El actor Albert Vidal se 'enterrar¨¢' bajo tres toneladas de tierra
La acci¨®n reabrir¨¢ el teatro Alfil de Madrid
El actor catal¨¢n Albert Vidal se enterrar¨¢ en vida bajo tres toneladas de tierra en el patio de butacas del teatro madrile?o Alfil los pr¨®ximos d¨ªas 13, 14 y 15 de noviembre (tres representaciones). La nueva acci¨®n de Vidal, titulada Alma de serpiente, consta de 12 secuencias, en el curso de las cuales el actor se entierra, se aletarga (durante m¨¢s de dos horas), surge de su t¨²mulo, danza, marcha, toca unas campanas, escenifica una apoteosis y reparte caramelos. Vidal cuenta con la colaboraci¨®n de 15 vecinos del pueblo de Hell¨ªn (Albacete), que interpretar¨¢n, con tambores y cornetas, sones de Jueves Santo. "He sentido la pulsi¨®n de enterrarme; es algo que me tocaba hacer", manifest¨® a este diario Albert Vidal.
"La base de este asunto es el aletargamiento", dice Albert Vidal instalado en un hondo sill¨®n de cuero negro del que emerge su notable cabeza."Me toca estar bajo tierra respirando con una ca?a; ¨¦so es, sencillamente. Se trata de una pulsi¨®n; no me pregunten por qu¨¦, ni qu¨¦ significa, simplemente, me entierro". No obstante estas palabras, basta con dejar hablar al actor y pronto llegan los significados profundos de la acci¨®n, las m¨²ltiples referencias culturales.
"Un tipo enterrado con una pajita... Es at¨¢vico, es tab¨². Se me pone la carne de gallina cuando pienso en las ramificaciones y las connotaciones que tiene esto. All¨ª debajo, sumergido, dejo a mi cuerpo habitarse por memorias anteriores...
Alma de serpiente, entrar en el esp¨ªritu de la serpiente, del reptil. La serpiente es el animal que tiene el movimiento m¨¢s puro, m¨¢s inocente. Pasa meses bajo tierra, aletargada, y as¨ª limpia su energ¨ªa. Cuando emerge, mantiene una maravillosa coherencia de movimiento; cuando se mueve, parece que mueva la vida, el cosmos. Para m¨ª, la serpiente, no ha perdido el para¨ªso, lo retiene en s¨ª misma gracias al letargo. De todo esto procede mi fascinaci¨®n por ese estado". Y luego est¨¢n los tambores. "Me seduce la percepci¨®n por sedimentaci¨®n que provocan los tambores". Alma de serpiente es una coproducci¨®n de Albert Vidal con el Ayuntamiento de Hell¨ªn (Albacete). De Hell¨ªn se ha tra¨ªdo el actor, cual vampiro transilvano, las tres toneladas de tierra para su t¨²mulo. "Es una tierra especial por su consistencia y su tono ligeramente ocre tirando a azafr¨¢n", dice Vidal, que tambi¨¦n reclut¨® en la localidad albacete?a tamborileros y cornetas de los que ejecutan en el pueblo, con autenticidad primigenia, las marchas procesionales de Semana Santa. "Son gente del pueblo, gente del todo alejada del mundo de la cultura, con los que contact¨¦ a trav¨¦s del peluquero de Hell¨ªn, tras vencer un comprensible recelo inicial. En este sentido, la acci¨®n contin¨²a en la l¨ªnea de la Exposici¨®n de personajes vivos, incorporando personal popular a experiencias de vanguardia".
Hay otra raz¨®n que justifica el inter¨¦s de Vidal por Hell¨ªn, sus ra¨ªces y su estupenda tierra, y que a?ade m¨¢s significados si cabe a la acci¨®n: es el lugar de origen de su abuelo.
Al entrar en el teatro, el espectador se encontrar¨¢ con un mont¨ªculo de tierra. Durante unas dos horas y media, (secuencia de letargo) no suceder¨¢ nada perceptible ("que se pongan a su aire, no quiero actitudes lit¨²rgico-culturales, adem¨¢s, serviremos bebidas"). Luego, se iniciar¨¢ la secuencia de rompimiento con la entrada de los 15 m¨²sicos, vestidos con los tradicionales capuchones y togas, que tocar¨¢n junto al t¨²mulo "con la intenci¨®n de despertar al cuerpo". "Al tanto", advierte Vidal, "aqu¨ª hay referencias inequ¨ªvocas a la Pasi¨®n, a la antropolog¨ªa del cristianismo".
En el surgimiento, el cuerpo surge lentamente de la tierra hasta adoptar la posici¨®n erecta -"a¨²n no s¨¦ c¨®mo ir¨¦ vestido", medita Vidal-. A continuaci¨®n, tendr¨¢ lugar la danza de las presencias, con gestos inspirados en las pinturas rom¨¢nicas y ciertos exvotos ¨ªberos por los que el actor siente particular atracci¨®n. Despu¨¦s, una marcha procesional en la que avanza el personaje "airoso y empecinado", una secuencia majestuosa, un solo de campanas, y la apoteosis, con lluvia de p¨¦talos procedentes de la c¨¦lebre pi?a de Hell¨ªn. Por ¨²ltimo, vals de la resurrecci¨®n, con reparto de caramelos, y salida del danzante y m¨²sicos.
Letargo
"Hoy he prolongado el letargo hasta 70 minutos (...). El cuerpo se mov¨ªa por ¨¦l mismo dentro de la tierra emitiendo bramidos y respiraciones espasm¨®dicas" (5 de septiembre, ensayo n¨²mero 5).Albert Vidal ha escrito un diario de ensayos de Alma de serpiente que no tiene desperdicio. Leerlo es introducirse en un mundo fascinante de experiencias y descubrimientos, y constatar la profundidad del trabajo del actor.
El diario, que incluso posee ciertos ecos literarios que recuerdan a un Michel Tournier, una especie de lirismo tel¨²rico, sugiere a veces la peripecia de un cient¨ªfico loco, de un personaje de Poe, o de un te¨®sofo embarcado en una profunda aventura espiritual.
En un momento de los ensayos, Vidal reclama, a trav¨¦s del tubo, la presencia de un espectador inocente para conocer su reacci¨®n. "Vino la se?ora Mar¨ªa, de la casa de al lado; se le despert¨® un mecanismo de defensa apoyado en la risa".
Alma de serpiente, es un hito en el camino antropol¨®gico de Vidal, que no descarta abandonar festivales en una espiral ascendente de realismo. "Que me valoren como medium, como cuerpo disponible, no como artista; que me llamen para Semana Santa al grito -?por qu¨¦ no?- de '?que venga el resucitao!'.
Entre los proyectos del actor, impresionado por una reciente visita al Santo Sepulcro, durante la presentaci¨®n de su Hombre urba?o en el Zool¨®gico de Jerusal¨¦n, se encuentra una performance de 40 d¨ªas en el desierto de Galilea a partir de la experiencia de Jesucristo.
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