A¨²n es posible
Una carabela, fiel reproducci¨®n de la Santa Mar¨ªa, recorre estos d¨ªas el Atl¨¢ntico. Sali¨® de la costa mexicana, muy cerca del lugar en que Col¨®n quem¨® sus naves. Su objetivo es alcanzar a primeros de noviembre el puerto santanderino de Santo?a, cuna de la original nao del almirante genov¨¦s. A bordo viaja un espa?ol, Vital Alsar, con un pu?ado de marineros que conmemoran as¨ª el V Centenario y, sobre todo, satisfacen el universal deseo de aventura.Alberto Oliveras, en su nuevo programa de Radio 1 (RNE) rentabiliza sus viajes y contactos para hacer un buen programa de aventuras. La muerte, final com¨²n de muchos de estos jugadores arriesgados, merodea a lo largo de su espacio.
La ¨²ltima entrevista de Tony Sors, v¨ªctima de un alud inesperado que le arranc¨® de las paredes de un pico asi¨¢tico, junto a otros compa?eros de escalada, o el relato de un antiguo legionario que vio sucumbir a varios compa?eros bajo el abrasador sol del desierto a causa de un tonto accidente, son algunos ejemplos de aventuras tronchadas por un final que todo aventurero contempla como posible.
Con una realizaci¨®n musical adecuada y el sentido de lo dram¨¢tico que siempre acompa?a a Oliveras, tanto en televisi¨®n como ahora en radio, ¨¦ste narra la experiencia de un polic¨ªa artificiero en el momento de desactivar un explosivo o recupera de sus trabajos televisivos parte de un reportaje sobre la consagraci¨®n ritual de las prostitutas sagradas en una regi¨®n de la India, j¨®venes de seis a siete a?os marcadas con hierro candente en la ingle y que dan placer gratuitamente.
La columna vertebral del espacio fue una entrevista a la reportera Carmen Sarmiento. Su evocaci¨®n de las mujeres-jirafa africanas, de un carism¨¢tico Arafat, o de una emboscada en Nicaragua o del asedio saharahui al muro marroqu¨ª permiten enlazar con otros fragmentos del programa, que se mantiene siempre ameno e interesante.
Los documentos sonoros, antiguos o modernos, enriquecen el espacio. En el emitido el ¨²ltimo domingo destacaron dos: una canci¨®n de muerte entonada por trescientos prisioneros asi¨¢ticos enterrados hasta la cabeza por los japoneses en una playa durante la Segunda Guerra Mundial y la despedida, a ritmo de blues y con acompa?amiento de cadenas, que hicieron los compa?eros de galer¨ªa a un condenado de color en un estado racista de los Estados Unidos. En este mismo diario alguien sosten¨ªa que en el mundo de hoy ya no quedan aventuras que correr; este programa de radio demuestra que a¨²n quedan algunas.
Los dioses de la aventura se emite los domingos por Radio 1 (RNE), a las 20.30.
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