'Alzamiento vecinal' contra la droga

El 18 de julio, vecinos del barrio bilba¨ªno de Txurdinaga decidieron echarse a la calle. Aunque la fecha tiene ciertas reminiscencias hist¨®ricas, en este caso se trataba de protestar por la presencia continua de narcotraficantes en la calle de Juli¨¢n Gayarre, donde en algunos portales el 27% de los ocupantes es traficante; utilizan los pisos para la venta directa, lo que ha ha creado una continua inseguridad entre los vecinos, que se ven rodeados de drogadictos y de narcotraficantes armados.

Los vecinos decidieron iniciar sus acciones de protesta cuando un drogadicto, bajo el s¨ªndrome de abstinencia, consigui¨® introducirse en una vivienda e intent¨® golpear a una ni?a peque?a.Este hecho fue la ¨²ltima gota que colm¨® un vaso rebosante de paciencia. Entonces los vecinos decidieron organizarse e impedir, en lo posible, que hechos similares pudieran repetirse.

El barrio est¨¢ formado por 656 viviendas de promoci¨®n p¨²blica, ocupadas desde 1980. Los vecinos denuncian la existencia de 50 familias instaladas en el barrio que se dedican al narcotr¨¢fico. "Los narcotraficantes son miembros de las mismas familias organizadas en clanes", dicen los vecinos; que prefieren evitar nombres. "los pisos se los han ido pasando de forma irregular de unos a otros y registr¨¢ndolos con nombres diferentes".

"Los drogadictos vienen a cualquier hora del d¨ªa o de la noche, llaman a cualquier timbre del portero autom¨¢tico, porque, al haber tantos traficantes concentrados en pocos portales, algunos llegan a pensar que pueden comprar droga en cualquier vivienda. A veces dan contrase?as como Gorliz o Bermeo [pueblos de la costa vizca¨ªna] o simplemente dicen: 'B¨¢jame media papela'. Como en estos casos no les solemos contestar, algunos nos han llegado a destrozar la puerta del portal a hachazos".

Los vecinos decidieron organizarse en grupos diferentes para obstaculizar el trabajo a los narcotraficantes. Uno de estos grupos se ha dedicado en los ¨²ltimos meses a investigar las posesiones de las familias de narcotraficantes. Aunque residen en viviendas sociales, y en algunos casos incluso reciben ayudas alimentar¨ªas de centros ben¨¦ficos, estas familias poseen terrenos, varios pisos en Bilbao, coches de lujo y bonos del Estado, aunque se sospecha que las adquisiciones las han realizado con un buen asesoramiento legal.

Otro grupo de vecinos se organiz¨® en patrullas que recorren el barrio d¨ªa y noche. Cuando detectan que alg¨²n drogadicto sube a los pisos a comprar droga, le esperan en el portal y a su salida, tras retenerle, avisan a la polic¨ªa. Con este control llegaron a contabilizar la presencia de 200 drogadictos en un solo d¨ªa.

El barrio de Txurdinaga era el para¨ªso de la droga en Vizcaya. Pero este m¨¦todo s¨®lo ha servido para que los drogadictos hayan optado por inyectarse la dosis en los propios pisos donde adquieren la droga o en las escaleras, dejando las jeringuillas en rellanos y buzones.La polic¨ªa ha realizado varios registros en las viviendas, pero nunca encuentra importantes cantidades de droga. "Antes de que llegue la polic¨ªa, ya saben que va a venir. Tienen una red de vigilancia por todo el barrio, en la que utilizan sobre todo a ni?os y cuando llega la polic¨ªa ya no hay nadie". Sin embargo, seg¨²n fuentes policiales, desde julio se han ¨ªncautado 600 gramos de hero¨ªna; unas 70.000 dosis en el mercado.