Numerosas irregularidades y presuntas corrupciones en la cooperacion espa?ola con Guinea Ecuatorial
La cooperaci¨®n espa?ola con Guinea Ecuatorial muestra numerosas irregularidades y presuntas corrupciones, que han hecho que la mayor parte de los responsables en Malabo, dependientes de la Oficina de Cooperaci¨®n con Guinea Ecuatorial (OCGE) hayan sido discretamente relevados en las ¨²ltimas semanas; mientras, contin¨²an unas investigaciones que han producido ya una denuncia ante la Audiencia Nacional y otra ante las autoridades del Ministerio de Transportes.
Fuentes gubernamentales y del Ministerio de Asuntos Exteriores admitieron que tiene "dif¨ªcil explicaci¨®n" el descontrol que ha venido existiendo en la ayuda a Guinea, ayuda cuyo volumen econ¨®mico, alrededor de dos mil millones de pesetas anuales, es superior al que nuestro pa¨ªs invierte en toda Latinoam¨¦rica.Un informe reservado, conocido hace algunas semanas por los m¨¢s altos responsables del Ministerio de Asuntos Exteriores, y al que ha tenido acceso este peri¨®dico, muestra hasta qu¨¦ punto ha llegado el citado descontrol en la cooperaci¨®n prestada desde 1979 a la ¨²ltima colonia espa?ola: en las conclusiones del informe, una inspecci¨®n encargada por las propias autoridades de la Secretar¨ªa de Estado para la Cooperaci¨®n Internacional a la subdirecci¨®n del control de la gesti¨®n del Ministerio de Exteriores, se afirma que "puede resumirse que la gesti¨®n econ¨®mica de la cooperaci¨®n con Guinea en poco o nada se ha ajustado a las normas administrativas y presupuestarias".
La inspecci¨®n, encargada desde Madrid, se?ala la "notable imprecisi¨®n" en la confecci¨®n de los presupuestos de la oficina de cooperaci¨®n en Malabo, de la que dependen 230 cooperantes espa?oles (m¨¢s que los existentes para todo el resto del mundo); irregularidades en la contrataci¨®n de personal guineano, que no disfruta de seguridad social ni vacaciones; existencia de n¨®minas no firmadas; falta de retenciones de IRPF o Seguridad Social; horas extras sin justificar y gratificaciones "a personas no contempladas en plantilla alguna"; falta de inventarios de muebles en las viviendas del coordinador general y del oficial mayor (ambos fueron recientemente sustituidos, aunque, hasta ahora, se evit¨® cualquier publicidad en estos cambios); autom¨®viles cuya propiedad no est¨¢ clara; utilizaci¨®n de los aviones Aviocar para fines ajenos a su funci¨®n; irregularidades en los libros de contabilidad ("carecen de la m¨ªnima fiabilidad", afirma textualmente el informe); errores m¨²ltiples en las cuentas, cuando ¨¦stas existen; existencia de una caja B, por valor de m¨¢s de 90 millones de pesetas, para "gastos no presupuestados".
Denuncia judicial
Adem¨¢s, la inspecci¨®n, iniciada el pasado mes de marzo y concluida en agosto, acusa a la oficial¨ªa mayor de la OCGE en Malabo de "no haber reintegrado nunca al Tesoro los importes ingresos por diferencias de cambio, ni justificado al MAE el destino dado a dichas diferencias". Tampoco se cumple "m¨ªnimamente" la ley de Contratos del Estado en el sistema de compras, y se realizaron compras privadas con fondos p¨²blicos (los redactores del informe no llegan, aparentemente, a explicarse la existencia en los almacenes, no rese?ada, de grandes partidas de tabaco rubio y bebidas alcoh¨®licas). El ex director de la Universidad de Educaci¨®n a Distancia en Malabo, Luis de la Rasilla, fue acusado de presentar justificantes escasos e insuficientes, alegando "autonom¨ªa universitaria", raz¨®n por la que fue denunciado a la Audiencia Nacional por la OCGE.
Tambi¨¦n fue denunciado "un alto fancionario" del Ministerio de Transportes, cuyo nombre no ha sido hecho p¨²blico, por cobrar un plus superior a 360.000 pesetas mensuales como concepto de su permanencia en Guinea; la denuncia, efectuada ante las autoridades del citado ministerio, se present¨® al comprobarse que el funcionario no s¨®lo no resid¨ªa en Guinea -sino en Madrid-, sino que ni siquiera espor¨¢dicamente se desplazaba all¨ª.
