La miserable herencia de Ios Duvalier.
Anuladas en varias zonas de Hait¨ª las elecciones generales que se celebran hoy
Hait¨ª -uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres del hemisferio occidental, en expresi¨®n de uno de los candidatos a la presidencia de la Rep¨²blica- celebra hoy sus primeras elecciones generales en 30 a?os. Con las fuerzas armadas en estado de m¨¢xima alerta y acuarteladas, un virtual toque de queda al caer la tarde y una media de cinco muertos diarios durante la ¨²ltima semana de campa?a electoral, m¨¢s de dos millones y cuarto de haitianos se han inscrito en el censo electoral para poder elegir, entre hoy y el 29 de diciembre -fecha de la segunda vuelta electoral-, al presidente de la Rep¨²blica, 77 diputados y 27 senadores.
Sea quien sea el vencedor entre la constelaci¨®n de candidatos, tendr¨¢ como punto de partida un pa¨ªs en bancarrota, esquilmado durante 28 a?os por la familia Duvalier y con la mayor¨ªa de sus habitantes sumida en la miseria. El Consejo Electoral Provisional (CEP) anunci¨® en la tarde de ayer (anoche, hora peninsular espa?ola), que las elecciones previstas para hoy hab¨ªan sido anuladas en varias zonas del pa¨ªs debido a dificultades t¨¦cnicas provocadas por decisiones adoptadas por las autoridades militares y la actuaci¨®n de comandos armados que impiden la llegada de la documentaci¨®n electoral a algunas zonas del pa¨ªs.En el comunicado se afirma que, debido a la negativa de las autoridades militares, "porrazones de seguridad", a conceder la autorizaci¨®n de despegue a dos helic¨®pteros con material electoral y la actuaci¨®n de hombres armados vestidos de azul y con pa?uelos rojos y negros, el uniforme de los tontons macoute, varias regiones del pa¨ªs no podr¨¢n celebrar sus elecciones hoy y tendr¨¢ que fijarse una fecha posterior para realizarlas all¨ª donde no haya llegado la documentaci¨®n electoral.
Portavoces del CEP, organisrno encargado de vigilar y controlar el proceso electoral, se?alaron que no pod¨ªan estimar exactamente la poblaci¨®n afectada por la suspensi¨®n, cosa que se estaba haciendo a la hora de cerrar esta edici¨®n, pero que podr¨ªa oscilar entre el 10 y 20% de los potenciales electores del pa¨ªs. Con ello la cifra de participaci¨®n en los comicios sufrir¨ªa una sensible rebaja.
Portavoces del citado organismo electoral declararon a este enviado que esta pol¨ªtica de obstaculizar la afluencia a las urnas, responde a una estrategia del Gobierno que preside el teniente general Henry Namphy para devaluar el proceso electoral, una vez que no ha conseguido evitar su realizaci¨®n.
Situaci¨®n econ¨®mica
A Jean-Claude Duvalier, Baby Doc, el segundo y ¨²ltimo miembro de la dinast¨ªa dictatorial instalada en Hait¨ª en 1957 y derrocada en febrero de 1986, no le gustaba nada que su entonces ministro de Hacienda, Marc Bazin, dijese p¨²blicamente que Hait¨ª era la naci¨®n m¨¢s pobre de Am¨¦rica. Mucho menos a¨²n que se negase a concederle el dinero de las arcas p¨²blicas, que solicitaba cuando esas cantidades no figuraban en los presupuestos.Bazin, antiguo alto directivo del Banco Mundial y con fama de economista riguroso y honesto, s¨®lo dur¨® cuatro meses en el cargo. Ahora es uno de los 23 candidatos a la presidencia con posibilidades de llegar a la segunda vuelta y no duda en calificar como muy grave la situaci¨®n econ¨®mica de su pa¨ªs: "La renta per capita supera en poco los trescientos d¨®lares anuales (alrededor de 33.000 pesetas), mientras en las zonas rurales es s¨®lo la mitad; la producci¨®n ha descendido y la productividad est¨¢ por los suelos", afirma en la sede de su partido, el Movimiento para la Instauraci¨®n de la Democracia en Hait¨ª (MIDH), situada en un modesto y desvencijado hotelito situado en la zona c¨¦ntrica de Puerto Pr¨ªncipe.
Su receta para cortar esta situaci¨®n se basa, como ocurre con escasas diferencias de matiz en el programa de los restantes candidatos, en la potenciaci¨®n de la agricultura como motor de la econom¨ªa nacional. Lo malo es que este pa¨ªs caribe?o cultiva los mismos productos tropicales (ca?a de az¨²car, pl¨¢tanos, algod¨®n, caf¨¦, frutas ... ) que sus vecinos, en un momento en que el mercado est¨¢ casi saturado y los precios casi hundidos. Adem¨¢s, Hait¨ª no puede mantener la competitividad a base de los bajos salarios que garantizaba la ¨¦poca de la dictadura. El sector tur¨ªstico tampoco ofrece grandes esperanzas por la inestabilidad pol¨ªtica, los relativamente altos precios del pa¨ªs y la defectuosa infraestructura existente.
