La burla televisiva
LA NOTICIA de que Jos¨¦ Mar¨ªa Calvi?o, el antiguo fustigador de la televisi¨®n privada mientras mandaba en la p¨²blica, anima un proyecto de televisi¨®n privada, con visos de convertirse en el primero que llegue a funcionar, invita a despachar el asunto dando la raz¨®n a quienes piensan que este pa¨ªs es el Palmar de Troya ampliado. Pero tras su apariencia grotesca se esconde una preocupante realidad: la fragilidad del discurso pol¨ªtico y moral con que algunos hombres p¨²blicos sermonean sin pudor alguno a los espa?oles. Calvi?o se hart¨® de dar lecciones sobre la superioridad moral del modelo p¨²blico televisivo frente a los "intereses particulares" que invadir¨ªan las ondas con el privado, intereses cuya mera evocaci¨®n serv¨ªa para descalificar impl¨ªcitamente cualquier alternativa a lo que hab¨ªa.Por ello, la iniciativa tomada ahora trasciende su particular persona para arrojar una inquietante luz sobre la endeblez de los argumentos trascendentes, arrebatadamente ¨¦ticos, con que algunos sujetos siempre dispuestos a ayudar al ganador trataron de cubrir la desnudez de su defensa de intereses tan particulares como cualesquiera otros, una vez uncidos al carro del poder. La Oficina del Portavoz del Gobierno se ha apresurado a afirmar que no existe ning¨²n impedimento legal o t¨¦cnico para poner en marcha el proyecto animado por el ex director general de RTVE, pues la emisi¨®n se efectuar¨¢ desde fuera de Espa?a, v¨ªa sat¨¦lite. Eso ya se sab¨ªa, aunque choca que estas posibilidades legales y t¨¦cnicas hayan sido ignoradas por el Gobierno en su restrictivo proyecto, tan minucioso en otros aspectos. Pero choca, sobre todo, el contraste entre la carrera de obst¨¢culos con que ese proyecto gubernamental trata de desanimar a quienes de buena fe pretend¨ªan transitar por la v¨ªa legal y las facilidades que encuentran quienes demuestran ser m¨¢s espabilados que nadie a la hora de descubrir los huecos dejados por la ley.
La situaci¨®n no puede ser m¨¢s absurda. Tras a?os de aplazamientos y promesas incumplidas, el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez alumbr¨® un proyecto cuyo secreto designio parec¨ªa ser que ninguno de los grupos que se hab¨ªan interesado por la creaci¨®n de estaciones privadas de televisi¨®n llegase a plantear su candidatura a uno de los tres canales previstos. Simult¨¢neamente, se activan proyectos de televisiones regionales, como las de las comunidades de Madrid y de Andaluc¨ªa, destinadas a recortar a¨²n m¨¢s, y por adelantado, el mercado potencial de publicidad, limitado ya por una televisi¨®n estatal lanzada a la ocupaci¨®n de todo el espectro horario, diurno y nocturno. Y finalmente, medio en secreto, hace su aparici¨®n este canal con sede en Londres pero destinado a la audiencia espa?ola y que pretende comenzar a emitir en enero. Es decir, mucho antes de que quienes se acojan a la legislaci¨®n pendiente de aprobaci¨®n parlamentaria puedan comenzar siquiera a planificar sus canales respectivos.
No es extra?o, por ello, que la noticia haya dejado estupefactos a los parlamentarios que se aprestaban ayer a discutir, en ponencia, el proyecto gubernamental. Uno de ellos ha definido la situaci¨®n con una expresiva frase: "Estamos escribiendo en el agua". Nada hay que a?adir a tan desolada conclusi¨®n.
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