La seguridad aliada se ver¨¢ servida
El acuerdo supercero para la supresi¨®n de todos los misiles de alcance intermedio, lanzados desde tierra, de Estados Unidos y de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, sirve a la seguridad de los aliados occidentales, que fueron los que lo pidieron, estima el autor, que ha seguido de cerca estas negociaciones, que repasa en detalle en este art¨ªculo.
En la primavera de 1983, la delegaci¨®n norteamericana en Ginebra enunci¨® cinco criterios que Estados Unidos consideraba fundamentales para valorar la aceptabilidad de cualquier propuesta en materia de INF (fuerzas nucleares de alcance intermedio). Tales criterios eran:1. Que la propuesta previese una igualdad de derechos y limitaciones entre EE UU y la URSS.
2. Que los l¨ªmites fueran bilaterales y no previeran la compensaci¨®n de sistemas pertenecientes a terceros pa¨ªses.
3. Que los l¨ªmites rigieran para los proyectiles de alcance intermedio-largo con independencia de su emplazamiento, de forma que quedara asegurado que no iba a haber exportaci¨®n del problema de seguridad desde Europa al Extremo Oriente.
4. Que la propuesta no redundara en un debilitamiento de la contribuci¨®n norteamericana a la disuasi¨®n y defensa convencionales de la OTAN.
5. Que la ejecuci¨®n de las disposiciones del tratado fuera objetivamente verificable.
La propuesta que entonces manten¨ªa la URSS no satisfac¨ªa ninguno de dichos criterios. Propon¨ªa la URSS que las fuerzas brit¨¢nicas y francesas quedaran computadas en nuestro lado a efectos de las limitaciones propuestas. De hecho, seg¨²n la matem¨¢tica sovi¨¦tica, EE UU no hubiera podido conservar ning¨²n proyecto de alcance intermedio largo, mientras que la URSS habr¨ªa conservado una fuerza considerable. Hubiera sido una opci¨®n cero s¨®lo por nuestra parte.
La URSS propon¨ªa que el ¨¢mbito geogr¨¢fico de aplicaci¨®n de un acuerdo sobre INF fuera s¨®lo el territorio europeo y reducciones de la aviaci¨®n de doble funci¨®n; la contribuci¨®n norteamericana con fuerzas convencionales al sistema de la OTAN habr¨ªa quedado debilitada de ese modo.
Ahora, pasados cuatro a?os, tenemos un acuerdo sobre las l¨ªneas generales de un conjunto de medidas que satisfacen cuatro de esos cinco criterios. Respecto al quinto, tenemos un acuerdo con la URSS sobre los principios generales de la verificaci¨®n, comprendida la inspecci¨®n in situ, pero a¨²n quedan por resolver muchos extremos de la cuesti¨®n.
Situaci¨®n presente
El conjunto de medidas que ambos lados han convenido en principio es semejante a la opci¨®n cero, que el presidente Reagan fue el primero en proponer en el a?o 1981. Entre otras cosas, se ha convenido lo siguiente:
- La eliminaci¨®n de todos los proyectiles norteamericanos y sovi¨¦ticos de alcance intermedio-largo (de 1.000 a 5.500 kil¨®metros de alcance) a escala mundial.
- La Eliminaci¨®n de todos los proyectiles norteamericanos y sovi¨¦ticos de alcance intermedio-corto (de 500 a 1.000 kil¨®metros de alcance) a escala mundial.
- Destrucci¨®n de todos los proyectiles que hayan de ser eliminados, es decir, que ninguno de ellos sea reconvertido o transferido a otros pa¨ªses.
- Prohibici¨®n de producci¨®n, modernizaci¨®n y pruebas de vuelo de proyectiles de alcance intermedio.
- Verificaci¨®n mediante, entre otros procedimientos, intercambios extensos de datos, observaci¨®n in situ de la eliminaci¨®n de los proyectiles nucleares de alcance intermedio y seguimiento efectivo, incluida la inspecci¨®n in situ, de los restantes proyectiles INF hasta que sean eliminados, as¨ª como de las instalaciones a su servicio.
Ambas partes han formulado propuestas sobre la redacci¨®n del tratado que incorporan la eliminaci¨®n de los proyectiles INF a escala global, y han elaborado un borrador conjunto. Si bien persisten diferencias, la redacci¨®n que cada lado prefiere est¨¢ incluida en el texto entre par¨¦ntesis. El resto de las negociaciones se concentrar¨¢ en la resoluci¨®n de esas diferencias, de forma que se eliminen todos los par¨¦ntesis y se concluya una redacci¨®n convenida en todos sus extremos.
