Desde la izquierda sindical
Las posiciones adoptadas en el IV Congreso de Comisiones Obreras en Catalu?a, con postulados que pueden clasificarse como m¨¢s cr¨ªticos y radicales, podr¨ªan plantear un debate m¨¢s profundo en el pr¨®ximo congreso de Comisiones Obreras, que se celebrar¨¢ en las pr¨®ximas semanas, sin que quede reducido necesariamente a lo que los autores denominan como "luchas de dos familias".
El IV Congr¨¦s de la CONC se ha pronunciado por la salida del Mercado Com¨²n, haciendo suya una enmienda de la izquierda sindical que analiza negativamente las consecuencias que el ingreso ha tenido para la clase trabajadora en el campo, el mar y la ciudad y considera que la CEE, con 20 millones de parados, es la Europa de los mercaderes y las multinacionales, no es transformable en beneficio de las clases populares, sino m¨¢s bien un obst¨¢culo para transformaciones anticapitalistas en cada pa¨ªs, ni estimula unas mejores relaciones con el Tercer Mundo, sino m¨¢s injustas e insolidariasM¨¢s de una docena de secciones sindicales de CC OO de grandes empresas metal¨²rgicas, entre ellas las factor¨ªas de Seat-Martorell y la General Motors, de Zaragoza, han adoptado una l¨ªnea de izquierda sindical, de oposici¨®n y resistencia a los cambios en la organizaci¨®n del trabajo que, bajo el manto de la incorporaci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas, la patronal pretende introducir, deteriorando gravemente las condiciones de trabajo, la salud laboral y el empleo.
Diversas secretar¨ªas de la mujer de CC OO han mostrado su malestar por la masculinizaci¨®n que padece el sindicato y exigido un compromiso de mantener dichas secretar¨ªas, ampliando su autonom¨ªa y su vinculaci¨®n al movimiento feminista, y de defender todos los derechos laborales y sociales de la mujer trabajadora. Propuestas con las que la izquierda sindical tiene ya un largo compromiso.
La conferencia federal de CC OO de la administraci¨®n p¨²blica adopt¨® un planteamiento de solidaridad con Euskadi que enjuicia como pol¨ªticas las ra¨ªces de la violencia en el Pa¨ªs Vasco y defiende los plenos derechos nacionales de ese pueblo, la amnist¨ªa, el fin de la tortura y de las leyes de excepci¨®n. Tambi¨¦n en la conferencia de CC OO de Madrid prosperaba una propuesta de que en los estatutos de la confederaci¨®n figure el derecho de autodeterminaci¨®n como uno de los principios b¨¢sicos de Comisiones Obreras.
Han sido muy numerosas las voces que a lo largo del proceso congresual han expresado que no se trata de considerar agotado un modelo de concertaci¨®n social y sustituirlo por otras formas de concertaci¨®n bautizadas con nuevos eufemismos como negociar alternativas, sino que se trata de desterrar definitivamente de CC OO la cultura del pacto social y emprender una l¨ªnea de resistencia y solidaridad de clase.
?Qu¨¦ muestran estos ejemplos? En primer lugar, que, a diferencia de lo que abrumadoramente aparece en los medios de comunicaci¨®n, en CC OO no todo son pugnas entre dos familias por ¨¢reas de poder del sindicato, hay tambi¨¦n debate sindical y pol¨ªtico. Menos rico del que desear¨ªamos pero lo hay y durante estos meses nuestra corriente ha hecho un gran esfuerzo por dinamizarlo, convencidos de que eso es lo que necesita CC OO. Segundo, que las posiciones de la izquierda sindical no son marginales en las inquietudes de la base de CC OO. Y tercero, que somos una alternativa coherente y necesaria.
Nuevo sindicalismo
?Se necesita en CC OO una alternativa? ?Necesita la clase obrera que en un sindicato como el nuestro exista una corriente que trabaje tan tenazmente por hacerlo m¨¢s combativo y democr¨¢tico? Estamos convencidos de que s¨ª.Porque para nuestra clase no es indiferente que CC OO siga una l¨ªnea de concertaci¨®n social o que la abondone definitivamente. Los Pactos de la Moncloa, el ANE o el Al, por citar los pactos sociales apoyados por CC OO trajeron nefastos resultados para el movimiento obrero: se aceptaron voluntariamente sacrificios salariales, se estimul¨® la precarizaci¨®n del empleo y tuvieron una funci¨®n claramente desmovilizadora. Se firmaron con la excusa de crear empleo y fortalecer la democracia. Pero no crearon empleo, porque los beneficios empresariales fueron m¨¢s bien a destruirlo v¨ªa sustituci¨®n de mano de obra por tecnolog¨ªa, y nos encontramos bajo un r¨¦gimen m¨¢s autoritario y represivo en lo pol¨ªtico y m¨¢s injusto en lo social.
