?lvaro Fern¨¢ndez
P¨¢rroco de Santiago de Abres (Asturias), contin¨²a ejerciendo a los 106 a?os
?lvaro Fern¨¢ndez es un cura singular. El pr¨®ximo 8 de diciembre cumplir¨¢ 107 a?os. Y, no obstante, este sacerdote, ordenado en 1906, contin¨²a en activo, atendiendo tres parroquias de Asturias y Galicia. Don ?lvaro, como le conocen sus parroquianos, carece de monaguillo y ¨¦l solo se basta para atender a 550 feligreses, tocar las campanas a sus horas, celebrar misa y otros oficios cada d¨ªa y rezar cinco rosarios diarios con una sarta de cuentas que le hizo llegar expresamente Juan Pablo II.
Santiago de Abres, en el municipio asturiano de Vegadeo, es un pueblo peque?o, con casas de fachada de aspecto terroso y tejados de pizarra, que acaban api?¨¢ndose en la ribera del Eo. "Este pobre cura lleg¨® a Santiago de Abres para estarse tres meses", recuerda, "y llevo ya 67 a?os. Dios no ha permitido que me vaya. Cuantas veces me han ofrecido cargos mejores y destinos que pudieran ser m¨¢s apetecibles he sufrido providenciales accidentes, resbalones y ca¨ªdas grav¨ªsimas del caballo, que me impidieron el traslado"."La voluntad divina dispone as¨ª las cosas y se conoce que Dios me quiere aqu¨ª. Este pueblo es el para¨ªso terrenal, pero este pobre cura vive ajeno a cuanto le rodea. A m¨ª me gusta trabajar por la humanidad; lo dem¨¢s me tiene sin cuidado. Yo no soy yo. Desde hace mucho tiempo me he despojado de todo lo que ten¨ªa y le he pedido al de arriba que si alg¨²n m¨¦rito tengo, que me lo reserve para all¨¢. Y Dios me ha o¨ªdo y lo est¨¢ haciendo muy bien".
Al cura de Abres le har¨ªa ilusi¨®n alcanzar la edad de 110 a?os para ser testigo de la canonizaci¨®n del que fuera obispo de Sevilla y su maestro m¨¢s querido, Tom¨¢s Espinosa Maestre. ?lvaro Fern¨¢ndez, nacido en Moh¨ªas, en el concejo asturiano de Coa?a, el 8 de diciembre de 1880, estudi¨® teolog¨ªa en Sevilla, y anteriormente filosof¨ªa en Mondo?edo (Lugo), y lat¨ªn en Navia (Asturias).
"Estrope¨¦ la carrera por venir a Oviedo a ordenarme para darle" gusto a mis padres. Eso me supuso renunciar a varios cargos eclesi¨¢sticos de importancia que se me ofrecieron. Yo en realidad no quer¨ªa ser cura de parroquia, sino haber ido a Inglaterra a estudiar ingl¨¦s y dedicarme a otros trabajos que se me dispusiera. Sin embargo, estoy satisfecho de mi trabajo parroquial. Desde que me orden¨¦ (hace 81 a?os) no dej¨¦ de celebrar misa ni un solo d¨ªa, salvo enfermedad grave. En Porc¨ªa (Tapia de Casariego) consegu¨ª que todos los mineros se examinaran de doctrina cristiana, y en La Caridad logr¨¦, nada m¨¢s llegar, reconciliar a los conservadores y a los partidarios de Melquiades ?lvarez, que estaban enfrentados. Yo no soy pol¨ªtico, aunque en el Ayuntamiento de Vegadeo segu¨ªan muchas veces mi consejo. S¨ª soy un tanto descarado, y a¨²n hoy, cuando lo creo justo, escribo callandito a alg¨²n pol¨ªtico. Siempre surte efecto".
Don ?lvaro es frugal, pero locuaz y, no obstante superar la centuria, tiene una disposici¨®n en¨¦rgica y resuelta. "Soy de poca comida y poco sue?o, pero muy trabajador. Ni fumo ni bebo. Toda la vida he estado luchando y trabajando. Hacerme cura fue una cosa rar¨ªsima. Yo en la escuela era el n¨²mero uno, y toda mi ilusi¨®n era saber y conocer las cosas. A los 10 a?os me dijeron que lo esencial era buscar a Dios y su justicia, porque lo dem¨¢s vendr¨ªa por a?adidura. As¨ª que pens¨¦: Formidable. Ahora s¨®lo me queda saber qu¨¦ es el Reino de Dios".
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