El principal obst¨¢culo eliminado en los encuentros Shultz-Shevardnadze fue el relativo a los proyectiles Pershing IA de la Rep¨²blica Federal de Alemania y los veh¨ªculos norteamericanos de reentrada en la atm¨®sfera que los dotan, que mantenemos en virtud de una f¨®rmula establecida de cooperaci¨®n con la RFA. Despu¨¦s de llevar m¨¢s de cinco a?os de negociaciones sobre las INF sin haber hecho propuesta alguna de limitaci¨®n de esos sistemas, la URSS formul¨® s¨²bitamente en la primavera pasada la demanda de que los veh¨ªculos de reentrada norteamericanos quedaran incluidos en el tratado como sistemas que deb¨ªan ser eliminados. Eso no est¨¢bamos dispuestos a hacerlo.
A lo largo de 20 a?os de conversaciones sobre control de armamentos, Estados Unidos ha mantenido que las negociaciones bilaterales norte americano - sovi¨¦ticas no podr¨ªan afectar a sistemas de terceros pa¨ªses ni a las f¨®rmulas de cooperaci¨®n existentes con nuestros aliados. Aunque consideramos que esa demanda sovi¨¦tica de ¨²ltima hora constitu¨ªa un obst¨¢culo artificial creado para generar discordias entre los aliados de la OTAN, se hizo posible una soluci¨®n pr¨¢ctica a ra¨ªz de una declaraci¨®n del canciller alem¨¢n Kohl. El canciller indic¨® que, en caso de que Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica culminaran y pusieran en pr¨¢ctica un acuerdo verificable sobre las INF que supusiera la eliminaci¨®n real de los proyectiles de alcance intermedio norteamericanos y sovi¨¦ticos de conformidad con el calendario convenido, la RFA desmantelar¨ªa sus proyectiles Pershing.
Explicamos a la URSS que, en el momento en que se cumplieran las condiciones del canciller Kohl, seg¨²n su misma declaraci¨®n, el programa de los Pershing quedar¨ªa cerrado. En tal momento, los veh¨ªculos de reentrada norteamericanos correspondientes a los Pershing alemanes pasar¨ªan a incluirse entre los medios armament¨ªsticos no afectados por un programa de cooperaci¨®n vigente y ser¨ªan consiguientemente retirados y eliminados r¨¢pidamente por los mismos procedimientos empleados con los proyectiles de alcance intermedio norteamericanos y sovi¨¦ticos. Los explosivos nucleares y sistemas de gu¨ªa ser¨ªan retirados y devueltos a las autoridades nacionales, y se destruir¨ªa la estructura restante de dichos veh¨ªculos.
Las principales cuestiones en las. que quedan detalles por resolver son las del calendario de reducciones y el importante cap¨ªtulo de la verificaci¨®n. En los encuentros Shultz-Shevardnadze no se trataron a fondo las cuestiones de verificaci¨®n porque la URSS quer¨ªa disponer de m¨¢s plazo para estudiar las propuestas detalladas que hab¨ªamos presentado d¨ªas antes en Ginebra.
Las ¨²ltimas propuestas norteamericanas sobre unificaci¨®n difieren de las anteriores en la cuesti¨®n de los l¨ªmites que nos propondr¨ªamos verificar.Una vez que la URSS convino en la eliminaci¨®n de todos los proyectiles INF sin excepciones territoriales es cuando propusimos un planteamiento de verificaci¨®n simplificado. Indicamos a la URSS que nuestra propuesta de verificaci¨®n estaba basada en los supuestos siguientes:
- Eliminaci¨®n de todos los proyectiles de alcance intermedio-corto en el plazo de un a?o.
- Eliminaci¨®n de todos los proyectiles de alcance intermedio largo en un plazo de tres a?os.
- Prohibici¨®n de la modernizaci¨®n, producci¨®n y pruebas de vuelo de proyectiles de alcance intermedio.
Sobre la base de la coincidencia en esas condiciones, el r¨¦gimen de verificaci¨®n que propon¨ªamos habr¨ªa de comprender las medidas siguientes:
Un intercambio detallado de datos, actualizados siempre que fuera necesario, sobre el emplazamiento de las instalaciones de apoyo de la fuerza de proyectiles, el n¨²mero de proyectiles y lanzadores en dichas instalaciones y los par¨¢metros t¨¦cnicos de los sistemas de misiles.