Entre los puntos menores existentes en el informe existen algunos que constituyen un buen indicio del funcionamiento que hasta ahora ha venido rigiendo entre los responsables de la cooperaci¨®n en Malabo: as¨ª, figura el pago, por valor de m¨¢s de un mill¨®n de pesetas de repuestos para el autom¨®vil del presidente de la Rep¨²blica, Teodoro Obiang. El informe subraya la "importante descoordinaci¨®n" existente entre la OCGE en Madrid y la oficina en Malabo, que funcionaba, de acuerdo con fuentes del palacio de Santa Cruz, "como un virreinato". Estas mismas fuentes resaltaron que el m¨¢ximo responsable de la cooperaci¨®n en Guinea, el embajador en Malabo, Antonio N¨²?ez, quien ocup¨® algunos altos cargos con UCD, "en todo momento cooper¨® con los investigadores". Pese a ello, o tal vez por ello, N¨²?ez ser¨¢ relevado pr¨®ximamente, por llevar m¨¢s de tres a?os en un puesto considerado especialmente dif¨ªcil e inc¨®modo.
20.000 millones sin control
La cooperaci¨®n espa?ola con Guinea Ecuatorial, es decir, la ayuda que nuestro pa¨ªs presta a la que fuera la ¨²ltima de sus colonias, supera desde 1979 los 20.000 millones de pesetas, seg¨²n c¨¢lculos no exactos -resulta muy dif¨ªcil, dada la tradicional escasez de datos fiables, cuantificar con mayor precisi¨®n- La llegada, hace dos a?os, de Fernando Riquelme a la direcci¨®n de la OCGE, oficina creada en 1981 tras un per¨ªodo de no poca confusi¨®n pol¨ªtica y administrativa en los asuntos relacionados con Guinea, trat¨® de poner fin a un estado de cosas considerado, cuando menos, "ca¨®tico". Y, para colmo, poco rentable: la penetraci¨®n de potencias extranjeras -primero sovi¨¦tica y marroqu¨ª, posteriormente francesa y ahora, al parecer, hasta surafricana- es creciente en Guinea Ecuatorial, pa¨ªs continuamente en busca de un protector que financie sus enormes necesidades y carencias. Al propio tiempo, seg¨²n testiomonios imparciales, decrece la influencia espa?ola; no es de extra?ar, por tanto, que cundiese la alarma entre los responsables de la diplomacia espa?ola cuando supieron, hace tres semanas, que una empresa francesa, France Cable, hab¨ªa ganado a la Compa?¨ªa Telef¨®nica Nacional de Espa?a el contrato para hacerse cargo de buena parte de las comunicaciones de Guinea Ecuatorial.Este estado de cosas parece haber llevado a un cierto des¨¢nimo a un sector del Gobierno -centrado en el equipo econ¨®mico-, lo que hace que en el palacio de Santa Cruz exista una relativa aprensi¨®n por el futuro de la cooperaci¨®n con Guinea. Pero suprimir esta cooperaci¨®n, como, por su lado, tratan de hacer los responsables del Banco Exterior de Espa?a con Guinextebank, resulta dif¨ªcil, porque existen compromisos de Estado y porque, adem¨¢s, como explic¨® recientemente un alto cargo de Exteriores, "la imagen de nuestro pa¨ªs est¨¢ en juego". Fuentes del palacio de Santa Cruz resaltaron que en el futuro "habr¨¢ que introducir racionalidad" y, sobre todo, "un control f¨¦rreo" para evitar que en Guinea "acabe d¨¢ndose una situaci¨®n de virreinato de hecho, donde los funcionarios act¨²an como en un reino de taifas". La inspecci¨®n encargada por los responsables de la Secretar¨ªa de Estado para la Cooperaci¨®n a la Subdirecci¨®n del Control de la Gesti¨®n, dependiente de la Direcci¨®n General del Servicio Exterior del MAE (subdirecci¨®n conocida en el argot interno del palacio de Santa Cruz como los hombres de Harrelson), constituye tan s¨®lo un primer paso. De momento, las investigaciones, a la busca de responsabilidades presentes y pasadas, prosiguen.
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