Los retos de una central sindical
Marcelino Camacho, con traje oscuro y en el rostro las huellas del cansancio de las largas jornadas del congreso, dec¨ªa ayer que "lo importante es que las Comisiones Obreras contin¨²en. Que mi marcha no signifique nada". El d¨ªa anterior hab¨ªa hablado del elefante y la cacharrer¨ªa. De su deseo de no abandonar el sindicato rompi¨¦ndolo todo. Dicen los que estaban cerca que en varias ocasiones estuvo a punto de dejar correr las l¨¢grimas.
En la sesi¨®n de ayer Camacho se mov¨ªa por los pasillos del Palacio de Congresos, estrechaba manos, sonre¨ªa con un cierto aire de tristeza perfil¨¢ndole la comisura de los labios. Camacho se marcha al filo de los 70 a?os, consciente de lo que significa su marcha. Sabiendo que el IV Congreso de Comisiones Obreras supone un cambio revolucionario para el sindicato.
Ayer uno de los m¨¢s viejos y prestigiosos dirigentes de Comisiones hablaba del pasado y del futuro de la organizaci¨®n. Eduardo Saborido, uno de los del Proceso 1.001, fundador de las comisiones, encarcelado y perseguido en la dictadura por su militancia en el movimiento obrero, lejos ya, como el mismo dec¨ªa, de cualquier vanidad, dec¨ªa que a partir de este congreso, CCOO se enfrenta a dos grandes retos: uno, internacional; el otro, nacional.
El gran desaf¨ªo interno de CC 00 es ahora "hacer la revoluci¨®n que no fuimos capaces de hacer en el pasado. Profesionalizar el sindicato. El reto es el reto de la inteligencia. Y ese tiene que ganarle CCOO. Vencer el reto de las :nuevas teconolog¨ªas. En Europa tenemos otro reto: el de la unidad. Los socialistas han ganado la batalla de la estructuraci¨®n europea. Los sindicatos de ideolog¨ªa comunista tenemos que ganar la batalla de Europa. Saber que estamos en un ¨¢mbito com¨²n y luchar por la unidad en ese campo. Nunca hemos sido capaces de hacerlo".
Y Eduardo Saborido resum¨ªa el IV Congreso con una frase: "?ste, quer¨¢moslo o no, es el, congreso del cambio".
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