El individualismo ha vuelto, dice Lipovetsky
El fil¨®sofo franc¨¦s inaugura un seminario sobre la posmodernidad
Somos m¨¢s individuos que nunca, piensa Gilles Lipovetsky, aunque debemos pagar un precio por esa mayor autonom¨ªa: la mitad de los parisienses viven solos, los suicidios aumentan, los viejos tienen miedo de sobrar. Lipovetsky, profesor de filosof¨ªa en Grenoble y autor de La edad del vac¨ªo (Anagrama), inaugur¨® ayer el seminario sobre Individualismo y posmodernidad, organizado por el Banco de Bilbao en Madrid. "Antes hab¨ªa m¨¢s determinismos", dice; "ahora no han desaparecido, pero ya no son absolutos; ahora los ordenamos un poco a nuestro gusto".
Vestido con zapatillas de deporte, jersei con anagrama, gafas elegidas, el fil¨®sofo mira por la ventana de su hotel la m¨¢s agobiante de las perspectivas sobre la zona de Cuzco, en Madrid y, sin embargo, no considera que ese paisaje sea particularmente horrible; existe en todas las grandes ciudades. "Las sociedades modernas producen simult¨¢neamente los contrarios", dice, "de forma que con los fen¨®menos de masa conviven los procesos de personalizaci¨®n".En el seminario organizado por el Banco de Bilbao en Madrid participar¨¢n en las pr¨®ximas semanas Eduardo Subirats, Luis Mart¨ªn Santos, Vicente Verd¨² y, en un segundo ciclo, Gianni Vattimo. El objetivo del seminario es, seg¨²n sus organizadores, "mostrar c¨®mo el individualismo, que ha sufrido frecuentes derrotas te¨®ricas frente a normas socialistas y comunitarias, reaparece continuamente bajo las m¨¢s diversas formas". Hoy Lipovetsky hablar¨¢ sobre Mayo de 1968 en el Instituto Franc¨¦s de Madrid.
Narciso
Lipovetsky niega con vehemencia "la idea simplista del ahogo de la subjetividad" en las sociedades modernas, pues "a m¨¢s planificaci¨®n burocr¨¢tica, m¨¢s individualizaci¨®n de los comportamientos". Seg¨²n el fil¨®sofo, los ciudadanos de las sociedades avanzadas gozan en su vida privada de un margen de libertad hasta el momento in¨¦dito, y basta pensar en las limitaciones de una mujer contempor¨¢nea y las de una mujer de hace apenas 30 a?os. Entre otras cosas, los modelos a seguir se han multiplicado. "Antes hab¨ªa m¨¢s determinismos", dice; "ahora no han desaparecido, pero los condicionantes ya no son absolutos, ahora los ordenamos un poco a nuestro gusto".El fil¨®sofo ha escrito que el s¨ªmbolo de nuestro tiempo es Narciso, como de otras ¨¦pocas lo fueron Fausto o Prometeo (La edad del vac¨ªo, p¨¢gina 49). As¨ª, Narciso es el fin del hombre moderno o pol¨ªtico, y el nacimiento del hombre psicol¨®gico o volcado en s¨ª mismo, "al acecho de su ser y su bienestar".
"Ese narcisismo individualista", dice Lipovetsky, "no es sin¨®nimo de irresponsabilidad: estamos obsesionados por ser m¨¢s, pero al tiempo queremos integrarnos en la sociedad y trabajar". El autor explica en su libro que ese ser m¨¢s ya no tiene que ver con el hombre voluntarioso de Nietzsche, ni con el hombre moderno que intenta cambiar el mundo, sino que define el ansia de realizaci¨®n personal; Narciso contribuye a definir la posmodernidad, "el agotamiento de la ruptura".
Mas de nuevo la paradoja: "Somos m¨¢s aut¨®nomos, pero eso tiene un precio"; la mitad de los habitantes de Par¨ªs viven solos, los divorcios no dejan de aumentar y los m¨¢s j¨®venes ya no soportan convivir con los mayores. El a?o pasado hubo en Francia 12.000 suicidios, una cifra de muertos superior a la causada por los accidentes de circulaci¨®n. "Somos m¨¢s aut¨®nomos, pero tambi¨¦n m¨¢s fr¨¢giles".
Lipovetsky cree que al hombre no le va a quedar m¨¢s remedio que reencontrar formas de sociabilidad, que de ninguna forma volver¨¢n a ser las de antes. "La vida es m¨¢s complicada. Durante milenios el hombre ha llevado una vida dura, pero sab¨ªa a qu¨¦ atenerse. Hoy tenemos que escoger, y eso es dif¨ªcil".
El autor se subleva contra una visi¨®n "caricaturesca y pesimista de la modernidad, en la que s¨®lo se ve lo negativo". En cuanto a ¨¦l, "soy relativamente optimista sobre el destino de las democracias", dice, "y relativamente pesimista sobre el destino de los individuos". El optimismo se debe a la constataci¨®n de que, "por primera vez en su historia, las democracias occidentales no tienen enemigos internos" (aparte del terrorismo, a su juicio un fen¨®meno marginal y peculiar). "Existe un consenso sobre la legitimidad de la democracia".
Lo ef¨ªmero
Parisino, de 43 a?os, Lipovetsky tiene un poco abandonada su carrera de profesor tras el ¨¦xito de su libro La edad del vac¨ªo. Casado, tiene dos hijos, uno de casi 15 a?os, y otro de casi dos: y ese segundo hijo muy separado del primero, reconoce, es algo muy propio de nuestro tiempo, es tambi¨¦n un deseo de rejuvenecimiento.Lipovetsky presentar¨¢ los pr¨®ximos d¨ªas en Par¨ªs su segundo libro, L'Empire de I'ephem¨¨re (El imperio de lo ef¨ªmero), como explica su subt¨ªtulo, un estudio sobre la moda y su destino en las sociedades modernas. El libro propone una teor¨ªa de la moda desde el siglo XIV, fecha en la que su autor sit¨²a su origen con el criterio de que entonces nace "una l¨®gica de la fantas¨ªa, del capricho est¨¦tico, de la individualizaci¨®n de la apariencia". Lo que exist¨ªa antes no era moda, sino costumbre, que cambiaba con lentitud de siglos.
La originalidad de sus teor¨ªas reside en no proponer la comprensi¨®n de la moda en los habituales t¨¦rminos de clase -la moda como distinci¨®n-, sino culturales. Por lo dem¨¢s, dice, la moda ya no cabe en la apariencia, "se ha convertido en una forma general que organiza la vida colectiva, y se encuentra en el coraz¨®n mismo de la sociedad de consumo, de la publicidad, de la cultura de masas".
Babelia
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