'Irangate' a la francesa
LA RESPUESTA que acaba de dar el presidente franc¨¦s, Frangois Mitterrand, a las acusaciones lanzadas contra ¨¦l -y contra el partido socialista- a partir del informe del general Barbe sobre las ventas ?legales de armas a Ir¨¢n confirman que ese esc¨¢ndalo debe ser considerado como una batalla avanzada de la campa?a para las elecciones presidenciales que tendr¨¢n lugar en la primavera de 1988. S¨®lo as¨ª se explica que el esc¨¢ndalo haya estallado p¨²blicamente ahora, con la aparici¨®n en el peri¨®dico de derecha Le Figaro del informe Barbe, cuando ese informe se conoc¨ªa desde el mes de enero. A todas luces, una parte de la derecha ten¨ªa prisa por iniciar el ataque contra el presidente de la Rep¨²blica, cuya cota de popularidad sigue ocupando el primer lugar, con bastante diferencia, en todos los sondeos.A pesar del uso del t¨¦rmino Irangate para hablar de las ventas de armas francesas a Ir¨¢n, lo que de verdad destaca no es el parecido, sino la diferencia radical con lo ocurrido en EE UU. El prestigio del presidente Mitterrand no se ha visto afectado, y muchos creen que ha ocurrido lo contrario. En sus recientes declaraciones por radio rechaz¨® que haya tenido algo que ver con las ventas flegales de armas a Ir¨¢n, y tom¨® la defensa del partido socialista, acusado por la derecha de haber cobrado una comisi¨®n de tres millones de francos para facilitar esas ventas. Sus palabras han sido convincentes: seg¨²n el sondeo realizado al concluir esas declaraciones, el 53% de los auditores dijeron que el presidente les hab¨ªa convencido
Pero no se limit¨® a la defensa. Defini¨® una actitud llena de matices pol¨ªticos significativos. Por un lado, no quiso contraatacar al primer ministro, Chirac, Insisti¨® en que el esclarecimiento de los hechos corresponde a la justicia y no a los pol¨ªticos. E hizo un Haamiento a poner fin de una vez "a m¨¦todos que perjudican a la Rep¨²blica en su conjunto". Se coloc¨® as¨ª por encima de las pugnas de la pol¨ªtica con min¨²scula, present¨¢ndose como defensor de intereses comunes del pa¨ªs.
?Cu¨¢l es el trasfondo de estas actitudes, en un momento en que todo se interpreta en Francia en clave electoral? ?Por qu¨¦ la renuncia a atacar a Chirac? La causa radica, sin duda, en que Mitterrand no desea facilitar las maniobras de Raymond Barre, el otro candidato de la derecha para las presidenciales, o sea, el adversario principal de Chirac: en la primera vuelta. Barre, si se colocase en cabeza en la primera vuelta, tendr¨ªa en la segunda m¨¢s posibilidades que Chirac de superar a Mitterrand. La explotaci¨®n pol¨ªtica de los esc¨¢ndalos beneficia sobre todo a Barre, y marginalmente a la extrema derecha de Le Pen. Parece como si Mitterrand propusiese a Chirac una batalla electoral m¨¢s limpia y m¨¢s pol¨ªtica. Batalla que, por otro lado, est¨¢ manifest¨¢ndose ya en la permanente pugna del presidente y del primer ministro en los viajes al extranjero, con rasgos rid¨ªculos en ciertos casos, por protagonizar la representaci¨®n de Francia.
Pero el que Mitterrand siga en primera fila de todos los sondeos de popularidad, el prestigio que conserva como presidente de todos los franceses -y que contrasta con un clima pol¨ªtico cada vez m¨¢s cargado de electoralismo y de navajazos-, tiene a la vez consecuencias en el seno del partido socialista. Sobre todo, porque no ha aclarado si ser¨¢ candidato. Acaba de repetir que sus amigos no lograr¨¢n convencerle de que lo sea, pero que sus adversarios pueden empujarle a serlo. En todo caso, para el partido socialista, la no candidatura de Mitterrand podr¨ªa tener efectos desastrosos. El otro candidato socialista con prestigio, Michel Rocard, ha sufrido un descenso acusado. Mitterrand ocupa de hecho todo el espacio de un socialismo moderado, inclinado al acuerdo con los centristas.
Este clima propicia que surjan dentro del partido socialista nuevas iniciativas favorables a la evoluci¨®n hacia el centro. La m¨¢s espectacular ha sido la de Jacques Delors, hoy presidente de la Comisi¨®n Europea, diciendo que podr¨ªa ser primer ii¨²nistro de un presidente como Barre: una especie de reverso de la actual cohabitaci¨®n. Es obvio que esas palabras se refieren tambi¨¦n a una eventual reelecci¨®n de Mitterrand y tienden sobre todo a preparar una soluci¨®n centrista.
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