Redondo
El enfrentamiento entre Nicol¨¢s Redondo y el Gobierno se ha convertido en una tragedia posmoderna, en la que el ¨²nico personaje griego es el secretario general de UGT, y lo posmoderno, casi todo lo dem¨¢s. El enfrentamiento, como elemento debilitador de la mayor¨ªa socialista, interesa a todos los que quedan a la derecha o a la izquierda del PSOE. Eso es tan evidente que casi da verg¨¹enza decir que es evidente. Ahora bien, si la combatividad ugetista le viene como anillo al dedo electoral a todos los antagonistas del PSOE en el mercado del voto, otra cosa es en el terreno de los proyectos hist¨®ricos.Especialmente las derechas y los centros, si bien le agradecen a Redondo el espect¨¢culo, al mismo tiempo se remueven inquietos en los asientos de la platea e ironizan a costa del cuestionador, de ese Prometeo que le quiere robar la econom¨ªa a Solchaga y al Fondo Monetario Internacional para d¨¢rsela a los hombres. Les va bien que Redondo despeine a Felipe Gonz¨¢lez, pero se sonr¨ªen ante los excesos ideol¨®gicos (premodernos, vamos) de un l¨ªder sindical que a¨²n habla en nombre de algo tan superado como la lucha de clases. Cuando Redondo exige que la econom¨ªa no sean tan macro y sea algo m¨¢s micro, que no est¨¦ tan pendiente de que le cuadren los n¨²meros a las computadoras y algo m¨¢s de contribuir a aliviar el sufrimiento social concreto, los espectadores de la platea o se indignan o se parten, es que se parten de risa, un poco hist¨¦rica, es cierto, pero de risa al fin y al cabo.
No s¨®lo porque a las derechas y a los centros les va bien la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno, como ha querido demostrar Jordi Pujol en Londres, sino tambi¨¦n porque las derechas y los centros se reconocen en Carlos Solchaga y se desconocen en Nicol¨¢s Redondo. Se le agradece la rentabilidad inmediata de la discordia y se le rechaza el replanteamiento del proyecto socialista, y aqu¨ª viene lo tr¨¢gico y lo griego del asunto. Entre los dioses de la ocultaci¨®n y los del desvelamiento, Redondo parece haber elegido a los segundos, aun a riesgo de quedarse solo y desnudo en el escenario.
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