Tampoco es indiferente la actitud con que se enfrenta CC OO a los nuevos retos que tiene el sindicalismo. Ante el trabajo asociado, que a menudo se convierte en una forma salvaje de autoexplotaci¨®n; ante la econom¨ªa sumergida, que condena a centenares de miles de personas a trabajar sin derecho alguno; ante la precarizaci¨®n del empleo, que acrecienta la desprotecci¨®n de un ampl¨ªsimo colectivo obrero, especialmente juvenil; ante la implantaci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas, que, dadas sus caracter¨ªsticas y la ampliaci¨®n que de ellas pretende la patronal, en vez de servir para reducir la jornada laboral y hacer menos duras las condiciones laborales, tienden a expropiar el saber obrero, a deteriorar las condiciones de trabajo y a destruir empleo... Ante todas estas mutaciones que se est¨¢n dando en el mundo del trabajo se pueden tener dos actitudes: de resignaci¨®n y negociar el mal menor o de oposici¨®n y resistencia. La primera opci¨®n parece m¨¢s realista, pero es la que m¨¢s facilita que se vaya imponiendo la l¨®gica patronal y nos lleva irremediablemente hacia una tremenda segmentaci¨®n y debilidad de nuestra clase. La resistencia parece m¨¢s dificil, pero es tambi¨¦n la ¨²nica opci¨®n que permite mantener las conquistas, tiene un claro efecto disuasorio respecto a los planes patronales y estimula un mayor empuje en el movimiento obrero.
Formas de lucha
Ni da lo mismo la posici¨®n que se tenga en CC OO sobre las formas de lucha y de participaci¨®n democr¨¢tica que han de orientar hoy la acci¨®n del movimiento sindical. En el debate sobre la huelga general que sacudi¨® al sindicato en la primavera pasada pudimos observar el peso tan grande que ciertas concepciones reformistas tienen en muchos dirigentes de CC OO, que se asustan de las huelgas generales, de los piquetes, de las huelgas indefinidas y radicales... Todas ellas, formas de acci¨®n y de lucha genuinas del movimiento obrero. Como tambi¨¦n vemos con preocupaci¨®n c¨®mo algunos aspiran a llevar a CC OO hacia un sindicalismo m¨¢s institucionalizado, introduciendo rasgos clientelares de discriminaci¨®n entre afiliados y no afiliados y creando graves distorsiones en la democracia interna; en vez de estimular el sindicalismo asambleario, la participaci¨®n de las trabajadoras y trabajadores, las decisiones desde la base. Los primeros piensan en un poder sindical otorgado institucionalmente y menos participativo; nosotros, en un poder emanado de la movilizaci¨®n, de la pujanza del movimiento obrero que nos permita ir acumulando fuerzas y decantando m¨¢s a nuestro favor la correlaci¨®n de fuerzas.Y finalmente, la izquierda sindical piensa que importa mucho dinamizar el sindicalismo socio-pol¨ªtico en la acci¨®n de CC OO.
?ste puede ser desnaturalizado por dos tipos de concepciones: la de los que desprecian la ver tiente sociopol¨ªtica del sindicalismo y la de quienes la ven en clave de instrumentalizaci¨®n electoral. Nosotros queremos un sindicalismo anticapitalista y emancipatorio, sensible ante toda injusticia y comprometido con otras causas liberadoras y movimientos sociales: con el feminismo, con el ecopacifismo y el antimilitarismo, con la liberaci¨®n nacional de los pueblos sometidos por el centralismo espa?olista, con quienes sufren la represi¨®n y con la solidaridad hacia las luchas y procesos revolucionarios. Comisiones Obreras puede crecer y fortalecerse, puede reanimar un movimiento obrero que demostr¨® su fuerza en la huelga general del 20 de junio, en las luchas solidarias contra la reconversi¨®n y en el torrente de huelgas de la pasada primavera que lograron romper el tope salarial. La experiencia positiva de la no firma de pactos sociales durante estos a?os y hasta las contradicciones de UGT con el Gobierno deber¨ªa servir para apostar por un sindicalismo m¨¢s combativo por parte de CC OO. En ello est¨¢ empe?ada nuestra corriente.
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