje de la base a¨¦rea de Torrej¨®n -la m¨¢s larga de Europa- de media docena de colegios y un instituto de bachillerato. Las clases en estos centros se ven frecuentemente interrumpidas por el ruido ensordecedor del despegue o aterrizaje de los reactores de la base, que obligan a profesores y alumnos a guardar silencio. Recientemente, el pleno del Ayuntamiento aprob¨® una moci¨®n para que la Administraci¨®n tome medidas contra el ruido.
Los colegios Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, Seis de Diciembre, Jaime Vera, Pablo Picasso, Pinocho, Miguel de Cervantes y el instituto de bachillerato Las Veredillas, de Torrej¨®n de Ardoz, que acogen aproximadamente a 7.000 alumnos, son los centros m¨¢s cercanos a la pista de la base, pero, seg¨²n Antonio S¨¢nchez Doncel, concejal del Educaci¨®n en el Ayuntamiento, "todos los colegios e institutos del municipio, as¨ª como los dem¨¢s centros de trabajo y estudios, se ven negativamente afectados por el ruido, porque los aviones sobrevuelan la poblaci¨®n en su totalidad, y si el estruendo estalla en un momento determinado en el barrio Parque de Catalu?a, sabemos que cinco segundos m¨¢s tarde irrumpir¨¢ en el de las Veredillas"."Los vuelos sobre la poblaci¨®n suelen concentrarse a primeras horas de la ma?ana, cuando los ni?os est¨¢n m¨¢s receptivos y cuando el nivel de informaci¨®n que son capaces de asimilar es mayor. Generalmente, los aviones pasan de dos en dos o de cuatro en cuatro, con intervalos muy cortos de silencio entre pasada y pasada", comenta Alicia Romero, directora del colegio Pinocho, quien asegura que "las continuas interrupciones de la clase, inevitables dado el estruendo de los aviones, acaban por disminuir la capacidad de atenci¨®n de los ni?os y aumenta su irritabilidad; no s¨®lo se pierden los minutos que dura el ruido de las aeronaves, sino los que se emplean en devolver la calma".
El colegio Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, con casi mil alumnos, goza de una relativa ventaja frente a los dem¨¢s centros de la zona: tiene dobles ventanas. En invierno esta protecci¨®n amortigua un tanto el estruendo de los aviones militares; pero, seg¨²n Jes¨²s Arribas, su director, "no ser¨ªa la primera vez que se rompen los cristales cuando los aviones sobrepasan la barrera del sonido; adem¨¢s, en verano y en primavera el calor es insoportable, y las ventanas tienen que estar necesariamente abiertas".
"Finalmente", contin¨²a Arribas, "todos hablamos a voces, tanto los ni?os como los profesores, y no s¨®lo en el colegio sino fuera de ¨¦l; en Torrej¨®n nadie se percata de ello porque todos los que sufrimos el ruido de los aviones hablamos a grito, pero en cuanto hablas con alguien de fuera te lo nota".
Seg¨²n el director del colegio Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, lo que m¨¢s se advierte en los ni?os cuando las pasadas de los aviones son frecuentes es un descenso espectacular de la concentraci¨®n en la clase y un incremento notable de la excitabilidad.
Roto el son¨®metro
En Torrej¨®n ocurren cosas curiosas. El son¨®metro port¨¢til de que dispone el Ayuntamiento para medir el ruido de discotecas y similares -que no puede exceder de 80 decibelios-, se ha averiado en varias ocasiones al no soportar su mecanismo el ruido de un avi¨®n sobrevolando la localidad.
Alguien defini¨® una vez Torrej¨®n como la ciudad de los silencios. "Silencios a la fuerza, dado que el mutismo es la ¨²nica reacci¨®n posible cuando pasa por encima de ti un estruendo m¨®vil insoportable", comenta Francisco Benito, quien afirma que es ya norma cultural de la localidad interrumpir bruscamente una conversaci¨®n, una clase, un pleno municipal, una llamada telef¨®nica o incluso una boda religiosa cuando irrumpen violentamente los decibelios de los reactores, y continuar despu¨¦s como si nada hubiera ocurrido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
Archivado En
- Contaminaci¨®n ac¨²stica
- Base de Torrej¨®n
- Torrej¨®n de Ardoz
- Pol¨ªtica defensa
- Fuerzas armadas
- Acuerdos internacionales
- Provincia Madrid
- Vertidos
- Polic¨ªa municipal
- Estudiantes
- Instalaciones militares
- Relaciones internacionales
- Pol¨ªtica educativa
- Comunidad educativa
- Estados Unidos
- Bases militares
- Centros educativos
- Polic¨ªa
- Contaminaci¨®n
- Ayuntamientos
- Comunidad de Madrid
- Comunidades aut¨®nomas
- Pol¨ªtica exterior
- Zona militar
- Defensa