"La arquitectura es expresi¨®n de progreso y habla para el futuro", afirma Frank Gehry
El arquitecto habl¨® sobre su obra en Barcelona
"Considero la arquitectura como una expresi¨®n de progreso que habla hacia el futuro, para el futuro, para nuestros hijos; yo tambi¨¦n siento a veces nostalgia de tiempos pasados, como todo el mundo, pero trato de evitarla, porque si lo que hago como arquitecto es recrear el pasado, les estoy diciendo a mis hijos que no hay futuro" manifest¨® a este diario el arquitecto norteamericano Frank O. Gehry, que pronunci¨® ayer tarde una conferencia sobre sus m¨¢s recientes trabajos en la sede barcelonesa del Colegio de Arquitectos de Catalu?a, de cuya construcci¨®n se cumplir¨¢n pr¨®ximamente 25 a?os.
Frank Gehry es un arquitecto pol¨¦mico y por muchos conceptos singular, cuyo estilo de trabajo ha experimentado una notable evoluci¨®n desde finales de los a?os setenta y cuyas teor¨ªas empiezan a ser tenidas en cuenta en proyectos arquitect¨®nicos de envergadura. Recientemente, ha realizado algunos proyectos, como el Museo Aeron¨¢utico de la localidad californiana de Loyola., que ¨¦l califica como "de peque?a escala, pero importantes experimentalmente, porque ahora empiezo a estar en una posici¨®n en la que puedo llevar a la pr¨¢ctica a gran escala mis proyectos; no s¨¦ si algunos de ellos ser¨¢n viables o no, pero de cualquier modo es estimulante".Entre los proyectos m¨¢s inmediatos de Frank Gehry se encuentra la reestructuraci¨®n de la estaci¨®n de Pennsylvania, en Nueva York, un proyecto cuyos bocetos mostr¨® el arquitecto por prirriera vez en el curso de su conferencia de ayer en Barcelona, y, la construcci¨®n de un edificio de oficinas de 60 pisos.
Influencias asi¨¢ticas
"Lo que no pienso hacer", explica el arquitecto, "es expandir mi oficina s¨®lo para poder llevar a cabo m¨¢s proyectos al mismo tiempo; ya lo hice en los a?os sesenta y setenta y fue un error, porque un estudio de arquitectura demasiado grande es imposible de controlar". Originario de California, Gehry recoge tambi¨¦n una tradici¨®n arquitect¨®nica distinta de la de los arquitectos europeos o norteamericanos de la costa este de EE UU. "Un adolescente de California que quiere ser arquitecto, como lo era yo", dice, "crece en contacto mucho mas directo con la arquitectura cl¨¢sica japonesa o china que con la arquitectura cl¨¢sica griega o romana".Pese a su convicci¨®n de que la arquitectura es instrumento de futuro, y su falta de fe en las corrientes que propugnan un retorno a la tradici¨®n, Gehry no tiene una opini¨®n enteramente negativa del papel de la posmodernidad arquitect¨®nica, sobre todo en Norteam¨¦rica.
"Yo me enfad¨¦ much¨ªsimo con los llamados 'neocl¨¢sicos' y discut¨ª abundantemente con ellos, pero por otra parte, la posmodernidad, en los EE UU, tuvo el efecto positivo de romper lo que yo llamo el nudo gordiano de Gropius, que creo que marc¨® un per¨ªodo desafortunado en la arquitectura norteamericana", explica Gehry.
"Gropius fue, efectivamente, un maestro para los arquitectos norteamericanos", dice Gehry, "pero sus ense?anzas y su papel eran excesivamente patriarcales y creo que esto trunc¨® el desarrollo de la arquitectura aut¨®ctona norteamericana; el mismo Joseph Hudinut, que fue quien llev¨® a Gropius a Harvard, hablaba ya en 1946 de la necesidad de una cierta posmodernidad para compensar la excesiva influencia del estilo moderno. En este contexto creo que los te¨®ricos posmodernos han abierto una puerta al pluralismo en la arquitectura norteamericana y el pluralismo no es de por s¨ª una panacea, pero resulta valioso mientras la arquitectura norteamericana encuentra sus nuevos caminos de futuro".
T¨¦cnica y artesanado
Para Frank Gehry, "la mayor diferencia entre la arquitectura europea y la norteamericana es que, en Europa, hay mayor respeto por la arquitectura como arte y ciencia y por los que la practican; lo mismo sucede en todos los pa¨ªses de cultura latina. Adem¨¢s, en Europa hay un sentido de la dimensi¨®n artesanal de la arquitectura que en EE UU ha desaparecido por completo; me refiero a la arquitectura considerada no s¨®lo como t¨¦cnica o como dise?o, sino tambi¨¦n como arte y como artesanado"."Por otro lado", explica el arquitecto, "en EE UU, especialmente en California y en otras zonas de reciente crecimiento, no hay un entorno hist¨®rico que nos condicione, no tenemos catedrales g¨®ticas, ni grandes plazas porticadas, ni centros urbanos hechos de grandes zonas con manzanas de casas de seis pisos; por una parte, esto hace imposible cualquier retorno al pasado, pues no hay el consenso social y econ¨®mico que lo permita, y adem¨¢s condiciona menos al arquitecto, proporciona mayor libertad de expresi¨®n".
"Otra diferencia substancial entre la arquitectura europea y la norteamericana", afirma Gehiry, "es que en Norteam¨¦rica hay un mayor sentido de la temporalidad y la provisionalidad de la arquitectura; los edificios se construyen, se usan, se descartan y se derriban y todos los arquitectos de una cierta edad hemos hecho edificios que ya no existen; esto en Europa es rar¨ªsimo, en Europa hay una mayor tradici¨®n de construir para la permanencia, con una cierta vocaci¨®n de eternidad, por as¨ª decirlo".
Respecto a los condicionamientos pol¨ªticos, sociol¨®gicos o filos¨®ficos que frecuentemente influyen en el debate axquitect¨®nico, Gehry opina que "no me gusta manejar este tipo de consideraciones, no porque: los temas no sean relevantes, sino porque un arquitecto no es un experto en filosof¨ªa, en pol¨ªtica o econom¨ªa, sino un se?or que construye edificios y, por lo tanto, est¨¢ en mala posici¨®n para pontificar sobre esos ternas; a m¨ª tampoco me gusta el fascismo o el racismo, pero mis problemas al hacer casas, o mis opiniones sobre la obra de otros, no est¨¢n hechos de consideraciones filos¨®ficas, sino de problemas de materiales, de estructuras, de ordenamiento espacial o de contexto; es desde esa perspectiva desde la que me gusta enfocar mi trabajo".
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