Eduardo Robles Piquer
Arquitecto, caricaturista, exiliado del 39 y republicano con rey
Eduardo Robles Piquer ha pasado 48 a?os de su vida en Am¨¦rica, de ah¨ª que no resulte extra?o o¨ªr de su boca que es "iberoamericano". Exiliado de primera hora (1939), vuelve como representante del Instituto de Cooperaci¨®n Iberoamericana de Venezuela a entregar al rey Juan Carlos el t¨ªtulo de presidente de honor. "Yo soy un republicano con rey, y ¨¦l es un rey republicano", revela Robles. Arquitecto paisajista, Robles es tambi¨¦n periodista y un consumado caricaturista de l¨ªnea estilizada.
Eduardo Robles Piquer, nacido en Madrid en 1910, se confiesa un hombre fundamentalmente joven, a pesar del marcapasos que oculta en su pecho "y de las m¨²ltiples operaciones sufridas". As¨ª lo confirma el brillo de sus ojos azules y sus manos, nervudas y pecosas. Hace ocho meses que perdi¨® a su mujer, y reconoce que ha sido el golpe m¨¢s fuerte de su vida. Tuvieron siete hijos, de los que viven cinco. Tiene 12 nietos. Caricaturista consumado, Robles se encuadra en la estela de Bagar¨ªa: estilizaci¨®n es su pauta. La aparente sencillez oculta la secreta elaboraci¨®n.Ha pasado 18 a?os en M¨¦xico y 30 en Venezuela. A los 29 a?os, en 1939, se march¨® a Am¨¦rica, exiliado, como tantos otros. Hizo la guerra en el bando republicano, "naturalmente", asegura con entusiasmo. No cesa de sonre¨ªr, y su risa contagia todo lo que toca. Fue presidente de la Federaci¨®n Universitaria Escolar (FUE) y tuvo sus problemas con la polic¨ªa, incluso estuvo detenido. "Contribuimos a que llegara la Rep¨²blica", recuerda ahora. Durante la guerra estuvo destinado en un batall¨®n de fortificaciones, el BOF-37. "Fortificamos el frente de L¨¦rida y nos dieron una medalla del deber por aquellas fortificaciones".
Desde muy joven empez¨® a hacer caricaturas (en 1932 las publicaba en el peri¨®dico El Sol) y, al hablar de su arte de caricato -ha publicado un libro titulado Caricatogenia. Una l¨ªnea, igual a un personaje-, se le nota que es una de su pasiones m¨¢s constantes. Como la de vivir. Viste un traje blando, de cuadritos, y mantiene esa coqueter¨ªa de los que envejecen s¨®lo en la partida de nacimiento.
En Caracas, donde es un renombrado arquitecto paisajista -ha remodelado uno de los parques m¨¢s importantes de la capital venezolana, El Calvario, que se inaugura el d¨ªa 12 de octubre- ejerce en el peri¨®dico El Nacional la cr¨ªtica de arte y teatral. Como paisajista es contrario al parque afrancesado, a la naturaleza domesticada y al cemento. Desde hace 20 a?os escribe una columna bajo el ep¨ªgrafe Ras-gu?os. Otra de sus secciones en el diario caraque?o se titula As¨ª lo vi yo. En ese apartado escribi¨® una evocaci¨®n de Lola, su mujer, ilustrada con una de sus caricaturas. Vuelve a leer el art¨ªculo y se queda sin aliento. Se aprieta los ojos, como estrangulando l¨¢grimas. "Soy un iberoamericano", dice Robles, que tiene la doble nacionalidad, espa?ola y venezolana. Es director de relaciones p¨²blicas del Instituto de Cooperaci¨®n Iberoamericana de Venezuela. Entre los motivos de su viaje a Espa? est¨¢ el entregar al rey Juan Carlos el t¨ªtulo de presidente honorario de la instituci¨®n. "Yo soy un republicano con rey y ¨¦l es un rey republicano", revela Robles, que asegura que a don Juan Carlos le hace mucha gracia su definici¨®n.
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