Idiomas minoritarios
Quisiera hacer algunos comentarios sobre las opiniones vertidas por Gregorio Salvador y publicadas por su diario el pasado d¨ªa 27 de octubre. No me extraffla que Salvador espere que arrecien las cr¨ªticas: tal sarta de desprop¨®sitos no puede quedar impune.1. Es lamentable que un catedr¨¢tico y acad¨¦mico confunda fronteras pol¨ªticas con ¨¢mbitos ling¨¹¨ªsticos. El que ¨¦stos y aqu¨¦llas eventualmente coincidan no quiere decir que deba ser siempre as¨ª: en Suiza no se habla el suizo ni en Australia el australiano, del mismo modo que ser¨ªa impropio llamar guineano al albub¨ª o burund¨¦s al kirundi. El idioma en el que escribo estas l¨ªneas, pues, no es m¨¢s que una de las lenguas espa?olas, si por tal entendemos lenguas que se hablan en Espa?a Llamar espa?ol al castellano es dar argumentos para la independencia pol¨ªtica de gallegos, catalanes y vascos: sus respectivas lenguas no son de Espa?a.
2. M¨¢s graves, por disparata das e ignorantes, son sus afirma ciones sobre el euskera batua (por favor, batua sin acento). R¨ªos de tinta han corrido sobre este tema, pero Salvador parece no haber hojeado m¨¢s que alg¨²n manualillo o alg¨²n panfleto. Habla Salvador de "reconstrucciones artificiales para la elaboraci¨®n del euskera batua" y lo compara con el esperanto.
Los proyectos de unificaci¨®n del euskera comienzan ya en los siglos XVI y XVII y se extienden hasta nuestros d¨ªas. El proyecto m¨¢s completo, base del euskera est¨¢ndar actual, fue el de Resurrecci¨®n Mar¨ªa de Azkue, publicado como Gipuzkera osotua, es decir, Guipuzcoano completado. La completaci¨®n del dialecto central, que puede considerarse com¨²n denominador de los dem¨¢s, consist¨ªa (ha consistido) en la sistematizaci¨®n de la ortogrof¨ªa, la declinaci¨®n y el verbo. No hay artificio; no se ha puesto nada que no hubiera ya. Dice Salvador que "los verdaderes vascohablantes no entienden para nada el batua". ?Qui¨¦nes son los verdaderos vascohablantes? El hecho de que un buen numero de euskaldunes, analfabetos en su lengua materna, tenga problemas de comprensi¨®n cuando se utiliza el euskera en ¨¢mbitos y temas en y para los que nunca se han servido de este idioma indica una falta de competencia ling¨¹¨ªstica de quienes Salvador llama "verdaderos vascohablantes", no un defecto formal del idioma. El piano es bueno, pero, demonios, hay que saber tocarlo.
Le propongo a Salvador el sigulente experimento: coja media docena de analfabetos castellanohablantes, de una extracci¨®n social pr¨®xima a aquella de los que ¨¦l llama verdaderos vascohablantes, es decir, pastores, campesinos, pescadores, etc¨¦tera, y p¨®ngales a ver en TVE un debate sobre cualquier tema que no les sea pr¨®ximo: econom¨ªa, filosof¨ªa, pol¨ªtica, ciencia. P¨ªdales luego que hagan un resumen de lo que han o¨ªdo. Quiz¨¢ saque la conclusi¨®n de que los verdaderos castellanohablantes no entienden para nada el castellano est¨¢ndar.
3. Insiste Gregorio Salvador, una y otra vez, en hablar de "las siete lenguas vascas", neg¨¢ndole unicidad al euskera. Habla de siete como podr¨ªa haber dicho ocho, tres o cinco, seg¨²n tome como base la divisi¨®n dialectal hecha por el pr¨ªncipe Bonaparte, Azkue, Mitxelena u otros autores. Querer otorgar el car¨¢cter de lengua distinta, por ejemplo, al bajonavarro occidental frente al labortano, pongamos por caso, demuestra una ignorancia intolerable en un catedr¨¢tico.
4. Salvador se encuentra muy
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Viene de la p¨¢gina anteriorpreocupado por el futuro del castellano en Catalu?a -preocupaci¨®n que no creo que compartan los catalanohablantes, que consideran constantemente amenazada su lengua- y, sin embargo, no le preocupa que los chicanos lo pierdan. ?Por qu¨¦ los chicanos pueden perderlo y los catalanes no deben? ?Porque hay que marcar a fuego la sumisi¨®n de Catalu?a a la corona espa?ola? El argumento es que "si el chicano pierde el espa?ol, lo hace para ganar el ingl¨¦s, y si pierde a Cervantes, despu¨¦s de todo gana a Shakespeare", un argumento tan est¨²pido como d¨¦bil. La p¨¦rdida de un idioma, sea castellano, ingl¨¦s, catal¨¢n o euskera, es una p¨¦rdida absoluta: se pierde toda una cultura, una forma de ser, un modo de relaci¨®n distintos de los que configuran otro idioma cualquiera. Los chicanos, como el 99% de los espa?oles, no perder¨¢n nunca a Cervantes porque nunca lo han tenido, ni tampoco ganar¨¢n a Shakespeare por mucho que se les fuerce pol¨ªtica o laboralmente a desenvolverse en ingl¨¦s.
5. Los prejuicios de Salvador contra los idiomas minoritarios tienen un cierto deje totalitario y uniformista, como cuando habla de "la supremac¨ªa del espa?ol sobre las m¨¢s de 5.000 lenguas del nuevo continente". Se?or Salvador, el catal¨¢n es tan milenario como el castellano, y el euskera, mucho m¨¢s, y la "escasa utilidad" de estos idiomas minoritarios es m¨¢s que discutible.
Para un gallego culto (no vamos a hablar siempre de catalanes o vascos), su idioma ser¨¢ una herramienta m¨¢s ¨²til de lo que es para la mayor¨ªa de los castellanohablantes el paup¨¦rrimo castellano que utilizan, por mucho que ¨¦stos tengan a su disposici¨®n una cantidad enorme de informaci¨®n que a menudo desprecian.
6. Es curioso que a Salvador le preocupe la "privaci¨®n de libertad de los ni?os escolarizados en estos idiomas minoritarios" (y en casteRano, se le olvida decir, pues el castellano nunca falta en los planes de estudio). No recuerdo ning¨²n art¨ªculo de Salvador denunciando la persecuci¨®n pol¨ªtica y educativa y la represi¨®n policial de estas lenguas y de sus hablantes durante la dictadura.- Profesor de euskera en la Escuela Oficial de Idiomas.
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