El pensamiento luminoso del director Salonen
El nombre del finland¨¦s Esa-Pekka Salonen (Helsinki, 1958) se a?ade al de los pocos grandes directores de la hora presente. No ha cumplido 30 a?os y su carrera internacional es ya muy importante: primero estudi¨® en Finlandia en la Academia Sibelius y en Italia con Franco Donatoni y Niccolo Castiglioni, hasta su deb¨² en Londres, en 1984, con la Orquesta Philharmonia, de la que fue nombrado principal director invitado en enero del a?o siguiente. En su biograf¨ªa, Salonen figura como director principal de la Sinf¨®nica en la radio sueca, invitado principal de la Philharmon¨ªa y de la Filarm¨®nica de Oslo, y premios Grammy y Cecilia por su grabaci¨®n de la tercera sinfon¨ªa de Lutoslawski.Ante Pekka Salonen he sentido an¨¢loga sensaci¨®n descubridora a la que provoc¨® la aparici¨®n del veinticincoa?ero Lorin Maazel en los a?os cincuenta: es un superdotado, un m¨²sico de instinto, de formaci¨®n y de comunicaci¨®n y un hombre de su tiempo, esto es, de ahora mismo.
Orquesta Milharmonia de Londres
Solista: John Wallace, trompeta-Director- Esa-Pekka Salonen. Obras de Straviriski, Haydn y Sibefius. Festival de Oto?o. Teatro Real, 14 de octubre.
As¨ª, la visi¨®n de Juego de cartas, la sorprendente m¨²sica de ballet de Stravinski, coreografiada por Balanchine en 1937, parec¨ªa enteramente nueva.
No s¨®lo es que cada pasaje, cada hecho sonoro quede distinguido y realzado, sino que luce con un brillo extra?o e inusual que nos recuerda la pintura de Antonio L¨®pez, a cuya categor¨ªa art¨ªstica contribuye de forma admirable una peculiar luminosidad real / irreal.
En la batuta del maestro finland¨¦s cobra absoluta validez el juicio de Casella sobre Juego de cartas, considerado por no pocos como secundarla en el total stravinskiano: "Tiene algo de milagroso y representa, hoy por hoy, el punto m¨¢s alto alcanzado por la portentosa habilidad del ruso".
La Philharmonia londinense es una formaci¨®n espl¨¦ndida como conjunto y como individualidades. Yo no s¨¦ si todo el p¨²blico advirti¨® que estaba ante una orquesta muy superior a otras largamente ovacionadas hace muy poco, pues la reacci¨®n, aun entusiasta, no alcanz¨® la temperatura adecuada.
Perfecta afinaci¨®n
Extraordinario el trompetista John Wallace en el Concierto en mi bemol de Haydn, tanto por la perfecta afinaci¨®n como por la ligereza y flexibilidad en las agilidades y el juego din¨¢mico. De todo punto excelente la Sinfon¨ªa n¨²mero 2 de Jan Sibelius, que Esa-Pekka Salonen alumbra en todos y cada uno de sus rincones: romanticistas y altamente l¨ªricos unos, con claro deje popular otros. Y todo el conjunto sumido en un pathos narrativo que alterna luces y sombras, optimismo y pesadumbre, serenidad e inquietud, magia encantatoria de saga y artesanado detallista. La m¨²sica de este n¨®rdico, ¨²ltimo rom¨¢ntico de Europa, queda cerca de todos gracias a la convincente ideaci¨®n y realizaci¨®n de este grand¨ªsimo director del que esperamos nuevas visitas.
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