El Papa canoniza a Giuseppe Moscati, un laico napolitano
ENVIADO ESPECIAL Miles de napolitanos se desplazaron ayer a Roma para asistir a la ceremonia de canonizaci¨®n de Giuseppe Moscati, un m¨¦dico de la regi¨®n de N¨¢poles que muri¨® hace 60 a?os y que ejerci¨® como doctor de cuerpos y almas, tal como atestiguan algunos de sus pacientes. Desde que se inici¨® el s¨ªnodo de los laicos ¨¦ste es el segundo no religioso que se canoniza, aunque es el primero que no cuenta con el respaldo de una orden religiosa.
El Vaticano ha encontrado dificultades para encontrar candidatos a estos procesos de santificaci¨®n, ya que los laicos cuentan con menos milagros que los religiosos. El motivo es que no tienen el efecto amplificador de una congregaci¨®n religiosa detr¨¢s de s¨ª que los d¨¦ a conocer.
Giuseppe Moscati es, sin embargo, un santo popular. Ya cuando le sobrevino la muerte, en 1927, en las calles de N¨¢poles corri¨® la voz de "ha muerto el m¨¦dico santo". Ayer los napolitanos volvieron a hacer gala de su esp¨ªritu meridional cuando invadieron desde primeras horas de la ma?ana la plaza de San Pedro. El ruido de cl¨¢xones y el griter¨ªo se entremezclaba con el sonido de las trompetas que hac¨ªan sonar algunos hinchas del equipo de Diego Armando Maradona, que por la tarde deb¨ªa jugar frente al Roma. Los napolitanos estaban convencidos de ganar, precisamente el mismo d¨ªa en el que contaban con un nuevo santo. Todos esperaban que un milagro supusiera la victoria y un aumento de positivos sobre su m¨¢s inmediato seguidor, precisamente el Roma. El encuentro concluy¨® con empate a un gol. El N¨¢poles termin¨® el partido con dos jugadores menos.
Investigador
El laico que ayer entr¨® en la santidad fue, seg¨²n sus bi¨®grafos, un investigador incansable. "Moscati", dijo el Papa en su homil¨ªa, vio a Dios mismo en las familias enfermas". Juan Pablo II destac¨® el ejemplo que constituye el santo, "no s¨®lo para ser admirado, sino para ser imitado, especialmente por aquellos trabajadores de la salud". Hijo de una familia cat¨®lica, no particip¨® en la agitaci¨®n social de su tiempo, que en 1898 puso la ciudad de N¨¢poles en estado de sitio. Sin embargo, s¨ª ayud¨®, a riesgo de su vida, a evacuar a unos enfermos a quienes puso en peligro la erupci¨®n del Vesubio de abril de 1906. Para ¨¦l, "la caridad y no la ciencia ha transformado el mundo". Su vida fue de una completa entrega a los enfermos. Giuseppe Moscati muri¨® al pie del ca?¨®n, en su consulta, un Martes Santo a las tres de la tarde. Su madre lo hab¨ªa presentido: "Peppino, para aliviar los sufrimientos de los dem¨¢s, se convertir¨¢ en un m¨¢rtir".El 4 de agosto de 1943, en una incursi¨®n de las fortalezas volantes durante la 11 Guerra Mundial, fue bombardeado el templo en el que se encontraban los restos del ayer canonizado. El l¨ªquido incendiario de una bomba que cay¨® cerca de donde se encontraban los restos de Moscati no prendi¨®.
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