Democracia en Corea
COREA DEL Sur se ha convertido en un pa¨ªs democr¨¢tico al aprobar su poblaci¨®n una nueva Constituci¨®n por refer¨¦ndum. Es un hecho hist¨®rico, despu¨¦s de d¨¦cadas de dominaci¨®n de reg¨ªmenes autoritarios mili tares. Por primera vez, la Constituci¨®n ha sido elaborada sobre la base de un consenso entre el partido gobernante y los partidos de la oposici¨®n. Su contenido es claramente democr¨¢tico: garantiza la libertad de expresi¨®n y de prensa, los derechos humanos fundamentales y en concreto el h¨¢beas corpus, el derecho de los trabajadores a la huelga. La Constituci¨®n es presidencialista, pero difiere del sistema anterior en un punto esencial: el presidente ser¨¢ elegido directamente por los ciudadanos para un plazo de cinco a?os; sus poderes sufren cierta disminuci¨®n en beneficio de un aumento de los del Parlamento.Los resultados del refer¨¦ndum, en el que por primera vez los coreanos han votado sin estar sometidos a coacciones del poder, demuestran una adhesi¨®n masiva a la Constituci¨®n. Es un factor fundamental para el futuro, porque confirma que la voluntad democr¨¢tica tiene ra¨ªces profundas y extensas en la poblaci¨®n. Ahora se puede dar por seguro que a mediados de diciembre tendr¨¢n lugar las elecciones presidenciales. En febrero de 1988, el actual presidente, el general Chun Doo Hwan, entregar¨¢ los poderes al que haya sido elegido por el sufragio universal.
La evoluci¨®n de Corea, desde un r¨¦gimen dictatorial militar a un r¨¦gimen democr¨¢tico, se ha desarrollado en unas condiciones muy peculiares. El factor decisivo ha sido el ansia de libertad del pueblo, expresada en manifestaciones gigantescas que erosionaron y paralizaron el poder del general Chun. Pero el proceso concreto del cambio parti¨® desde dentro del sistema gobernante, y no desde fuera. Por eso, hasta ahora, sigue en su sitio el dictador. En junio pasado, el general Roh Tae Woo, presidente del partido gobernante, propuso una serie de medidas que chocaban con la pol¨ªtica de Chun e iban al encuentro de lo que ped¨ªan las masas y la oposici¨®n.
Para las futuras elecciones, Roh es el candidato del partido del Gobierno. Puede contar con el apoyo de todo el aparato estatal, que pr¨¢cticamente no ha sufrido cambios. Se presenta a la vez como la persona que abri¨® el camino a la democracia. Los partidos de la oposici¨®n democr¨¢tica deben hacer frente a la amenaza de que, en el nuevo marco democr¨¢tico, pueda seguir gobernando el mismo partido que lo ha hecho por m¨¦todos dictatoriales.
A pesar de esta situaci¨®n, los dos principales l¨ªderes democr¨¢ticos de Corea, Kim Young Sam y Kim Dae Jung no han sido capaces de ponerse de acuerdo para presentar un candidato ¨²nico de la democracia. Sin duda, entre ellos hay rivalidades viejas y diferencias pol¨ªticas serias: el primero, presidente del Partido de la Reunificaci¨®n Democr¨¢tica, representa a los sectores moderados de ese partido, a las clases medias. El segundo, v¨ªctima de duras persecuciones de la dictadura, tiene la simpat¨ªa de los estudiantes, los trabajadores, los sectores democr¨¢ticos m¨¢s radicales, y es odiado por los militares. Ha anunciado la creaci¨®n de un nuevo partido para apoyar su candidatura. Por sustanciales que sean las diferencias entre los dos l¨ªderes democr¨¢ticos, parece que, sin garantizar la derrota del candidato Roh Te Woo, no tiene mucho sentido debatir qu¨¦ camino deber¨¢ tomar la democracia, inclin¨¢ndose m¨¢s a la derecha o m¨¢s a la izquierda. Hoy por hoy, esa consideraci¨®n no predomina en la actitud de los l¨ªderes democr¨¢ticos coreanos.
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