Las cifras hablan por s¨ª solas. Hait¨ª tiene seis millones de habitantes, de los que el 75% se encuentran dentro del nivel conceptuado como de absoluta pobreza. La esperanza de vida es de menos de 54 a?os, la tasa de mortalidad infantil alcanza el 112,2 por 1.000, mientras s¨®lo hay un m¨¦dico por cada 8.000 habitantes. En fin, el desempleo afecta a m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n activa y m¨¢s del 80% de los haitianos son analfabetos.
Las apariencias tampoco enga?an. Puerto Pr¨ªncipe debi¨® ser, en tiempos, una hermosa ciudad colonial asomada a la bah¨ªa que cierra la isla de La Gonave. Pero el deterioro y la insalubridad son evidentes hasta en el mismo centro de la ciudad. Edificios de madera medio arruinados y calles que parecen no haber recibido revestimiento alguno en lustros.
Vendedores de todo tipo, pobremente vestidos, se alinean en las aceras con sus productos. Ofrecen hermosas papayas junto a pl¨¢tanos semipodridos, zumos en botellas de dudosa higiene, prendas de vestir o tabaco norteamericano. Corren malos tiempos. A plena luz del d¨ªa suenan unos disparos y alguien, nadie sabe nunca por qu¨¦, cae muerto junto a las cestas y cajas con mercanc¨ªas. Inmediatamente se cierran los comercios y los ambulantes desaparecen. Un d¨ªa con otro, la mayor parte de la actividad comercial en el centro de la ciudad queda paralizada.
Ni siquiera la producci¨®n del arroz que, para la mayor¨ªa de los haitianos es la dieta b¨¢sica de su alimentaci¨®n, tiene un discurrir de normalidad. Estados Unidos y el vecino pa¨ªs, Santo Domingo, tienen un arroz mucho m¨¢s barato. Por ello se ha montado un importante contrabando que est¨¢ amenazando con la ruina de los arroceros haitianos y la miseria de los campesinos que trabajan en el sector.
Los circuitos del contrabando tienen que atravesar el valle del Artibonite, donde est¨¢ situada, precisamente, una importante zona arrocera del pa¨ªs. Obviamente, los propietarios agrarios tratan de impedir este tr¨¢nsito por todos los medios, pero, a su vez, estos agricultores tienen que remitir su cosecha a Gonaives, la ciudad de la libertad, cuna de la lucha por la independencia y de la rebeli¨®n final contra la dinast¨ªa Duvalier. En ella tienen su asiento las principales bandas contrabandistas, que tambi¨¦n tratan de eliminar la competencia de los rivales y destruir sus existencias.
En este guerra del arroz ha habido, al parecer, bajas castrenses. ?Cu¨¢l es la actitud de las autoridades c¨ªvico-militares en este conflicto? "Cierran los ojos y, a veces, abren el bolsillo", escribe la revista Swiss Review of World Affairs. En el mejor de los casos, parecen buscar una actitud contemporizadora. En primer lugar, porque el contrabando contribuye a abaratar el m¨¢s importante producto alimenticio del pa¨ªs, al tiempo que suple la insuficiente producci¨®n nacional. Si se cortan las importaciones ilegales puede provocarse una escasez de arroz y una subida vertiginosa de los precios, lo cual conllevar¨ªa el riesgo de una revueIta popular; pero, por otro lado, est¨¢ la implicaci¨®n indirecta y directa de los militares en este lucrativo negocio.
Marc Bazin es consciente de esa implicaci¨®n castrense: "Es un fen¨®meno general en Am¨¦rica. Habr¨ªa que pagar suficientemente a los militares para que s¨®lo se dedicaran a su profesi¨®n, pero, al mismo tiempo, los gobernantes civiles tendr¨ªan que dar muestras de mayor honestidad".
Votar, pase lo que pase
La gente de la calle sabe que estas elecciones no son una panacea en su dura lucha por la subs¨ªstencia diaria. Pero expresan abiertamente su esperanza de que sea el comienzo de que algo cambia. "Pase lo que pase, iremos a votar", te dicen. Los haitianos han acudido masivamente a inscribirse en los registros electorales, a pesar de la tensi¨®n y las amenazas que se viven en la campa?a electoral desde que el 2 de noviembre el Consejo Electoral Provisional, siguiendo los dictados de la nueva Constituci¨®n, rechaz¨® las candidaturas de varios personajes del duvalierismo.
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