- La notificaci¨®n del movimiento de misiles y medios de lanzamiento entre instalaciones de existencia declarada.
- Una inspecci¨®n b¨¢sica preceptiva para la verificaci¨®n del n¨²mero de misiles y de medios de lanzamiento en instalaciones declaradas.
- La inspecci¨®n in situ para verificar la destrucci¨®n de misiles y medios de lanzamiento.
- Inspecci¨®n con corto plazo de preaviso de instalaciones declaradas. - Inspecci¨®n con corto plazo de preaviso de determinadas instalaciones, tanto norteamericanas como sovi¨¦ticas, en las que se sospechara la existencia de actividades no autorizadas por el tratado.
Este conjunto de medidas de verificaci¨®n habr¨ªa de constituir el r¨¦gimen de verificaci¨®n m¨¢s estricto de la historia del control de armamentos. Esperamos que la Uni¨®n Sovi¨¦tica cumpla su compromiso de desarrollar con nosotros una labor intensa para crear la base de una verificaci¨®n efectiva del tratado sobre INF.
?Cu¨¢les son las perspectivas de conclusi¨®n de un tratado? De entrada, resulta esperanzador que no queden cuestiones de principio sin resolver. Ahora bien, no hemos de olvidar que el diablo se agazapa en los detalles.
Queda mucho trabajo por hacer en el cap¨ªtulo de la verificaci¨®n. Ambos lados tienen todav¨ªa que ponerse de acuerdo en un calendario para la reducci¨®n. Quiz¨¢ lo m¨¢s esperanzador de todo sea el que la URS S parezca tan resuelta como lo est¨¢ Estados Unidos a concluir un acuerdo mutuamente aceptable en el plazo realista m¨¢s corto posible
Efectos de un tratado
Los que sostienen que tal acuerdo no ser¨ªa beneficioso para los intereses de EE UU y de la OTAN se basan en dos concepciones b¨¢sicas. La primera es que la eliminaci¨®n de las INF norteamericanas instaladas en Europa atentar¨ªa contra la doctrina de respuesta flexible de la OTAN y romper¨ªa el v¨ªnculo entre los medios defensivos norteamericanos y el aparato de disuasi¨®n de la OTAN.
Es un argumento dif¨ªcil de aceptar si se consideran los medios quedan. En Europa, EE UU mantendr¨ªa m¨¢s de 4.000 cabezas nucleares que dotan una diversidad de veh¨ªculos de lanzamiento -aviones capaces de llevar armamento nuclear, incluidos los F-111, con alcance mayor que los Pershing 2, proyectiles de corto alcance y artiller¨ªa nuclear-, y adem¨¢s seguir¨ªan al servicio de la OTAN varios cientos de veh¨ªculos de reentrada de proyectiles bal¨ªsticos lanzados desde submarinos. Los dispositivos franc¨¦s y brit¨¢nico seguir¨ªan en pie, y los programas de modernizaci¨®n podr¨ªan seguir adelante como est¨¢ previsto. Y, naturalmente, las fuerzas estrat¨¦gicas de EE UU seguir¨ªan aportando un robusto soporte para la disuasi¨®n nuclear.
?Quedar¨ªa roto el eslab¨®n EE UU-OTAN? Dados los dispositivos que quedar¨ªan en Eurapa, as¨ª como nuestra amplia contribuci¨®n en medios convencionales a la defensa de Europa, incluidos los m¨¢s de 300.000 hombres desplegados en Europa occidental, creo que no tiene fundamento hablar de desvicunlaci¨®n
El segundo argumento de los detractores del tratado en ciernes es que crear¨ªa un impulso imparable hacia la completa desnuclearizaci¨®n de Europa. De hecho es materia acordada en la OTAN el que las armas nucleares van a seguir siendo esenciales en su estrategia de disuasi¨®n.
As¨ª pues, el tratado INF al que nos acercamos no atentar¨ªa contra la estrategia de respuesta flexible, no escindir¨ªa a Estados Unidos de la OTAN y no conducir¨ªa a la desnuclearizaci¨®n de Europa. Lo que s¨ª har¨ªa es corregir un notorio desequilibrio de capacidades nucleares ya percibido por los aliados a finales de los a?os setenta, y corregirlo adem¨¢s de la misma forma que propusieron los aliados.
es consejero especial del presidente Reagan y del secretario de Estado, Shultz, para asuntos de control de armamentos.
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