La isla de la pintura
Siete pintores mallorquines inauguran una colectiva en Madrid
Son siete: seis hombres y una mujer. Han nacido en Mallorca. Tienen entre 31 y 38 a?os. Casi todos han estudiado fuera de la isla (muchos en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona), pero todos han decidido volver. No se sienten militantes de una generaci¨®n. Defienden su individualidad, aunque no rechazan las influencias del pasado: desde los pintores cl¨¢sicos espa?oles a las ¨²ltimas vanguardias, pasando por quienes eligieron Mallorca para pintar. Todos reconocen vivir holgadamente de la pintura. La pasada semana inauguraron una exposici¨®n colectiva en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid bajo el t¨ªtulo Pintado en Mallorca. Son siete pintores en una isla.
"Cada uno es un mundo. Cada uno va a su aire. Son muy individualistas. Ninguno de ellos puede incluirse en alguna de las modas pict¨®ricas hoy en boga, aunque tengan influencias de todas ellas. La selecci¨®n ha sido en parte casual. Por uno u otro motivo han destacado en la pintura en estos ¨²ltimos a?os. Las obras, casi todas de gran formato, han sido realizadas para esta exposici¨®n". As¨ª explica Josep Pinya, coordinador de Pintado en Mallorca, la selecci¨®n de los pintores, y as¨ª describe la falta de una corriente principal. "El conjunto muestra bien a las claras lo que hoy ocurre en la pintura: la falta de una tendencia predominante. No se adscriben a ning¨²n maestro, pero tampoco son tan ingenuos que renieguen de la historia de la pintura".Mar¨ªa Carbonero (Palma, 1956) es la ¨²nica mujer seleccionada. La firmeza de sus figuraciones (mujeres, toreros) contrasta con sus pocas palabras. Dice que le compensa vivir y pintar en Mallorca. "Me atrae la gran ciudad por la cantidad de est¨ªmulos que encierra, pero me compensa vivir en la isla en el sentido de aislarme, de encontrar recogimiento a la hora de pintar".
"Somos muy diferentes pintando. La coincidencia entre nosotros quiz¨¢ radique en que no seguimos las corrientes pict¨®ricas de una forma mim¨¦tica", dice Joan Riutort (Palma, 1953), que reconoce su especial pasi¨®n por las corrientes vanguardistas. Se queja de la pobreza cultural de la isla.
A Ram¨®n Canet (Palma, 1950), a pesar de moverse en el campo de la abstracci¨®n, le entristece "la pintura sin ra¨ªces. Es importante ver d¨®nde est¨¢ hecha la pintura. En mi caso necesito el mar". Menciona la influencia del ambiente pict¨®rico creado en la isla por artistas como Anglada Camarasa, Joaqu¨ªn Mir o Mir¨®.
Es el m¨¢s joven de los siete. Dice que habla poco, pero cuando coge la hebra no la suelta. Es Men¨¦ndez Rojas (Palma, 1956). "Si pudiera definir mi pintura ser¨ªa escritor". Pero se atreve a seguir: "Me gusta lo cl¨¢sico, la medida y el pensamiento. Primero pienso mucho el cuadro -es el momento m¨¢s duro-, y luego lo realizo".
Patxi Echeverr¨ªa (Palma, 1955) es hijo de un pelotari vasco. Se defiende de su sentimentalidad con la iron¨ªa. Admite que ha pasado por muchos ismos. Utiliza la materia en sus cuadros (arena, maderas gastadas por el mar). Pinta embarcaderos derruidos por el tiempo y playas a las que s¨®lo se puede llegar en barco.
Pep Canyellas (Palma, 1949) es el mayor de los siete. Se define como autodidacto. Ha pasado por el expresionismo y ahora confiesa estar interesado por el mundo imaginativo, "pero con una clara base real. No aplico de manera concreta el expresionismo". Subraya la cualidad de isla de Mallorca como algo que imprime car¨¢cter, que extiende un saludable barniz de locura. "Para trabajar necesito vivir en la isla".
A Antoni Socias (Inca, Mallorca, 1955), ausente en la cena que los mallorquines celebraron en Madrid la v¨ªspera de la inauguraci¨®n de Pintado en Mallorca, tambi¨¦n le cuesta definir lo que pinta. Pero asegura que despu¨¦s de haber vivido y pintado en Madrid prefiere la isla.
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