Los restos de un naufragio

Hasta hace dos d¨ªas, siete presos vascos condenados por delitos de terrorismo conten¨ªan cada viernes la respiraci¨®n, con la oreja pegada al transistor, cuando los noticiarios relataban las decisiones del Consejo de Ministros. Esperaban o¨ªr su nombre junto a la aprobaci¨®n de un nuevo indulto para antiguos activistas que se han comprometido a rechazar las armas. La escucha se prolongaba desde hace m¨¢s de cuatro a?os y para cuatro de ellos ya ha terminado felizmente.

Son los restos de un naufragio. Privados del apoyo de sus antiguas organizaciones, ya desaparecidas, el ¨²nico respaldo que les queda es sus familias. En la c¨¢rcel no ten¨ªan otra salida pol¨ªtica que reforzar las comunas de ETA Militar. La rechazaron y escogieron la esperanza de recuperar la libertad.Los siete pertenecen al grupo de 43 presos que suscribieron en abril de 1983, despu¨¦s de arduas negociaciones con el entonces senador Joseba Azkarraga y con el representante del Gobierno vasco Juan Porres, un compromiso para abandonar la lucha armada y defender sus objetivos pol¨ªticos con recursos democr¨¢ticos.

Desde aquella fecha han celebrado la liberaci¨®n de los otros 36 firmantes. Cuatro lo har¨¢n en los pr¨®ximos d¨ªas, cuando llegen a la prisi¨®n los decretos de indulto. Los tres ¨²ltimos, condenados por delitos de sangre, a¨²n tendr¨¢n que esperar.

Este grupo de rezagados de la reinserci¨®n no es homog¨¦neo. Cuatro fueron condenados por la jurisdicci¨®n militar. Esa circunstancia ha complicado la concesi¨®n del indulto. "Han salido ya compa?eros con mayores penas, pero sab¨ªamos que ¨ªbamos a ser los ¨²ltimos", reconoc¨ªa Mar¨ªa Jos¨¦ Gorrotxategi, que se encuentra en la prisi¨®n de Martutene (San Sebasti¨¢n), antes de conocer la decis¨®n del ¨²ltimo Consejo de Ministros. "Ahora bien", a?ad¨ªa, "lo que no podemos comprender es que los indultos han empezado a moverse hace s¨®lo unos meses".

Gorrotxategi, de 30 a?os, natural de Zegama (Guip¨²zcoa), era profesora de una ?kastola (escuela en lengua vasca) cuando fue detenida por la Guardia Civil en diciembre de 1980. Pertenec¨ªa a ETA Pol¨ªtico -militar. De su paso por la comandancia de Intxaurrondo prefiere no acordarse. "Golpes..., bueno, de todo", recuerda con cautela. "Por lo menos a m¨ª no me aplicaron electrodos como a los chicos".

"Los chicos" son Juan Antonio Aldasoro, Jes¨²s Alberdi y Benito Irizar, tambi¨¦n indultados anteayer. Los tres son obreros industriales y vecinos de Idiazabal (Guip¨²zcoa). Fueron condenados, como su compa?era, por el asalto al sector a¨¦reo de Zaragoza, en 1980. Treinta y cuatro a?os para los varones, 20 menos para la mujer, que ya estaba clasificada en tercer grado. Pod¨ªa salir todos los d¨ªas de la prisi¨®n si justificaba un trabajo y deb¨ªa regresar por la noche. Ahora se dedica a vender libros.

Sus tres compa?eros hab¨ªan sido clasificados en fecha reciente en segundo grado. Pod¨ªan disfrutar cuatro veces por semestre de un permiso de seis d¨ªas. Alberdi aprovech¨® la oportunidad. Los otros dos se negaron. Quer¨ªan abandonar la prisi¨®n de Nanclares de la Oca (Alava), no hacer excursiones al mundo exterior, explica Gorrotxategi, que se cas¨® con su compa?ero de comando Aldasoro en la prisi¨®n de mujeres de Yeser¨ªas (Madrid) en marzo de 1981.

M¨¢s complicada es la situaci¨®n de los tres presos restantes, condenados por atentados que reivindicaron los Comandos Aut¨®nomos Anticapitalistas. Jes¨²s Larzabal cumple penas por la autor¨ªa de un asesinato y colaboraci¨®n en otros. Jes¨²s Exp¨®sito fue condenado por colaborar tambi¨¦n en un atentado mortal.

A Vicente Senar el tribunal le encontr¨® culpable de facilitar la informaci¨®n previa a otro atentado personal, aunque Azkarraga asegura que fue v¨ªctima de un error judicial oficiosamente reconocido. El propio tribunal recomend¨® la reducci¨®n de la pena. Seg¨²n antiguos compa?eros de prisi¨®n, Senar reconoci¨® haber colaborado con el comando bajo la amenaza policial de que se inculpar¨ªa a su padre y con el ¨²nico objeto de protegerle.

Delitos de sangre

Las ¨²ltimas declaraciones oficiales descartan, por el momento, el indulto de los presos implicados en delitos de sangre. Los familiares reaccionan airados. "Ahora se dan cuenta", se indigna un hermano de Irizar, Antton, alcalde de Idiazabal (Guip¨²zcoa). "Es absurdo. Cuando el Gobierno acept¨® el documento de los 43 presos ten¨ªa sobre la mesa el expediente de cada uno". Mar¨ªa Jos¨¦ Gorrotxategi coincide: "Vamos a luchar para que salgan los 43". Queremos a todos libres".Azkarraga, art¨ªfice de la segunda fase de la reinserci¨®n, tras la autodisoluci¨®n de ETA Pol¨ªtico-militar, afirma tambi¨¦n que el Gobierno no cumple. "En abril de 1983 el ministro del Interior, Jos¨¦ Barrionuevo, nos prometi¨® que en un a?o saldr¨ªan de la c¨¢rcel todos los firmantes", asegura. "Los delitos de sangre ya se conoc¨ªan entonces".

Sin embargo, ?lvaro Gil Robles, adjunto al Defensor del Pueblo y presente en las negociaciones, asegura que "no hubo fechas concretas". ?Los delitos de sangre? "Quedaron excluidos desde el principio".